ELP DEBATES
[ LA PUERTA DEL CARTEL ]
El por-venir del órgano base de la Escuela: ¿Nos servimos de él?
Por Elida Ganoza
Dos dispositivos, el cartel y el pase, fueron creados por Jacques Lacan para su Escuela, cuyo esfuerzo estuvo dirigido a que estos dispositivos permitieran al psicoanálisis de orientación lacaniana pasar del saber supuesto al saber expuesto.
El cartel como órgano base y puerta de entrada a la Escuela en el Plan Lacan tenía un lugar preeminente. La orientación de Lacan fue clara y precisa: para él la formación del analista y lo más propio del trabajo de Escuela requería de la experiencia del cartel. Sabemos que éste plan ya no es lo que era y que los tiempos ya no son los mismos.
A partir de nuestro momento como Escuela, ¿cómo dar un lugar renovado al deseo de trabajo en carteles? ¿Qué política se tiene reservada para el cartel en las sedes de la NEL? ¿Cuál es la política que le conviene al cartel? ¿Es posible anudar la NEL al cartel?
La Escuela nos da su política de orientación para que el cartel tenga un lugar en ella pero no depende sólo de las instancias directivas sino que mucho depende de cómo los miembros y asociados de la NEL subjetiven el trabajo en carteles en sus distintas sedes.
La experiencia del cartel es por supuesto singular, depende de la contingencia del encuentro. Pero, ¿podemos y queremos servirnos de él como instrumento? Es claro que la experiencia del cartel es un lugar muy propicio para plantear las verdaderas cuestiones sobre la formación del analista y la transmisión del psicoanálisis. Representa un lugar de compromiso con la Escuela al sostener un trabajo de elaboración que favorece la transmisión del psicoanálisis. Encontrarle un uso posible y discutirlo con los otros de la Escuela, es algo que se podría hacer si nos lo proponemos.
Todos sabemos que el dispositivo del pase funciona como un cartel, y somos testigos que ese uso del cartel es exitoso en las Escuelas. El Plan Lacan con el pase hace efectivo que el cartel tenga el lugar que conviene a la Escuela y da sus frutos. Como manifiesta Luis Tudanca, "no es lo mismo creer en el cartel que servirse del mismo.
El cartel es un instrumento, se ofrece al uso, es dócil a la elaboración colectiva, pero… ¿cómo sería savoir faire, en un cartel?" (1) El cartel posibilita una elaboración colectiva que pasa de uno en uno al escrito y para que se produzca tal elaboración, es necesario pasar del funcionamiento de grupo a su revés. Para ello, Eric Laurent, siguiendo la dirección de Lacan expresa en su artículo "Discurso y grupo", que el efecto de grupo se puede calibrar según lo que añade obscenidad imaginaria al efecto de discurso. Más se acentuará la disolución de lo grupal cuanto más cartel hay en un grupo y nos recomienda servirnos del grupo para intentar constituir un cartel. El Cartel es la posibilidad práctica de un trabajo de Escuela que más se adecúa al discurso analítico. Es un instrumento válido para la transmisión de un deseo de saber que puede anudarse a la causa de cada quien.
El aporte y la posición de cada uno surgen de la discusión misma que fomenta el intercambio y estimula la productividad orientada por el Más Uno. Esto da forma y contenido a la transferencia de trabajo redundando directamente en la Escuela que promueve el psicoanálisis; es decir que lo colectivo se sostiene de uno, en uno puesto que el saber no tiene valor en sí mismo, sino en tanto circula y se comparte con otros. Así mismo, como señala Mauricio Tarrab, esta elaboración singular necesita de los otros. "Tú puedes saber pero no sin los otros". (2)
Jacques Lacan inventó el cartel como una célula de trabajo con una dinámica de funcionamiento que incluye la permutación en su núcleo con el Más Uno que descompleta. Esta dinámica le permitió apostar por este dispositivo y al idearlo como lo hizo trató de poner a buen recaudo los obstáculos y los impases en el trabajo de grupo, permitiendo arreglárselas con los efectos de grupo. En el mismo seno del cartel puso la semilla de su propio resguardo, porque favorece el efecto de discurso por encima de los efectos de grupo.
El cartel con su estructura borromea, bordea el agujero de la no relación sexual manteniendo viva la causa analítica y en el esfuerzo por subjetivar ese real. Como prisioneros que somos, reconocemos esa condición cuando bordeamos el agujero en el saber, pudiendo estar advertidos que es, no sin los otros que tenemos una chance lógica (3), por tal motivo la formación del analista y lo más propio de la inmersión en la Escuela precisa de la experiencia del cartel.
Si nosotros como Escuela nos ingeniáramos para adoptar la modalidad del trabajo en carteles en cada sección, en cada congreso, encuentro, en cada noche de Escuela, es muy probable que logremos una eficiencia tal al ponerlo a punto que potenciando sus bondades nos apropiemos de su riqueza.
¿Cómo valernos del cartel para la formación del analista en la NEL?
Con su política y orientación la NEL, con sus sedes y grupos asociados, puede provocar funcionando como un Más Uno un efecto multiplicador del trabajo en carteles. El cartel es un dispositivo atravesado por la política del psicoanálisis que si bien no se puede prescribir cómo se causa el deseo, éste puede funcionar como causa cada vez que se recurre a él por ser un significante vacío, anudándose los unos con los otros ya su vez anudándonos a la Escuela.
Lo que mantiene actual al cartel, al poner en el centro de la elaboración de sus cartelizantes "lo que no se sabe", es lo inédito de su lazo social que se reedita en cada cartel que se establece. Siempre vivo, éxtimo, porque responde a las leyes del deseo alojando en la contingencia de sus encuentros la heterogeneidad, lo diverso, lo diferente y lo singular.
Es por todo esto, que el cartel es una fuerza viva, es una fuerza política del psicoanálisis lacaniano del cual podemos servirnos en la NEL.
Referencias:
(1) TUDANCA, Luis. Razones, en El Caldero de la Escuela Nº 81. Buenos Aires: EOL, Octubre/ 2000. (2) TARRAB, Mauricio, En el cartel se puede obtener un camello, en En las huellas del síntoma.2ª ed. Buenos Aires: Grama Ediciones/ 2010 (3) TARRAB, M. Ibid.
(2) TARRAB, Mauricio, En el cartel se puede obtener un camello, en En las huellas del síntoma.2ª ed. Buenos Aires: Grama Ediciones/ 2010.
(3) TARRAB, M. Ibid.
* Texto publicado en A ritmo propio #13 – Boletín de Carteles de la NEL
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