15 de julho de 2011

-EOL - Hacia la 1° CONVERSACIÓN Boletin n°3


LA EOL 20 AÑOS DESPUÉS

Hacia la 1° CONVERSACIÓN

boletín n°3

“¿Cómo se forman los psicoanalistas en la EOL 20 años después”

Sábado 13 de agosto de 2011

de 9 a 14 hs

El Gato sonrió al ver a Alicia.

Minino de Cheshire …¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?.

- Eso depende de a dónde quieras llegar, contestó el Gato.

- A mí no me importa demasiado a dónde..., empezó a explicar Alicia.

- En ese caso, da igual hacia dónde vayas, interrumpió el Gato.

-...siempre que llegue a alguna parte, terminó Alicia a modo de explicación.

- ¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, dijo el Gato,si caminas lo bastante.

A un mes de la Conversación, cinco nuevos textos nos han llegado -uno desde Córdoba- para este 3° Boletín. Cada uno de ellos plantea un sesgo peculiar, que, como el gato de Alicia, no nos dice adonde ir , pero si desde donde encaran el tema: cómo reconocer y preservar la diversidad en los caminos de la formación?... el cartel y sus incidencias incalculables... la posibilidad que produce el error... interrogantes sobre lo que falta inventar...aquello para lo que la Escuela no es un refugio...

Aguardamos los que vendrán.

M.T.


Pedro Pablo Casalins, Formación y diversidad

Estela Carrera, Escuela y cartel

Verónica Carbone, La ventana del error

Gustavo Sobel, La EOL y su época

Silvia Salman, Practicar la inconsistencia

* los textos deben ser enviados a mauriciotarrab@arnet.com.ar y adrianatesta@arnet.com.ar


Formación y diversidad

Interpelado para intervenir sobre el tema de la convocatoria desde ese pliegue de la Escuela que es La Red, no puedo sino partir de reafirmar el trípode clásico en que intentamos asegurar nuestra formación como analistas, pero sin analizar o especular sobre ninguno de ellos en su realidad efectiva actual; aunque no es ocioso decir que los grupos de discusión clínica de La Red son caja de resonancia del estado de los que lo integran respecto a lo que se espera de cada uno de los elementos de esa terna. Entonces, partamos del hecho de que ella existe, por lo menos por ahora. Aunque haya alguno que todavía piense que éramos pocos y parió la abuela; pero para la mayoría no es un problema aunque pueda ser un síntoma. Bien, ahora debemos interrogarnos sobre qué es lo que aporta este dispositivo a la formación.

Decía que en particular los grupos de discusión clínica, parte constitutiva del dispositivo de La Red, permiten comprobar los efectos de formación del análisis, la enseñanza y los controles; pero no solamente. También pueden generar efectos de formación en si mismo en sus integrantes. Trataré de explicarme. Si tenemos en cuenta que participamos de una lengua común también podemos admitir que hay varios dialectos con los que abordamos la experiencia, fuente de malentendidos o diferencias en la lectura que hacemos de ella. Esto, que puede ser leído como una debilidad también puede ser razón de su fortaleza. Claro que a condición que el intercambio se dé en ciertas condiciones. Tengamos en cuenta que estos grupos se constituyen por diversos factores que exceden lo transferencial o la afinidad dialectal, lo que asegura que en ellos haya diversidad. Pero para que esto sea eficaz respecto al propósito formativo, esos discursos deben sostenerse en razón y no por afirmarse en la creencia. Es decir que se deben deponer identificaciones imaginarias, remover falsos semblantes, para que lo que el otro pueda aportar genere significaciones nuevas o socave las aseguradas en un discurso de autoridad o en un saber clínico derivado de otros casos, para así poder avanzar en un trabajo colectivo con un saldo de saber. Ahora, es menos cierto que esto valga para el grupo como tal que de modo eventual o contingente para alguno en una ocasión, para otro en otra; sin descartar que pueda producir rectificaciones subjetivas que nos dejen mejor orientados, sepamos o no ubicar con claridad ese punto de inflexión. Le toca a cada uno, en otro espacio, dilucidar esas cuestiones.

Pedro Pablo Casalins



Escuela y Cartel

Escuela y Cartel, es el rasgo que orienta mi trabajo cartelizante, junto a la comisión de carteles en la Sección Córdoba. En el marco de este cartel había leído la intervención de J. A. Miller en la Jornada de Carteles de la Escuela de la Causa Freudiana de 1994, titulado “el cartel en el mundo”. Este texto me cautivó. ¿La Escuela de hoy es aquella, la de Lacan? ¿Tiene sentido conservar el pequeño grupo, llamado cartel? ¿Cómo funciona hoy el cartel?. De hecho el cartel en el mundo funciona de modos diferentes. Hay lugares, donde hacer un cartel es cosa difícil, no hay entusiasmo. Hay lugares donde es tradicional el curso magistral, el seminario dictado que promueve el carisma, atrayendo y cautivando a los demás. Hay lugares como la Sección Córdoba donde el relieve está dado por el gusto y el uso del cartel. Hay en la Escuela y en las Secciones un trabajo en intensión respecto del Cartel y su lugar en la formación. Eso puede relevarse por las acciones que se realizan para promover y propiciar el uso del cartel. Entonces ¿como interpretar el lugar que tiene el cartel, en cada realidad efectiva, la wirklichkeil?

A 20 años de la fundación de la EOL, Mauricio Tarrab nos convoca a una conversación para interrogar en que punto estamos en cuanto a la tensión entre la escuela y la Institución. Agrega que se trata de una tensión ineliminable que siempre es tenida en cuenta por J.A.Miller para orientar la política de las Escuelas. Me pregunto por el cartel, en el marco de esa tensión Escuela-Institución. ¿Qué lugar tiene? ¿De que esta hecha dicha tensión, cual es su razón de existir? ¿Incide en el cartel?

El significado de la palabra tensión remite a “estado en el que se encuentra un cuerpo sometido a la acción de fuerzas opuestas”. Escuela e institución coexisten pero se diferencian incidiendo una en la otra inevitablemente. Es así como la Escuela agujerea a la institución y ésta a la Escuela. Estamos llamados a verificar por los efectos si las acciones que ejecutamos en relación al cartel se inscriben en un mas acá de la Escuela o en un mas acá de la institución.

La Escuela es un instrumento, decía Miller en Caracas año 2000. Lacan lo definió así «un instrumento para el psicoanálisis», ya que la Escuela esta hecha para el psicoanálisis y no al revés. La Escuela que Lacan fundó tenía una clara intensión anti didacta, es decir anti verticalista, anti sindicalista. Proponía una organización circular. Iba intencionalmente en contra de los efectos de grupo. Para eso inventó el Cartel y el Pase. Dos modos de hacer de la Escuela un instrumento para contrarrestar la inercia imaginaria que despierta el carisma. Encuentro que para eso es necesario el Cartel y el Pase tanto ayer como hoy si queremos mantener esa tensión entre Escuela-Institución e ir así en contra de los efectos de grupo. Considero entonces que Cartel y Pase fundamentan la singularidad de la Escuela, sin lo cual solo habría institución.

Estela Carrera



La ventana del error

“Veinte años no es nada y (...)”

El “20 años después”, de la convocatoria, implica un après-coup de la historia de lo que nos ha pasado en nuestra Escuela con la formación . Al interpretar Zaratustra los dos colores, uno, el de la más profunda falsedad, el del error y la apariencia. El otro de la suprema pasión y creación, Nietzsche nos dice que hay que tener en cuenta que el error constituye la esencia de la verdad. Después de Freud y de Lacan orientados por la enseñanza de J.A.Miller ¿podremos preguntarnos por el error ¿cuáles han sido ellos en estos 20años? Sabiendo que el camino de la formación no es lineal sino un tejido nudoso.

Las cosas funcionan en nuestra EOL, con el malestar estructural que provoca toda institución. Preguntarse por ello es una manera de pensar los síntomas que la atraviesan ,el error que no se desbarata se enquista. Esta oportunidad de plantearlos es lo que permite no quedarnos dormidos soporíferamente, con los sintagmas lacanianos, y saberes concluidos.

La propuesta es interrogarnos sobre los errores para hacer con ellos una experiencia que motorice la formación, no solamente de los jóvenes sino de los que nos sentimos implicados en la orientación lacaniana, (sin desechables ni suficiencias ). Poder precisar algo del sínthoma que vivifique la escuela.

Concluyo con una cita de Miller de su curso El lugar y el lazo: “Lo que permite que haya psicoanálisis es el error, que haya equívocos siempre posibles entre las palabras(…)”.

Verónica Carbone




La EOL y su época

“La Escuela está en mí, más de lo que yo estoy en la Escuela”. Frente a esta convocatoria me surgió esta idea, que consideré podía compartir para ubicar lo que define un rasgo de mí formación en estos 20 años de la EOL. Si no es así ¿Cómo entender el trabajo cotidiano en el ICdeBA, en el IOM, en PAUSA, en la Universidad, si no estoy ahí atravesado por La Escuela? ¿Si no intento cada vez que el efecto Escuela se inmiscuya en lo que allí acontece?

Hay en este recorrido una transformación subjetiva que se puede medir por el pasaje del antecedente “yo estoy en la escuela” a su consecuencia “la escuela está en mi”. Esta transformación no es ajena a la incidencia de la época en el devenir de la EOL. Los vertiginosos cambios que se produjeron en esta dos décadas (basta mencionar la de internet o la problemática suscitada por la presencia del estado en la regulación de las prácticas, entre muchas otras) han sido tal, que podemos considerar que en el año 91 estábamos más próximos a la época del la proposición de Lacan del 67, de lo que hoy estamos del momento de fundación de la EOL.

Estos cambios han marcado transformaciones de nuestros modos de relación. Pero también estos años nos han dado a los “jóvenes”, de aquella época, un valioso tiempo de estar en la Escuela, de vivir sus noches, de hacernos a ella.

¿Cómo será para los que hoy llegan? ¿Cuáles serán las invenciones que harán falta crear para transmitir ese vacío central, esa tensión necesaria, que vuelve a la Escuela constituyente de la formación de los analistas?

Gustavo Sobel



Practicar la inconsistencia



¿Existe al menos un psicoanalista del que podría decirse que está “bien formado”?
Si así fuera, de todos modos no podríamos decir qué forma adquiere.
Porque si de algo se trata en la experiencia de un análisis –que es la vía regia, aunque no la única, en la formación de un psicoanalista- es de perder la(s) forma(s). Por lo menos las del síntoma y el fantasma.
Analizarse es entre otras cosas, hacer la experiencia de la inconsistencia del Otro.
Hacerse a la disciplina de la inconsistencia es ciertamente una de las llaves de lo que llamamos la formación del psicoanalista” (Curso del 3-12-08, Miller, Cosas de finura).
En este horizonte, formarse como psicoanalista sería entonces hacerse a lo sin- forma, no sin cierto estilo.
Y en eso la Escuela no brinda ningún refugio, porque ella también, -y esa es su esencia- adolece de la buena forma. Sin embargo acá estamos
... tal vez porque el trabajo de Escuela vuelve más soportable esa inconsistencia.

Silvia Salman


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