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Más lejos del inconsciente, más cerca de los cuerpos
Contribuciones para el debate
Escriben Mario Goldenberg y Elvira Dianno
Cuerpoatexto a Cuerpoatexto, llegamos al boletín número 10.
El 10 abre el juego e inaugura una nueva etapa.
A partir de este número ‒junto a las novedades sobre la organización del VI ENAPOL que les iremos transmitiendo‒ recibirán las inquietudes, las ideas, los aportes que los colegas de América nos hacen llegar por medio de sus textos. Textos que hablan, que dialogan, en los que vibran tanto las problemáticas que presenta la actualidad a la práctica del psicoanálisis como las respuestas singulares que pueden encontrarse en cada análisis.
En este número, Mario Goldenberg y Elvira Dianno nos ofrecen dos artículos imperdibles. Cada uno en su estilo nos brinda una lectura de la dimensión que toma el cuerpo cuando la evaluación y la normativización pretenden hacer olvidar lo real. Lectura que abre una pregunta: ¿Qué es un cuerpo sin síntoma?, y que plantea un desafío: ir de la compulsión (zwang) a la invención o creación personal.
Cuerpos del siglo XXI
Mario Goldenberg
El próximo ENAPOL 2013 llevará por título "Hablar con el cuerpo", permitirá investigar las nuevas coordenadas actuales respecto de la subjetividad de la época o, mejor dicho, las coordenadas del parlêtre(hablante-ser), noción que introduce Lacan en su última enseñanza y abre el horizonte de la biopolítica, como política sobre los cuerpos, definida por Foucault, de estas últimas décadas.
El parlêtre, como lo ha definido Jacques-Alain Miller su curso El partenaire-síntoma (97/98), modifica el concepto de $, sujeto representado por un significante para Otro, es sujeto más cuerpo. El cuerpo es un cuerpo que habla y en tanto habla goza, es un cuerpo pulsional, donde el síntoma es acontecimiento del cuerpo. Sin embargo, encontramos en nuestros tiempos, nuevas modalidades que no pasan por el inconsciente y que silencian al síntoma. Tanto desde las nuevas formas de violencia, las variantes del consumo y las toxicomanías. La declinación del S1 bajo la forma del Nombre del padre, la caída de los ideales, la elevación al cenit social del plus de gozar, constituyen un impasse ético y a la vez una promoción del superyó como mandato de goce, que no es lo mismo que el síntoma como manera de gozar.
Las nuevas formas de violencia llevan la marca de actos sin sentido como las masacres escolares, o la violencia como diversión, modo de rechazo del lazo social. Hemos asistido en estos últimos años a una serie de actos como Columbine, Carmen de Patagones, Oslo, Virginia Tech, Colorado, Rio de Janeiro, Connecticut, para mencionar algunos, donde se revela el revés del discurso actual, promovido por los mass-media y la industria de entretenimiento (Entertainment). Formas de violencia también, no tan ruidosas, pero que se ponen en juego en los adolescentes, haciendo uso de las redes sociales y los medios tecnológicos.
La confluencia del discurso de la ciencia y el mercado plantea un rechazo del lazo y una prevalencia del plus de goce. Los cuerpos golpeados, intoxicados, medicados, tatuados, cortados, dan un estatuto nuevo al hablante, así como también nuevas identidades a partir del pathos.
El tratamiento de lo real que hace el discurso actual a partir de la evaluación y la normativización es una combinación del todo vale según las ofertas del mercado y la doctrina inmunitaria de la seguridad.
"¿Dónde están las histéricas de antaño? .Las histéricas que le enseñaron a Freud el camino del inconsciente propiamente freudiano", parafraseando a Lacan.
El psicoanálisis tiene que vérselas hoy con otras modalidades de padecimiento,que no demandan saber, sino que buscan en las sustancias que proporciona la ciencia o las que promueve el mercado un modo de intoxicar el síntoma, de hacerlo callar.
La operación analítica tiene el desafío de pasar de la Zwang, compulsión, a la invención o la creación singular de la manera de gozar de cada uno. Mi anhelo es que este Encuentro demuestre a la comunidad estas coordenadas de nuestra clínica.
Violencia y drogas, ni sexo ni rock and roll
Elvira María Dianno
Sinuosas rectas líneas, punto y trazo grueso entrelazan un alicaído orden simbólico con el rozagante imaginario de pantallas globales impactando directamente sobre cuerpos sometidos a tratamientos que los ajusten a modelos del mercado del diseño: maquillados, medicados, fragmentados, tatuados, botoxeados, saludables cual títeres y marionetas.
Borrar diferencias y marcas de emociones, tiempo, etnias, género, promete y cumple a medias la ciencia en edulcoradas versiones de nudos cuerpos de Agamben.
¿Si el síntoma no es sin cuerpo, qué es un cuerpo sin síntoma?
¿Qué aventurar del axioma cuerpos que hablan? Hablan, gritan, enmudecen.
¿Qué líneas nos permiten abrir camino en la maraña selvática de la ley que impera cuando el orden simbólico se derrumba?
Si lo real se desregula a tal punto que los cambios climáticos sorprenden porque la naturaleza ya no se somete dócilmente a predicciones ¿es lo real lo que cambia o devela lo ya sabido? Ignorábamos a sabiendas que la naturaleza era una lectura de lo real y asistimos al anuncio de su sometimiento a la ciencia -en todas las marquesinas- con sed de dioses. El plano mundo precolombino se revolucionó con más de un viaje y -al borde del agotamiento del que habitamos- nuevas promesas abren expectativas de colonización allende los cielos.
¿Estaremos en las preliminares de la conquista del espacio o en las postrimerías del planeta hundiéndose bajo chatarra y smog?
Mientras crece la creencia en el progreso, un agujero de ozono deja al descubierto un real sin ley y sin semblantes donde la violencia parece pillar por sorpresa una época que se esfuerza en doblegar cuerpos para que el malestar desaparezca, tranquilizándose -en laboratorios legales y clandestinos- con cannabis y antidepresivos y estimulándose con anfetaminas y clorhidratos. Sorprendidos por la ley de la selva, los chivos expiatorios van del talibán a Hollywood, de la Guerra de las Galaxias a Tarantino.
Éste en su film Django, sin cadenas muestra un cruel y refinado Di Caprio -amo blanco burlado en su buena fe- queriendo refrendar un contrato con un apretón de manos indicando que los contratos escritos pueden romperse si no se involucran los cuerpos. Ironía del director con la ley del Far West que pagaba recompensas por infractores dead or alive. "Mato blancos y me pagan por sus cadáveres", dice el protagonista.
¿De qué lado del agujero de ozono leer hoy los episodios de violencia y drogas - sin sexo ni rock and roll- diversos en cada latitud? ¿Es un real que insiste ignorado a sabiendas por amos y refrendado por voluntarias servidumbres, reservado para la crueldad de ambos y de siempre? De esto también da cuentas el film: ni amos sin secuaces, ni todos los amos son blancos. By the way, Tarantino -sacrílego- barra al amo y al KKK.
Fina y gruesa caligrafía escriben sobre dos reales bien conocidos por todos -gracias al psicoanálisis- por sus nombres artísticos: Eros y Thanatos. Desde albores de la Ley se pretende regular cuando odio y amor ponen sus garras sobre el cuerpo de otro sin Otro. Noticias y estadísticas hablan de una feroz bestia desatada haciendo de las suyas y su correlato de justicia por mano propia a la que remiten film y realidad.
Tarantino en su western antiesclavista -comedia de amor al fin y al cabo- de lo único que no da cuentas para nuestras cavilaciones es de las trapisondas de la ciencia al intentar doblegar un real más indómito que Jamie Foxx a los que sólo se ha conseguido enfurecer más.
Entonces ¿qué habla cuando el cuerpo habla, qué del Ello más allá de lalengua?
Mais longe do inconsciente, mais perto dos corpos
Contribuições para o debate
Escrevem Mario Goldenberg y Elvira Dianno
Corpoatexto a Corpoatexto, chegamos ao boletim número 10.
O número 10 abre o jogo e inaugura uma nova etapa.
A partir deste número ‒simultaneamente às novidades sobre a organização do VI ENAPOL que lhes transmitiremos‒ vocês receberão as inquietudes, as ideias, as contribuições que os colegas da América nos enviam por meio de seus textos. Textos que falam, que dialogam, nos quais vibram tanto as questões que a atualidade apresenta à prática da psicanálise como as respostas singulares que podem se encontrar em cada análise.
Neste número, Mario Goldenberg e Elvira Dianno nos oferecem dois artigos imperdíveis. Cada qual a seu estilo nos brinda com uma leitura da dimensão que toma o corpo, quando a avaliação e a normalização pretendem fazer com que o real seja esquecido. Leitura que abre uma pergunta: O que é um corpo sem sintoma? E coloca um desafio, ir da compulsão (zwang) à invenção ou criação pessoal.
Corpos do século XXI
Mario Goldenberg
O próximo ENAPOL 2013 terá o título "Falar com o corpo", permitirá investigar as novas coordenadas atuais relativas à subjetividade da época ou, melhor dizendo, as coordenadas do parlêtre (fala-ser), noção que Lacan introduz em seu último ensino e abre o horizonte da biopolítica, como política dos corpos, das últimas décadas, definida por Foucault.
O parlêtre, como o definiu Jacques-Alain Miller em seu curso O parceiro-sintoma (97/98) modifica o conceito de $, sujeito representado por um significante para Outro, pois ele é sujeito mais corpo. O corpo é um corpo que fala e enquanto fala, goza. É um corpo pulsional onde o sintoma é acontecimento de corpo. Encontramos em nossos tempos, todavia, novas modalidades que não passam pelo inconsciente e que silenciam o sintoma. Isso ocorre desde as novas formas de violência, as variantes do consumo e as toxicomanias. O declínio do S1 sob a forma de Nome-do-Pai, a queda dos ideais e a elevação ao zênite social do mais de gozar, constituem um impasse ético e, por sua vez, uma promoção do supereu como ordenador de gozo. E isso não é o mesmo que o sintoma como modo de gozar.
As novas formas de violência têm a marca de atos sem sentido, tal como os massacres escolares ou a violência como diversão, modo de rechaço do laço social. Nestes últimos anos assistimos uma série de atos como Columbine, Carmen de Patagones, Oslo, Virgínia Tech, Colorado, Rio de Janeiro, Connecticut, para mencionar alguns, onde se revela o contrário do discurso atual, promovido pela mass-media e a indústria de entretenimento (Entertainment). Formas de violência também, não tão ruidosas, mas que se colocam em jogo com os adolescentes, fazendo uso das redes sociais e dos meios tecnológicos.
A confluência do discurso da ciência com o mercado supõe rechaço do laço social e prevalência do mais de gozar. Os corpos golpeados, intoxicados, medicados, tatuados, cortados, dão novo estatuto ao falante, assim como novas identidades a partir do pathos.
O Tratamento do real, que faz o discurso atual a partir da avaliação e normatização, é uma combinação do tudo vale, segundo as ofertas do mercado e da doutrina imunitária da segurança.
"Onde estão as histéricas de antigamente? As histéricas que ensinaram a Freud o caminho do inconsciente propriamente freudiano", parafraseando Lacan.
Na atualidade a psicanálise tem que se haver com outras modalidades de padecimento, aquelas que não demandam saber e buscam, nas substâncias proporcionadas pela ciência, ou naquelas que o mercado fomenta, um modo de intoxicar o sintoma, de fazê-lo calar.
A operação analítica tem o desafio de passar da Zwang, compulsão, à invenção ou criação singular da maneira de gozar de cada um. Meu anseio é que este Encontro demonstre à comunidade estas coordenadas de nossa clínica.
Tradução: Ilka Franco Ferrari
Violência e drogas, nem sexo nem rock and roll
Elvira María Dianno
Sinuosas linhas retas, ponto e traço grosso entrelaçam a abatida ordem simbólica com o viçoso imaginário de telas globais impactando, diretamente, os corpos submetidos a tratamentos que os ajustem aos modelos do mercado do desenho: maquiados, medicados, fragmentados, tatuados, botoxeados, saudáveis como fantoches e marionetes.
Apagar diferenças e marcas de emoções, tempo, etnias, gênero, promete e cumpre, de forma incompleta, a ciência em adocicadas versões de nós corpos, de Agamben.
Se o sintoma não é sem corpo, que é um corpo sem sintoma?
O que arriscar a partir do axioma corpos que falam? Falam, gritam, emudecem.
Quais linhas nos permitem abrir caminho no emaranhado selvagem da lei que impera quando a ordem simbólica desmorona?
Se o real se desregula a ponto de que as mudanças climáticas surpreendam porque a natureza já não se submete docilmente às previsões, é o real o que muda ou ele desvela o já sabido? Ignorávamos, mesmo cientes, que a natureza era uma leitura do real, e assistimos o anúncio de sua submissão à ciência -em todos os cantos- com sede de deuses. O plano mundo precolombino revolucionou-se com mais de uma viagem e –à beira do esgotamento do mundo em que habitamos‒ novas promessas abrem expectativas de colonização do outro lado dos céus.
Estamos nas preliminares da conquista do espaço ou no fim do planeta afundando sob sucata e smog?
Enquanto cresce a crença no progresso, um buraco na camada de ozônio deixa descoberto um real sem lei e sem semblantes. Nele a violência parece pegar de surpresa uma época que se esforça para submeter corpos para que o mal-estar desapareça, tranquilizando-se –em laboratórios legais e clandestinos‒ com maconha e antidepressivos, e estimulando-se com anfetaminas e cloridratos. Surpreendidos pela lei da selva, os bodes expiatórios vão do talibã a Hollywood, da Guerra das Galáxias a Tarantino.
Tarantino, em seu filme Django livre mostra um cruel e refinado Di Caprio –mestre branco tapeado em sua boa fé‒ querendo referendar um contrato com um aperto de mãos, indicando que os contratos escritos podem não ser honrados se os corpos não se implicam. Ironia do diretor com a lei do Far West que pagava recompensas por infratores, dead or alive. "Mato brancos e me pagam por seus cadáveres", disse o protagonista.
De que lado do buraco na camada de ozônio ler, hoje, os episódios de violência e drogas ‒sem sexo nem rock and roll‒, diversos em cada latitude? É um real que insiste ignorado pelos mestres, ainda que dele tenham conhecimento, e referendado por servidões voluntárias, reservado para a crueldade de ambos e para sempre? Isso também se pode ver no filme: nem mestres sem sequazes, nem todos os mestres são brancos. By the way, Tarantino –sacrílego- barra o mestre e o KKK.
Fina e grossa caligrafia escreve sobre os reais bem conhecidos por todos –graças à psicanálise‒ por seus nomes artísticos: Eros e Thanatos. Desde o surgimento da Lei pretende-se regular quando ódio e amor colocam suas garras sobre o corpo de outro sem Outro. Notícias e estatísticas falam de uma besta feroz, solta, fazendo das suas e com correlato de justiça, por sua própria mão, a que se remetem filme e realidade.
Tarantino, em seu western antiescravagista ‒afinal, comédia de amor‒, unicamente não presta contas, para nossas reflexões, dos enredos da ciência ao tentar dobrar um real mais indômito que Jamie Foxx, aos que somente se tem conseguido enfurecer ainda mais.
Assim, o que fala quando o corpo fala, o que do Isso para além da lalingua?
Tradução: Ilka Franco Ferrari
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