30 de setembro de 2013

Otras Voces, una mirada diferente sobre el Autismo. Estreno en Palencia

ELP- Comunidad de Castilla y León

Documental que ha contado con la subvención del Ayuntamiento de Palencia.
Interviene el Alcalde de la ciudad, el Presidente de la Diputación, la Directora de la Comunidad ELP- Castilla y León y el Director del Documental.

29 de setembro de 2013


 
 
Estimados colegas y amigos:
Tenemos la gran alegría de comunicarles que Judith Miller, presidenta del Campo Freudiano, nos ha anunciado que TRABALENGUAS, espacio de transmisión e investigación del discurso analítico en relación a la infancia y la adolescencia de la EOL-Sección Santa Fe, forma parte desde ahora de la Nueva Red Cereda, (Centro de Investigación sobre el Niño en el Discurso Analítico -Centre d´Etude et de Recherche sur l´Enfant dans le Discours Analytique).
Felicitamos a nuestras queridas colegas Camila Candioti y Gabriela Spina. Trabalenguas se merece ese lugar en este proyecto tan fecundo que Judith Miller lleva adelante.
Afectuosamente,
El directorio de la Eol, Sección Santa Fe.

ACF VLB : Conférence de Bernard Porcheret (AE) à Angers le 12 octobre


 


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EL-Maracaibo Seminario internacional: El AMOR y sus des-ENCUENTROS




La NEL Maracaibo los invita al seminario internacional: "El AMOR y sus des-ENCUENTROS" que será dictado por el psicoanalista argentino Luis Salamone, miembro de la EOL y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP).


Fecha: Sabado 5 de octubre 2013
Horario: 8:30am- 4:30 p.m
Lugar: Paraninfo del Aula Magna de la U.R.U.



Programacion:
- 8:30 am: inscripciones

- 9:00 am- 10:30 am: primera conferencia
- 10:30 am-11:00 am: receso
-11:00 am- 12:30 pm: segunda conferencia
- 12:30 pm- 3:00 pm: almuerzo
- 3:00 pm- 4:30 pm: tercera conferencia


Costo de la inscripción:
Profesionales: 700 BsF
Estudiantes:    500 BsF 


Para mayor información:
Telefono: 0261-7144932





Nueva Escuela Lacaniana sede Maracaibo


El Buscón n° 12 - Boletín de las XII Jornadas de la ELP




El superyó, imperativo de goce                            Clara Bardón



Diseño, Maquetación, Edición:

Andrés Borderías (Responsable),

Mario Izcovich, Félix Rueda.

Un acting out en análisis
Araceli Fuentes

             Abordaré el tema de las próximas Jornadas de la ELP sobre "Goce, culpa e impunidad", a partir de de un acting out producido durante mi análisis. Cada acto debe ser contextuado en el discurso en el que se produce, lo que en otro discurso pude ser considerado una falta, en el discurso analítico puede tomar un significado muy distinto, este es el caso del acting out del que les voy a hablar.
             Acto, acting out y pasaje al acto, son tres tipos de actos distinguidos por el psicoanálisis. El acto no se confunde con la acción, para que haya acto es necesario que se produzca un cambio en el sujeto, el sujeto de antes del acto es diferente del que surge después.
             En cuanto al acting out y al pasaje al acto, son dos modalidades del acto que ponen en escena el objeto "a", objeto extraño tanto al campo simbólico como al imaginario, que no se deja atrapar por el significante, ni capturar por la imagen, sin embargo conlleva una carga pulsional.
             La oposición subrayada por Lacan entre el acting out y el pasaje al acto puede ser relacionada a otra oposición: la que hay entre del duelo y la melancolía (1).
             En el capítulo IX del Seminario de "La Angustia", Lacan va a diferenciar pasaje al acto y acting out, atribuyéndole al primero un "dejarse caer" del sujeto y al segundo un "subir a la escena" del objeto.
             "El acting out es esencialmente la mostración, velada sin duda, para nosotros como sujetos del acting, pero no velada en sí misma. La mostración que hace el acting es visible al máximo, tanto que en cierto registro es invisible, mostrando su causa. Lo esencial de lo que es mostrado es ese resto, su caída, lo que cae en el asunto,….. la libra de carne" (2).
             Lo que importa en el acting es ese resto, lo que cae en el asunto, como se expresa Lacan en este seminario. A diferencia del pasaje al acto, que es una salida de la escena que no deja lugar a la interpretación porque pone en juego un "no querer saber nada más", el acting out llama a la interpretación.
             El acting out tiene relación con el duelo, con el trabajo del duelo. En mi caso, la dificultad era precisamente la de hacer el duelo por una persona a la que no había llegado a conocer: mi madre, muerta cuando yo tenía ocho meses de edad.
Mi demanda de análisis tuvo que ver con ese duelo pendiente, aunque en el momento de hacerla no fui consciente de ello. Sin embargo, sin proponérmelo, fue de lo primero que hablé al referirme a la frase oída en mi infancia "¡Ay! Si su madre la viera", frase enigmática con la que las vecinas del pueblo se dirigían a mí invocando su mirada. La jaculatoria se escribió directamente en mi cuerpo, sin yo poder articular palabra, y cada vez que la oía experimentaba un gran malestar.
Ningún duelo es igual a otro, no hay una manera estándar de hacer un duelo, pero no se puede hacer un duelo cuando hay otro pendiente.
             En contra de la creencia ingenua de que se nace con un cuerpo, Lacan nos enseña que el cuerpo no es el organismo y que el cuerpo es el producto del encuentro entre el organismo vivo y la lalengua. En ese encuentro pueden producirse accidentes, uno de ellos es el FPS, otro la debilidad mental, otro la psicosis.
             El FPS se caracteriza por una incorporación "defectuosa" de lalengua, o mejor dicho, de un fragmento de la misma, que toma  la forma de una holofrase. En la holofrase el goce suelda los significantes que pierden su valencia simbólica imaginarizándose. En el FPS, lo real hace intrusión en lo imaginario del cuerpo, sin mediación simbólica, el resultado es una lesión.
             Ese duelo que no había podido hacer se escribió en mi cuerpo por medio de una holofrase, "¡Aysisuamdrelaviera!", lesionando mi piel. La holofrase escuchada en la infancia se había escrito como una memoria de goce que se activó en el momento en que tuve que hacer otro duelo, esta vez por mi padre. La muerte de mi padre no me había producido ningún afecto doloroso a pesar de lo mucho que lo quería. En el lugar del duelo que no había podido hacer, una enfermedad autoinmune se desencadenó.
             El goce se localiza en los orificios del cuerpo, en las zonas erógenas. Cuando hablamos de la escritura del goce en el cuerpo y tomamos el síntoma como ejemplo, vemos que en la escritura del síntoma como función de una letra del inconsciente, F(X), la letra se escribe, no en el cuerpo como superficie de inscripción, sino en los huecos del cuerpo, en los orificios de la pulsión.
             Por el contrario, la escritura del FPS se realiza sobre la superficie del cuerpo porque el goce que fija el FPS es un goce que debería haberse descontado. Pero ese descuento no se produjo y el goce lesionó el cuerpo.  Lacan piensa el FPS en el SXI, con el modelo del objeto "a": en el FPS el objeto "a" no se habría descontado. La mirada de mi madre muerta, la mirada invocada en la holofrase, quedó pegada en mi piel, dañándola.

Un acting out

             Luego, surge la contingencia. En cierto momento del análisis pasé un tiempo trabajando en un consultorio en el que también trabajaba una colega, a la que nuca conocí, pero de la que había oído decir que estaba enferma de cáncer y que solía repetir que "si seguía viva era porque quería ver crecer a sus hijos".
             Sin duda, está frase entró en resonancia con la jaculatoria "¡Aysisumadrelaviera!", determinando el acting out que se produjo después. El acting out fue la respuesta a-subjetiva para tratar lo que escapa a la representación. Por medio del acting out la holofrase pudo conectarse al deseo del Otro, lo que en el FPS está cortocircuitado.
             Un día, llamó a la consulta una mujer que quería que la colega enferma tratara a su hijo. Sin pensarlo dos veces, decidí ser yo quien atendiera al niño, cortocircuité la dirección de la demanda, "robé un niño". Desde un punto de vista ético había cometido una falta, sin embargo en el contexto del discurso analítico en el que se produjo, este acting operó una separación entre el niño y la madre que iba a morir. Ella no lo vería, sustraje el niño de la mirada de la muerte, la muerte a la que no se puede mirar de frente. Al hablar de ello en mi sesión, mi analista interpretó el acting con estas palabras: "Él (niño) no la va a ver …morir, ella,(la madre) no lo va a ver… crecer".
             La interpretación tocó mi cuerpo, me estremecí, dio al acting out el estatuto de un acto que tuvo consecuencias sobre el goce, cambiando al sujeto. La interpretación separó la mirada de la muerte, vaciando de mirada la visión. De este modo pude hacer el duelo separándome del cuerpo de mi madre donde la madre y la lengua se confunden.
             Como dice Lacan, en el acting out lo que cuenta es lo que cae, el resto. El objeto escópico pudo descontarse, produciéndose un cambio de escritura: "¡Ay si su madre la viera!" dejó de ser una holofrase al introducirse el intervalo entre los significantes.
             Más adelante me di cuenta de que la mirada en cuestión era una mirada invocada. El tratamiento de la voz en el análisis hizo que ésta se vaciara de ruido produciéndose un metabolismo del goce de la voz que la hizo más metonímica.
Se trata, como dice Lacan en la Conferencia de Ginebra, respondiendo a una pregunta sobre el FPS. "de un domino más que inexplorado, es de todas maneras del orden de lo escrito…..todo sucede como si algo estuviese escrito en el cuerpo, algo que nos es dado como un enigma…es por la revelación del goce específico que hay en su fijación como debe abordarse lo psicosomático. En esto podemos esperar que el inconsciente, la invención del inconsciente pueda servir de algo".
             Este acting out no me hizo sentir culpable, sin embargo no me desentendí de mi responsabilidad, llevándolo a mi análisis. Si el acting out hubiera sido tratado por fuera del discurso analítico, como una falta ética entre profesionales, su función, fundamental en mi análisis, hubiera pasado desapercibida.

Notas
1.-Jacques Alain Miller, "La angustia".
2.-Jacques Lacan, Seminario X, "La angustia".

NEL_México - El Cine, la ciudad y el psicoanálisis: Hablar con el cuerpo... - Sábado 5/10






NEL México
28 de Septiembre de 2013
www.nel-mexico.org





La NEL- Delegación México DF invita a
El cine, la ciudad y el psicoanálisis
Hablar con el cuerpo.
La crisis de las normas y la agitación de lo real

MementoLas tortugas pueden volar
Para abordar el eje de la infancia y el cuerpo del niño en el siglo XXI camino al Enapol Hablar con el cuerpo. La crisis de las normas y la agitación de lo real www.enapol.com proyectaremos la película Las Tortugas Pueden Volar, (2004) un filme de Bahman Ghobadi (Irán, Francia, Irak, 2004).
La película muestra el traumatismo que sufren los niños durante la guerra, esto es, los niños marcados por la guerra en un campo de refugiados del Kurdistán Irak cerca de la frontera turca, y la cinta inicia unas semanas antes de la Guerra entre Estados Unidos e Irak.
Envueltos en el torbellino de este tiempo de guerra, condenados con una información unilateral, sin la suficiente distancia respecto de las grandes transformaciones que ya se han consumado o empiezan a consumarse y sin vislumbrar el futuro que va plasmándose, caemos en desorientación sobre el significado de las impresiones que nos asedian y sobre el valor de los juicios que formamos.
Sigmund Freud, en "La desilusión provocada por la guerra", 1915,T. XIV, p.277.
Nos acompaña en la conversación Elisa Ridgell, Guionista, (CCC, Centro de Capacitación Cinematográfica), historiadora del arte, productora de talleres de cine, actuación, y Teatro.
30° encuentro: Sábado 5 de Octubre, 17:30hs.
Película: "Las Tortugas Pueden Volar; (2004)
Lugar: Sede de la NEL México DF: José María Velasco #31, 2° piso. Colonia San José Insurgentes, Delegación Benito Juárez. (Metrobus Teatro Insurgentes, Metro Barranca del Muerto, muy cerca de Avenida Revolución)
Coordina: Rosana Fautsch
Informes e inscripción: Rosana Fautsch 55 55 08 50 16 | rfautfer@yahoo.com
Entrada libre y gratuita
Cupo limitado



NEL México DF - 2013 | www.nel-mexico.org | info@nel-mexico.org



Comunicazione


E' uscito il 3° volume della Collana dell'Antenna del Campo freudiano di Rimini dedicato al Seminario X di J. Lacan:


Ciò che non inganna
A cura di Loretta Biondi e Emanuela Radi
Con postfazione di Antonio Di Ciaccia
Panozzo Editore


Il volume contiene le lezioni di Miquel Bassols, Pierre Skriabine, Rosa Elena Manzetti e i contributi di membri e partecipanti SLP della comunità riminese. Sarà a breve disponibile presso le biblioteche del Campo freudiano di Roma e Milano.
Cordiali saluti,
Antonella Del Monaco


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NEL Cali - Seminario Internacional "Niños y adolescentes: nuevas formas de hablar con el cuerpo"





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Nueva Escuela Lacaniana de Psicoanálisis NEL-Bogotá

Horarios de Atención:
Lunes: 9:00 a.m. a 1 p.m. Martes y viernes: 3:00 p.m a 7 p.m
Lunes festivo se atenderá el jueves de 9:00 a.m a 1:00 p.m  
Teléfonos: 611 35 11 - 611 2953
Carrera 11B # 99- 54 Oficina 602

VI ENAPOL Boletín #55 TEXTOaCUERPO/ TEXTOaCORPO - Escriben Gabriela Basz y Gabriel Vulpara




    
TEXTOaCUERPO / TEXTOaCORPO
Boletín del fin de semana #55 / Boletín do fim de semana #55
Sábado - 28.09.2013
Eje 5 - Cuerpo y tecnociencia en el Siglo XXI
Contribuciones para el debate
Escriben Gabriela Basz y Gabriel Vulpara

Se han encontrado pruebas arqueológicas de que ya en el año 4000 A.C. el ser humano hacía un uso cosmético de distintos elementos. Desde entonces, diferentes polvos, lociones y afeites adornaron y embellecieron a la humanidad a lo largo de toda su historia.
La extensión de su uso en la actualidad despierta el interrogante de cuál es su función hoy en día.
Es lo que investiga el grupo de trabajo que integra Gabriela Basz, quien en el texto que nos ofrece, se pregunta si podemos pensar al "cuerpo cosmético" en la línea de lo que Lacan llama "una degeneración catastrófica". Su respuesta articula la buena imaginación a un recorte clínico.
Gabriel Vulpara nos brinda otra versión de esa "degeneración". La que nos presenta la novela de W. Gibson, Neuromante. Allí se imagina un mundo (no tan) futuro, en el cual sujetos maquinales, ciberhumanos, pueden sortear todo límite de la mano de la tecnociencia; a costa de transformarse en un "collage de implantes".
La buena noticia nos llega de la mano de E. Laurent "gracias a la angustia, nada de esto va a funcionar".
¡El ENAPOL se va poniendo lindo! Y está cerca. Muy cerca.

Cuerpo cosmético
Gabriela Basz - EOL (Buenos Aires)

En el grupo de trabajo acerca del "cuerpo cosmético", coordinado por Ennia Favret, estamos investigando la función de lo cosmético en nuestra época. Son varios los autores que lo abordan por la vía del arte, de la sociología. Gilles Lipovetsky, por ejemplo, ubica lo cosmético en la época como el signo más inmediato y espectacular de la afirmación del yo, de su unicidad. Según leemos en sus textos, estamos todos invitados a modelar la propia imagen, a reciclar el cuerpo. Llama "neonarcisisismo" a esta búsqueda de brillar en el goce de la propia imagen inventada, renovada.
J. Lacan, en su seminario del 19 de marzo de 1974, se refiere al registro de lo imaginario de un modo novedoso, muy interesante para abordar el problema que nos concierne. "No veo por qué me impediría yo imaginar lo que sea si esa imaginación es la buena…por poder demostrarse en lo simbólico… en tanto ella hace acceder al inconsciente" [1]. La buena imaginación… un imaginario del cual podemos servirnos para acceder al inconsciente. Hay, entonces, un imaginario que permite acceder al inconsciente y, siguiendo la lógica de la clase, podemos suponer que es aquel articulado a la castración en la transmisión materna. Ya que Lacan plantea que en la época hay una pérdida de lo que se soportaría en la dimensión del amor, pérdida sustituida por el "ser nombrado para" algo. Se trata de una sustitución en la que la madre basta ‒por sí sola ¡qué diferencia con los tres tiempos del Edipo!‒ para designar un proyecto (de vida) en que lo social tiene predominio. ¿Podemos pensar al cuerpo cosmético en la línea de lo que Lacan nombra como proyecto? Me parece que sí, que el "cuerpo cosmético" puede pensarse como uno de esos proyectos a los que alude Lacan. Este ideal social suple otro tipo de transmisión (más ligada al Padre) y se le da consistencia a un proyecto-cuerpo que empuja a minimizar los efectos de la castración.
Una paciente de 16 años que ha perdido más de 10 kilos, se acerca al peso en que su abuela materna, anoréxica, murió. "Yo lucho contra mi propio cuerpo, tengo miedo de engordar, no soporto mis piernas". "Acompañé a mamá en un viaje para operarse los ojos; ella tenía complejo con los ojos y se operó, yo lo tengo con las piernas y no me puedo operar". "Si no estoy con mi mamá no vivo". Tal el registro de su decir durante los primeros meses de tratamiento. Interpretaciones imaginarias (por la vía del sentido, buscándolo) fueron llevando a que se interese por historizarse y enganche recuerdos, momentos de su vida, con lo que le pasa. Por ejemplo: relata que su mamá siempre fue a nutricionistas y que con sus amigas se la pasan hablando de que lo mejor es ser flacas y cómo adelgazar. La madre siempre trabajó para ser hermosa y brillar con su cuerpo a diferencia de ella que es fea y gorda. "¿Cómo yo no voy a sufrir con el cuerpo si siempre me hablaron así?" se interroga. Además ha comenzado a incluir en sus dichos frases referidas a sus abuelos y a su padre. Parece entusiasmada en este trabajo, hace tiempo que no habla de sus piernas. Se estabilizó en el peso pero surge otro riesgo: los padres la quieren sacar del tratamiento analítico porque se volvió "muy difícil". (Efectivamente comenzó a cuestionarlos). Por el momento ella se opone. ¿Se podrá, en este caso, construir un imaginario que permita acceder al inconsciente? Al menos ahora parece posible.
1.       Lacan, J., Seminario 21, Les non dupes errent, clase del 19 de marzo de 1974, inédito.

Neurociencia (ficción): Neuromante
Gabriel Vulpara - EOL (Buenos Aires)

Imaginen un mundo de mundos múltiples. Con fronteras que se pueden trasponer usando un simple artilugio electrónico. Allí, un mundo en órbita, un mundo para placer de ricos y poderosos, mirando desde arriba. Abajo, un mundo terrestre; un mundo de ciudades rápidas: ordinario, masificado, cercano y caótico. Y otro, sin lugar pero no sin espacio: un ciberespacio.
Imaginen al sujeto como conjunción hardware-software. Un sujeto sólo definible por sus implantes y sus capacidades aumentadas. Una ciencia híbrida entre medicina e informática lo hacen posible y habitual. No hay barra en él que no se subsane con códigos de programación: un sujeto en su inefable y estúpida existencia. Una existencia modelada por lo que se adosó a su cabeza o al resto de su piel: aditamentos que ya ni se consideran gadgets. Un sujeto que, incluso muerto, sigue allí en forma de una digitalizada estructura de personalidad cargada en una máquina. Aún no estamos allí, pero no estamos lejos.
Esa es la escena de Neuromante (Neuromancer), de William Gibson, publicado en 1984 [1]. En el New Romancer, tenemos significantes nuevos que se esfuerzan en dar cuenta de una lalengua cada vez más oscura. Y en la escena, los sujetos pueden. Pueden extender su vida y sortear enfermedades y heridas, pueden re-fabricarse. Los sujetos pueden: para poder, pueden hacerse objetos de una tecnociencia tan omnipresente que es ya la propia sustancia de la cultura. Una tecnociencia que apesta a mercantilismo. Ni la tecnociencia ni el mercado son entidades (discursos, diremos) reconocibles y situables en sí. De ellas como consistencias, insistencias, no se habla. No hace falta: están allí, en todo(s). Por ellas, y en ellas, los sujetos pueden alternar entre los sujetos. Sus conexiones neurales e implantes los hacen habitantes del ciberespacio a voluntad; un aparato llamado simestim –un juguete de la carne- permite entrar en otra carne y sentir lo que otro cuerpo siente. Case, el protagonista, ve y siente lo que Molly ve y siente.
Y la carne, aunque presente, no es tan importante: se diría apenas una bolsa, un envase. Las clínicas médicas tienen un aire a service de electrónica, o a supermercado. A Case le corrigen desperfectos neuronales, le ponen toxinas, le cambian fluido espinal, le retocan nervios y hasta "incluyeron un páncreas en el paquete", dice Molly (un páncreas inmune a drogas, que lo cura de su adicción para que cumpla mejor el trabajo). La misma Molly es un collage de implantes. Todo muy funcional, herramientas de trabajo: ellos son ladrones, hackers de cuerpo entero. Cuerpos adecuados a sus mundos.
Lo real está domesticado, tiene leyes de tráfico: tráfico de información digital; sobre todo, tiene leyes dictadas por el tráfico de electrones. Son leyes fundadas por el paradigma tecnocientífico ‒y su aliado el mercado‒: un entramado tan contenedor como inobjetable. Tanto, que su máxima creación, la Inteligencia Artificial, se llama a sí misma Neuromante al decir que invoca a las neuronas para que cumplan órdenes.
Pero no crean que el libro es sólo utopía negativa. Hay novela allí, aunque no nos extrañe que no sea la novela familiar. Podemos tener esperanza en que haya esperanza: en Neuromante la neurosis subsiste. Aunque los personajes estén con encefalograma plano, los sujetos siguen, angustiados, su Historia, confirmando que el nudo de cuatro es inmune al cerebro. Allí, el buen y viejo sujeto lleva a cuestas su cuerpo (digámoslo ahora parlêtre), preocupado por el Otro sexo, penando y buscando antiguos amores, y teniendo sexo del mismo viejo modo: si bien con el simestim se puede sentir todo lo que otro cuerpo siente, Case nunca pensó en usarlo para conocer la versión de Molly del goce sexual.
Más allá de las relaciones sexuales la relación sexual sigue sin escribirse, aunque se escriban programas de computación o códigos genéticos, aunque se escriban los cuerpos… aunque se escriba Neuromante. O tal vez, justamente, porque se escribe Neuromante.
1.       http://www.aldevara.es/download/Neuromante_WilliamGibson.pdf
Para más información sobre la BAL2 haga click aquí o en el logo

En la página web del VI ENAPOL: http://www.enapol.com podrán encontrar los
Boletines anteriores: http://www.enapol.com/es/template.php?file=Boletines.html




Eixo 5 - Corpo e tecnociência no Século XXI
Contribuições para o debate
Escrevem Gabriela Basz y Gabriel Vulpara

Acharam-se provas arqueológicas de que já no ano 4000 A.C. o ser humano fazia um uso cosmético de diferentes elementos. Desde então, diversos pós, loções e afeites adornaram e embelezaram a humanidade ao longo de toda sua historia.
A extensão de seu uso na atualidade levanta a questão de qual é sua função nos dias de hoje.
É o que pesquisa o grupo de trabalho que integra Gabriela Basz, quem no texto que nos oferece, se pergunta se podemos pensar o "corpo cosmético" na mesma línea do que Lacan denomina como "uma degeneração catastrófica". Sua resposta articula a boa imaginação a um recorte clínico.
Gabriel Vulpara nos brinda outra versão dessa "degeneração". A que nos apresenta a novela de W. Gibson, Neuromante. Ali se imagina um mundo (nem tão) futuro, no qual sujeitos maquinais, ciber-humanos, podem sortear qualquer limite das mãos da tecno-ciência; às custas de transformar-se em uma "colagem de implantes".
A boa noticia nos chega das mãos de E. Laurent "graças a angustia, nada disto vai funcionar".
O ENAPOL está ficando bom! E está perto. Muito perto.

Corpo cosmético
Gabriela Basz - EOL (Buenos Aires)

No grupo de trabalho sobre o "corpo cosmético", coordenado por Ennia Favret, estamos pesquisando a função do cosmético em nossa época. São vários os autores que abordam o assunto pela via da arte, da sociologia. Gilles Lipovetsky, por exemplo, localiza o cosmético na época como o signo mais imediato e espetacular da afirmação do eu, de sua unicidade. Segundo lemos em seus textos, somos todos convidados a modelar a própria imagem, a reciclar o corpo. Denomina de "neo-narcisismo" esta busca de brilhar no gozo da própria imagem inventada, renovada.
J. Lacan, em seu seminário de 19 de março de 1974, refere-se ao registro do imaginário de uma maneira nova, muito interessante para abordar a questão que nos concerne. "Não vejo por que eu me impediria a mim mesmo de imaginar o que quer que seja se essa imaginação é a boa… pelo fato de poder ser demostrada no simbólico… em tanto ela faz aceder ao inconsciente" [1}. A boa imaginação… um imaginário do qual podemos servir-nos para aceder ao inconsciente. Há, então, um imaginário que permite aceder ao inconsciente e, seguindo a lógica da aula, podemos supor que se trata de aquele articulado à castração na transmissão materna. Já que Lacan coloca que na época há uma perda do que se suportaria na dimensão do amor, perda substituída pelo "ser nomeado para" alguma coisa. Trata-se de uma substituição na qual a mãe basta ‒por si só ¡que diferença com os três tempos do Édipo!‒ para designar um projeto (de vida) onde o social tem preponderância. Podemos pensar o corpo cosmético na mesma línea do que Lacan nomeia como projeto? Parece-me que sim, que o "corpo cosmético" pode pensar-se como um desses projetos aos quais alude Lacan. Este ideal social supre outro tipo de transmissão (mais ligada ao Pai) e dá-se consistência a um projeto-corpo que empurra a minimizar os efeitos da castração.
Uma paciente de 16 anos que perdeu mais de 10 quilos aproxima-se do peso em que sua avó materna, anoréxica, morreu. "Eu luto contra meu próprio corpo, tenho medo de engordar, não suporto minhas pernas". "Acompanhei minha mãe numa viagem para operar-se os olhos; ela estava complexada com os olhos e fez uma operação, eu estou complexada com as pernas e não posso operar-me". "Se não estou com minha mãe não vivo". Esse foi o registro de seu dizer durante os primeiros meses de tratamento. Interpretações imaginarias (pela via do sentido, buscando-o) foram levando-a a interessar-se por historicizar-se e ligar lembranças, momentos de sua vida, com o que lhe acontece no presente. Por exemplo: relata que sua mãe sempre foi para nutricionistas e que com suas amigas passam o tempo todo falando de que não há nada melhor do que ser magras e de como emagrecer. A mãe sempre trabalhou para ser formosa e brilhar com seu corpo a diferença dela que é feia e gorda. "Como não vou sofrer com o corpo se sempre me falaram assim?", interroga-se. Além disso, começou a incluir em seus ditos frases referidas a seus avós e a seu pai. Parece entusiasmada neste trabalho, faz tempo que não fala de suas pernas. Estabilizou-se no peso, porém surge outro risco: os pais querem tirá-la do tratamento analítico porque se tornou "muito difícil". (Efetivamente começou a questioná-los). Até o momento ela se opõe.
Poder-se-á neste caso, construir um imaginário que permita o acesso ao inconsciente? Pelo menos agora parece possível.
Tradução: Pablo Sauce
1.       Lacan, J., Seminario 21, Les non dupes errent, aula do 19 de março de 1974, inédito.

Neurociência (ficção): Neuromancer
Gabriel Vulpara - EOL (Buenos Aires)

Imaginem um mundo de múltiplos mundos. Com fronteiras que se podem transpor usando um simples dispositivo eletrônico. Ali, um mundo em órbita, um mundo para o prazer de ricos e poderosos, olhando de cima. Embaixo, um mundo terrestre, um mundo de cidades rápidas: ordinário, massificado, próximo e caótico. E um outro, sem lugar, mas não sem espaço: um ciberespaço.
Imaginem o sujeito como conjunção hardware-software. Um sujeito definível por seus implantes e suas capacidades aumentadas. Uma ciência híbrida entre medicina e informática o torna possível e habitual. Não há barreira nele que não se retifique com códigos de programação: um sujeito em sua inefável e estúpida existência. Uma existência modelada pelo que se anexou em sua cabeça ou ao resto de sua pele: anexos que já nem se consideram gadgets. Um sujeito que, mesmo morto, perdura sob a forma de uma estrutura de personalidade digitalizada em uma máquina. Ainda não chegamos lá, mas não estamos longe.
Essa é a cena de Neuromancer, de Willian Gibson, publicado em 1984 [1]. No New Romancer, teremos significantes novos que se esforçam em dar conta de uma lalíngua cada vez mais obscura. Na cena os sujeitos podem. Podem prolongar sua vida e sortear enfermidades e feridas, podem refabricar-se. Os sujeitos podem: para poderem, podem fazer-se objetos de uma tecnociência tão onipresente que é a própria substância da cultura. Uma tecnociência que cheira a mercantilismo. Nem a tecnociência nem o mercado são entidades (discursos, diríamos) reconhecíveis e situáveis em si. Não se fala das mesmas como consistências, insistências. Nem seria preciso: elas estão ali em todo (s). Por elas e nelas os sujeitos podem alternar entre os sujeitos. Suas conexões neuronais e implantes os fazem habitantes íntimos do ciberespaço; um aparato chamado simestin – um joguete da carne - permite entrar em outra carne e sentir o que outro corpo sente. Case, o protagonista, vê e sente o que Molly vê e sente. E a carne, ainda que presente, não é tão importante: dir-se-ia apenas uma bolsa ou um recipiente. As clínicas médicas têm um ar de mecânica ou de supermercado. Em Case são reparadas imperfeições neuronais, colocam-lhe toxinas, trocam- lhe o fluido espinhal, retocam-lhe os nervos e até "incluíram um pâncreas no pacote" diz Molly (um pâncreas imune a drogas, que o cura de sua adicção para que realize melhor seu trabalho). A própria Molly é uma collage de implantes. Tudo muito funcional, ferramentas de trabalho: eles são ladrões, hackers, de corpo inteiro. Corpos adequados a seu mundo.
O real está domesticado, tem leis de tráfico: tráfico de informação digital. Sobretudo, tem leis ditadas pelo tráfico de elétrons. São leis fundadas no paradigma tecnocientífico – e seu aliado, o mercado -: um enquadramento irrepreensível. Tanto que, sua máxima criação, a Inteligência Artificial, chama a si própria Neuromancer, ao dizer que invoca os neurônios para cuprirem ordens.
Mas não creiam que o livro é só utopia negativa. Há romance aí, ainda que não seja um romance familiar. Podemos ter esperança de que haja esperança: em Neuromancer a neurose subsiste. Mesmo que os personagens estejam com o encefalograma plano, os sujeitos seguem, angustiados, sua História, confirmando que o nó de quatro é imune ao cérebro. O bom e velho sujeito leva carrega seu corpo (digamo-lo parlêtre), preocupado com o Outro sexo, penando e buscando antigos amores, e fazendo sexo do mesmo velho modo: ainda que com o simestin se possa sentir tudo o que o outro sente, Case nunca pensou em usá-lo para conhecer a versão de Molly do gozo sexual.
Mais além das relações sexuais a relação sexual continua sem se escrever, ainda que se escrevam programas de computação ou códigos genéticos, ainda que se escrevam os corpos ... ainda que se escreva NeuromancerOu talvez, justamente, porque se escreve Neuromancer.
Tradução: Laura Rubião
1.       http://www.aldevara.es/download/Neuromante_WilliamGibson.pdf

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    Informes: Escuela de la Orientación Lacaniana
    Tel: (54-11) 4811-2707 | info@enapol.com




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