19 de dezembro de 2016

Alocución de la directora de la Comunidad de Catalunya de la ELP, Neus Carbonell

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Estimados colegas,

En primer lugar quiero expresar mi agradecimiento por haber depositado en mí vuestra confianza para hacerme cargo de la dirección de la Comunidad de Catalunya durante los próximos dos años. Sin duda, trabajaré con ahínco y entusiasmo para estar a la altura de ella. Agradezco también la confianza depositada en los miembros de la Junta que me acompañarán. Nos hemos reunido alegres y decididos para ejercer con responsabilidad los retos que asumimos. Quiero verdaderamente agradecer a la Junta saliente, Emilio Faire, Rosa Godínez, Lidia Ramírez y Gemma Ribera, toda su dedicación durante estos dos años precedentes. Sin el trabajo que han llevado a cabo no habría lugar para nuestro relevo.

En efecto, se trata ahora para nosotros de ser relevo y de producir las condiciones de posibilidad del próximo. La historia del psicoanálisis en nuestra comunidad, y allende de ella, es una historia de deseos que nunca podrían ser anónimos pero que hacen serie. No podríamos asumir la dirección de esta instancia de ningún otro modo. En esta serie queremos escribir e inscribir nuestro deseo.

Tanto desde la dirección como desde la Junta, asumimos la tarea que la asamblea nos encomienda esta noche con unas líneas de trabajo que hemos diseñado en nuestros encuentros previos. Quisiera anunciar aquí, pues, las líneas maestras que nos proponemos para los próximos dos años. Estas líneas señalan, como no podía ser de otra manera, en tres direcciones: la epistémica, la clínica y la política, anudadas, claro está, a la AMP y la Escuela Una.

Dos acontecimientos están ya en nuestro horizonte: El encuentro Pipol que tendrá lugar en Bruselas los días 1 y 2 de julio del 2017. Y el XI Congreso de la AMP en abril de 2018 en Barcelona. Nos proponemos tomar como orientación para el trabajo epistémico los temas de estos encuentros. Temas que nos unen, sin duda, a la comunidad del psicoanálisis de orientación lacaniana en el mundo. El tema del encuentro Pipol, “La clínica fuera de las normas”, abre una vía apasionante de investigación en el momento actual definido en una ocasión por Jacques-Alain Miller como la era del “hombre de la cifra”. Qué duda cabe que estamos convocados a interpretar nuestro momento, pero también a interpretarnos a nosotros mismos: psicoanalistas practicantes, ya en instituciones, ya en las consultas. Si, como afirmó Miquel Bassols, la verdadera institución del psicoanálisis, quizás la única, es la institución de la transferencia: ¿Cómo hacerla existir? Para nosotros, la clínica fuera de la norma es la clínica bajo transferencia. O dicho de otro modo, para que exista la clínica bajo transferencia debe ser posible un espacio fuera de las normas. Desde luego, no hay norma para la transferencia, aunque sí como rezaba el título del congreso de la AMP, hay principios.

Asimismo, en apenas un año y cuatro meses, vamos a acoger seguramente a miles de personas en nuestra ciudad, sede del XI Congreso de la AMP. Estoy segura de que saldremos airosos y con creces de tamaño compromiso. Tengo la convicción de que la organización será impecable. Además, me gustaría que podamos acoger con la misma seriedad la episteme del congreso. Por eso propongo que empecemos ya a trabajar sobre el tema: “Las psicosis ordinarias y las otras, bajo transferencia”. Un tema del que ya hemos empezado a entrever su alcance en los trabajos de presentación que nos han hecho sus organizadores, Xavier Esqué y Anna Aromí. Como se ha señalado, este tema nos va a obligar a repensar la clínica estructural desde la última enseñanza de Lacan. Pero además, contamos con una ocasión única para hacer escuchar lo que el psicoanálisis pude decir sobre la psicosis. Contrariamente a lo que los gestores quisieran creer, la clínica de las normas ha sumido la “salud mental” en un auténtico desbarajuste. Por el contrario, el psicoanálisis cuenta con la transferencia para ordenar el campo de la psicosis que a la salud mental se le escabulle a cada momento.

Además, estaremos atentos a las propuestas de la ELP y de su presidente, Enric Berenguer, en cuanto a las próximas jornadas y a los demás encuentros que se puedan suceder.

El programa clínico para la Escuela no puede ser otro que el pase. La Escuela es el pase. Ahora nos encontramos en un momento fecundo de esta experiencia. El cartel de la Escuela ha nombrado a dos colegas nuestros que esperamos poder recibir en nuestra sede. Creemos que hay que tomarse muy en serio la riqueza de este momento. El próximo 9 de octubre se cumplirán 50 años de la “Proposición del 9 de octubre de 1967” una efeméride así merece una celebración. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Desde la Junta proponemos un trabajo sobre el pase que incluya también una elucidación sobre su historia.

El otro dispositivo crucial para la vida de la Escuela, además del pase, es el cartel. Sobra decir la importancia que Lacan le atribuyó. La Junta ha decidido constituirse en un cartel para que la elaboración epistémica acompañe y dé consistencia a nuestro trabajo. Vamos a inscribirlo en la Escuela, pues, y a dar cuenta de nuestro trabajo al concluir los dos años de junta con los que nos comprometemos ahora.

Finalmente, la política, que sabemos que no es otra que la del síntoma. Si algo lleva ya años, desgraciadamente, haciendo síntoma es el campo del autismo. La batalla del autismo, como la denominó Eric Laurent, ha puesto y sigue poniendo al psicoanálisis ante tesituras muy complicadas. En este campo se juega el principio de la supervivencia del discurso analítico. En Francia, la proposición del sr. Fasquelle ha sido indecente. Allí se ha ganado una batalla, pero sabemos que los lobbies cientificistas y de mercado no aceptan derrotas y responderán rearmándose. En Barcelona, hemos estado a la vanguardia de esta lucha: la creación de TEAdir y su incansable trabajo en el campo político, los dos foros y su notable éxito. La puesta en circulación de un discurso inventado por nosotros dirigido a encontrar una interlocución con el Otro encarnado en los representantes políticos y sociales ha sido fundamental. En efecto, hablar de la libertad de elección, de la pluralidad de métodos, de los derechos democráticos, como hicimos desde los primeros manifiestos, hace de difícil justificación la prohibición del psicoanálisis que algunos pretenden. Junto a ello, la presentación de la clínica de orientación lacaniana y el desmontaje de los mitos de la así llamada “evidencia científica” han constituido nuestras estrategias. Todo ello nos indica que acertamos en nuestra manera de afrontar lo que venía, es decir, sin miedo, sin vacilación, con decisión, haciendo valer el psicoanálisis tal y como es en la orientación lacaniana, sin tapujos ni caminos paralelos. Esto ha valido que, al menos, en el campo político nos hayamos hecho presentes. Sin embargo, y si pudieron escuchar la comparecencia en el Parlament de Iván Ruiz el pasado 15 de noviembre, parecería que todo en el mundo actual está preparado para que la retórica superficial, autoritaria y banal de aquellos que quisieran vernos desaparecer pueda ser escuchada mucho mejor que nuestro discurso. ¿Cómo hacer con ello? En este sentido, un párrafo del escrito difundido por la ECF el día siguiente a la votación de la proposición de Fasquelle me pareció merecedor de toda la atención:

Se atribuye al psicoanálisis- de buena o mala fe- y a los psicoanalistas, puntos de vista, prácticas, posiciones en las que no nos reconocemos. No nos reconocemos entre aquellos que “culpabilizan a las madres”, entre aquellos que aplican tratamientos “que maltratan”, aquellos que reproducen sin contravenir estándares gastados en su práctica con los sujetos autistas y su entorno.

Las Jornadas de la ECF desde hace muchos años, así como las del Instituto del Niño testimonian muy precisamente lo contrario: prácticas en las antípodas de estas acusaciones: invenciones, creaciones, acogimiento de la singularidad radical- aquello que cada uno tiene la oportunidad de poder extraer de su propio análisis. Y este foco irradia, informa, inspira, sostiene a numerosos practicantes.

¿Por qué no conseguimos hacerlo pasar? ¿Es esta la buena pregunta? Digámoslo de otro modo: cómo hacemos para testimoniar, para rendir cuentas, para hacer visible eso que es nuestro día a día. Podemos creer que no es posible. Nos corresponde hacernos responsables del malentendido.

Creo que estas son las buenas preguntas: ¿Qué es lo que no conseguimos hacer pasar al Otro social? ¿Por qué? ¿En qué punto somos responsables del malentendido? Un malentendido, por cierto, en el que se juega mucho. Tomémoslas como brújula para nuestro trabajo. Nos van a hacer falta muchas dosis de astucia. Me parece una máxima a tomar en cuenta la siguiente frase de Jacques-Alain Miller en Vida de Lacan: “La astucia es necesaria para quien ha tomado la medida de sus fuerzas y las del Otro, y no se rebaja a ladrar contra el cielo.” Así, pues, nos tocará continuar lidiando en esta batalla. La CdC en el marco de la ELP y de la AMP está preparada para ello.

Otro punto importante para esta Junta va a ser cómo dirigirnos a la juventud. Esta cuestión va a estar para nosotros en el punto de mira. La comunidad lleva años labrando en este sentido y nosotros lo retomamos.

Para desarrollar este programa contamos con las actividades, la web, la biblioteca y la revista. Nuestro propósito es hacerlo confluir remando en la misma dirección, unir fuerzas. En eso estamos.

En fin, nos hemos tomado en serio que ser digno miembro de la Escuela es ser un trabajador incansable. Sobre todo, cuento con cada uno de vosotros, con la comunidad de trabajo que durante años se ha constituido en Catalunya.

Moltes gràcies i endavant les atxes!*

*Nota: ¡Muchas gracias y adelante las antorchas! (En la actualidad se utiliza coloquialmente para indicar la voluntad de proseguir una acción a pesar de las dificultades. Nota del moderador del AMP-BLOG)

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