24 de outubro de 2018

CUERPOS QUE GESTAN

Por Ana Cecilia Gonzalez - EOL








De tanto tropezar en la búsqueda por asir su propio sujeto, después de haberlo construido y desconstruido más de una vez, los feminismos parecían disolverse en la teoría de género, que desplazaba el acento hacia los “cuerpos que importan”(1), es decir, todos aquellos excluidos por la norma heterosexista, con el efecto de multiplicar identidades, que no por queer resultan menos segregativas. Pero además, esos cuerpos eran “cuerpos de papel, sin ningún verdor” (2) o, más precisamente, eran cuerpos–texto, y unos textos que cada quien podría editar o resignificar a su antojo, sin que medie obstáculo, privilegiando una subjetividad voluntarista y autobiográfica que resonaba cómodamente con el “empresario de sí mismo” del formateo neoliberal.

El movimiento feminista en Argentina avanzó contra esa lógica, desplazando la cuestión al menos por tres vías.

Bajo la consigna “Ni una menos” hizo irrupción una corporalidad según la cual cada cuerpo cuenta, uno por uno, radicalmente, al punto de que no es aceptable ni una menos. Dicho de otro modo: los cuerpos cuentan como serie y no como clase, prevaleciendo la lógica del no-todo, frente al “paratodeo” (3) que inexorablemente excluye algunos cuando afirma un universal, especialmente en clave identitaria.

El efecto inmediato fue una manifestación sin precedentes, en la que los cuerpos se arrojaron a la calle a sabiendas de lo inédito de la convocatoria. En el apretujamiento que se produjo cerca del Congreso de la Nación, una señora mayor que pugnaba por avanzar hacia la plaza exclamaba “¡La pucha que cuesta hacer Historia!”. 
Pero además la vindicación “Ni una menos” –que en este punto conserva el género  por más que paralelamente impulse el lenguaje inclusivo– hizo visible el odio a lo femenino, cuya forma más atroz fue por fin nombrada en su especificidad bajo la figura jurídica del femicidio. Es la vida lo que está en juego, la vida de las mujeres, asesinadas por su condición de tales. Entonces, esos cuerpos que cuentan, una por una, cuentan en tanto que vivas.
Según Jean-Claude Milner (4), hay una noción cuerpo, la del psicoanálisis, que a diferencia de las versiones religiosas y filosóficas, no supone un cuerpo creado o deducido, sino un cuerpo que nace, y en ello radica su real. Y es allí, cerca de la animalidad donde comienzan los derechos, que no son los del Hombre, ni cualquier otra entelequia, sino los derechos de los cuerpos hablantes, una por una.

Sucede además que esos cuerpos que nacen –y esta es la segunda cuestión, traída a colación con el debate por la despenalización y legalización del aborto– son cuerpos que nacen de cuerpos que gestan. Con el sintagma “cuerpos gestantes” no se trata de la idealización de la maternidad en la que había incurrido el feminismo de la diferencia –contra el que se alzó la teoría de Judith Butler–, sino de poner el acento sobre la condición particular de unos cuerpos que, a diferencia de otros, pueden, si así lo desean, gestar otros cuerpos. Entonces, de los “cuerpos que importan” a los cuerpos que gestan, se produjo otro desplazamiento radical, que va de la encerrona identitaria –figura de la “Yocracia”, al decir de Lacan (5)– a la hendidura que hace entrar el deseo como condición humanizante, tan incalculable como incoercible, con el añadido de hacer visible la faz más brutal de la explotación ejercida sobre los cuerpos que gestan.

Pero la cosa no acaba allí, porque poniendo la desigualdad económica en el centro de la demanda por el aborto legal, seguro y gratuito, la reivindicación pretende conectar el deseo, la elección, con las condiciones materiales para su ejercicio. “Conmigo no cuenten”, o “no voy a pagar tu aborto” son consignas que resumen bien la retorsión neoliberal del contrato social, según la cual los individuos podrían disponer del dinero del Estado, arrasando con lo público, pero también con cualquier noción de colectivo, de la índole que fuere. A contrapelo, el movimiento de las mujeres no sólo se inscribe entre las tradiciones que tienen por horizonte la igualdad de derechos, sino también entre aquellas que demandan la equidad de acceso a los recursos como parte intrínseca de la vida en comunidad. En el duro escenario global actual, ello implica situarse frente a una derecha feroz en su discurso y despiadada en sus métodos. Sin embargo, tampoco lo convierte automáticamente en un movimiento de izquierda, sino que interpela y horada las categorías tradicionales de partido, ideología y clase social.

Sirviéndose de la coyuntura, la gesta de los cuerpos que gestan logró anudar una genealogía –“hijas de los pañuelos blancos, madres de los pañuelos verdes”– con una estética de marea verde en las calle, los cuerpos cantando y bailando, ajenos a las “pasiones tristes” ¿acaso haciendo lugar a un real como goce de la vida?

Ese goce de la vida hace de contrapeso del derecho al goce (del Otro) que conduce directamente al tocador sadeano y sus variaciones contemporáneas convertidas en técnicas de gobierno. Quizás sea aquello a lo que aludía Spinoza cuando decía “que nadie sabe lo que puede un cuerpo”. Entonces, si “la chispa de un deseo puede cambiar a un sujeto, a una comunidad, a un país” (6), los efectos incalculados e incalculables de lo gestado por las mujeres argentinas todavía están por verse.



(1) Butler, J (2005):  Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del sexo. Buenos Aires: Paidós
(2) Copjec, J: “Encore, Un esfuerzo más por defender la diferencia sexual”, en AA:VV: Ser-para-el-sexo. Diálogo entre filosofía y psicoanálisis. Barcelona: S&P Ediciones.
(3) Lacan, J. (2012): “El Atolondradicho” en Otros escritos. Buenos Aires: Paidós.
(4) Milner, J.-C. (2016) Relire la révolution. Paris: Verdier.
(5) Lacan, J. (2010): El Seminario. Libro 17. El reverso del psicoanálisis (1969-1970). Buenos Aires: Paidós, p. 66.
(6) Dessal, G.: http://www.telam.com.ar/notas/201402/50752-la-chispa-de-un-deseo-puede-cambiar-a-un-sujeto-a-una-comunidad-a-un-pais.html





23 de outubro de 2018



New Lacanian School (NLS) / World Association of Psychoanalysis (WAP)

The 6th Issue of The Lacanian Review, Fall 2018

‘URGENT!’
Release Date: November 2018 – Free shipping until 4th November!




Brief
With a series of exceptional new translations of texts by Jacques Lacan and Jacques-Alain Miller, The Lacanian Review takes you into the space of the real unconscious and the last teachings of Lacan, reinterpreted to approach the urgency of our contemporary moment.

Presentation: The Lacanian Review 6 ‘URGENT!’

There is not a moment to lose. The acceleration of culture and the vertiginous pressure of the drive seem to collapse the instant to see, the time to understand and the moment to conclude. The urgent subject of the now cannot catch up to rapid cycles of political upheaval and social media streams turned into torrents of data. Production overflows consumption in a tidal wave of imaginary cacophony. How does psychoanalysis today respond to urgent times?
For its 6th issue, The Lacanian Review (TLR) tasks the signifier, Urgent!, to orient the work of the New Lacanian School (NLS) in examining the urgent cases that occupy our clinic. Tracing the edge of the latest Lacan, Bernard Seynhaeve (President of the NLS) curated a series of newly established texts by Jacques Lacan and Jacques-Alain Miller, translated by Russell Grigg, appearing in the first ever bilingual featured section of TLR. Four lessons from the seminars of Jacques-Alain Miller frame this issue.


TLR 6 draws heavily from the work of the current Analysts of the School to explore four new fundamental concepts of psychoanalysis: Pass, Real Unconscious, Urgent Cases, and Satisfaction. Interviews with Angelina Harari (President of the WAP), Ricardo Seldes (Director of Pausa), and Lee Edelman (Professor of English Literature at Tufts University) elaborate fundamental concepts across the work of the School One, the clinic of applied analysis, and literary theory in dialogue with psychoanalysis. A groundbreaking orientation text by Éric Laurent from the 2018 Congress of the World Association of Psychoanalysis (WAP) will be published for the first time in English, along with clinical cases exploring transference and psychosis. And finally, approaching the problem of temporality in psychoanalysis, this issue spans Freudian time-management to the logic of the cut in the Lacanian Orientation. Make haste and subscribe to The Lacanian Review – It’s urgent!

About The Lacanian Review

The Lacanian Review, the English language journal of the New Lacanian School (NLS) and the World Association of Psychoanalysis (WAP), publishes newly established texts by Jacques Lacan, Jacques-Alain Miller, and prominent international figures of the Lacanian Orientation. This semiannual print series features testimonies of the pass, new theoretical developments in Lacanian psychoanalysis, clinical cases, dialogues with prominent academics, and articles on contemporary culture, politics, art and science. Each issue explores a theme intersecting the symptoms of our era and emerging work in the NLS.

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CONTENTS
Editorial
Marie-Hélène Brousse & Cyrus Saint Amand Poliakoff

THE REAL UNCONSCIOUS
Bernard SEYNHAEVE,
¡URGENT!
¡URGENCE!
Jacques LACAN,
Preface to the English Edition of Seminar XI
Préface à l’édition anglaise du Séminaire XI
Jacques-Alain MILLER,
The Real Unconscious
L’inconscient réel
Lee Edelman & Alicia Arenas, Psychoanalysis and Urgency: A Dialogue

URGENT CASES
Jacques-Alain MILLER,
The Space of a Lapsus
L’esp d’un lapsus
Jacques-Alain MILLER,
The Space of a Hallucination
L’esp d’une hallucination
Sonia Chiriaco, A Discreet Suture
Marina Frangiadaki, A Nomination Faced with the Real of the Body
Carolina Koretzky, From Indecision to In-Between

SATISFACTION <> PASS
Jacques-Alain MILLER,
The Speaking Being and the Pass
La passe du parlêtre
Luis Erneta, Satisfaction in the “Preface”
Domenico Cosenza, Urgency and the Fall During Analysis
Patricia Tassara Zárate, From the Urgency of an Anxiety to the Urgency of a Satisfaction’s Bien-Dire
Laurent Dupont, The Urgency of the Analyst/Analysand
Maria Josefina Sota Fuentes, In Time
Anne Béraud, Different Urgencies

PSYCHOANALYSIS: A DELUSION…
Éric Laurent, Disruption of Jouissance in the Madnesses Under Transference
Véronique Voruz, Psychoanalysis: A Delusion not like the Others?
Véronique Voruz, Suggestion, Awakening, Dupery
Dominique Holvoet, Another Relation to the Real
Caroline Doucet, Fate of the Too-much in the Outrepass
Bénédicte Jullien, An Intermittent Solitude

LOGICAL TIME
Laura Sokolowsky, The Times of Analysis and its Real
Pascale Fari, The Cut and the Real of Time
Frank Rollier, The Cartel’s Urgency
Malka Shein, Two Comments on a Cartel
Nancy Gillespie, Resonance and the Difference Between Polysemy and the Equivoque
Shlomo Lieber, One (Un) Case
Serge Cottet, Side-track: Back to School

PAUSE
Angelina Harari, The Not-All Interview
Jorge Assef, The Push to Hypervelocity
Ricardo Seldes, PAUSA
Robert Buck, Pay Attention Mother Fuckers


22 de outubro de 2018



Psychanalyse, démocratie et le néofascisme
Jésus Santiago  (Responsable de La Movida Zadig Brasil/ “Doces Bárbaros”)

L’affinité entre la démocratie et la vie s’explique par le fait que toutes les deux ont comme épine dorsale l’indétermination propre au réel contingeant et par conséquent c’est ce qui rend le conflit nécessaire et irréductible. La démocratie suppose une relation directe à la vie car, comme la psychanalyse nous l’apprend, elle est traversée par le hasard et par l’indétermination radicale inhérante aux événements contingents de l’histoire politique d’un peuple. Qui pourrait imaginer que la démocratie brésilienne encore en phase de gestation pourrait traverser cette vague écrasante d’un obscurantisme conservateur ? Si la contingence, la diversité et la division constituent le coeur de tous les régimes démocratiques, on leur exige une politique de protection et de défence. Nous espérons que, ces jours à venir, les mouvements  et les forces politiques éclairées sachent exercer cette protection et défense de la démocratie à travers la création d’un front républicain qui puisse vaincre le maître réactionnaire qui s’obstine à vouloir restaurer l’ordre patriarcal et phalocentrique[1]. Il n’y a aucun doute que la psychanalyse pourra jouer son rôle modeste dans la quête de la préservation de la vie démocratique.

La démocratie comme expérience et invention
Il faut considérer que la démocratie n’est pas finie et qu’elle ne s’inscrit donc jamais dans le corps social de manière définitive. Elle sera toujours capable de nous surprendre. Elle ne trouve sa force que si nous admettons que ses faiblesses et ses maux ne sont pas passagers, mais plutôt constants et irréductibles. La démocratie est expérience et invention : elle est toujours susceptible d’être reécrite[2]. C’est cette relation à la vie qui fait en sorte que la démocratie puisse tomber gravement malade. A l’époque actuelle, elle court un grand danger de mort face à l’imminence du triomphe électoral de Jair Messias Bolsonaro, capitaine en retraite de l’armée brésilienne.
Il faut souligner qu’il a suffi une adhésion massive de la population brésilienne à ce représentant de la violence et de l’horreur pour que prolifèrent parmi nous des manifestations typiques du fascisme telles que l’intimidation, la discrimination, le fanatisme et la violence. Les récits de ces actes sordides sont croissants, commme l’illustre le cas de l’assassinat du « capoeirista| » baiano Moa do Katendê commis par un électeur enragé de Bolsonaro. Dans la Psychologie des Masses, Freud a eu l’occasion de traiter ces expressions de fanatisme et de violence comme des processus identificatoires qui comprennent le corps et les affects[3]. Depuis, la politique en général et surtout les tentations totalitaires ne doivent plus être vues comme des phénomènes rationnels puisqu’elles impliquent le corps pulsionnel. Les idées sont des paroles et les paroles sont des actes. Plus précisément, ce à quoi nous assistons ces derniers temps, ce sont des actes discursifs qui disséminent la violence et la haine. Il est important d’empêcher les avancées d’un candidat dont les paroles sont au service de la défense de la torture, de la ségrégation raciale et de la misogynie, à l’exemple des propos adressés à une collègue députée  en public : « Je ne vous viole pas, parce que vous ne le méritez pas ! ».

Identification au pouvoir phalocentrique du capitaine
Il est important de constater que ce discours de haine, par lequel on sacralise la violence, se fait présent dans des milieux restreints à internet, dans des groupes de WhatsApp, au moyen d’intimidations où seulement l’un des deux côtés peut prendre la parole. Les autres, au cas où il ne se taiseraient pas, feraient l’objet de pratiques d’intimidation coercitive. La haine disséminée sur les réseaux sociaux ont comme toile de fond l’usage politique d’un affect régnant ces jours sombres, à savoir : la peur. Les groupes de WhatsApp reproduisent, par conséquent, les processus de masse au moyen d’un processus d’identification horizontale des individus les uns aux autres et verticalement à l’Un qui, bien qu’il essaie de se confondre avec un homme commun, se présente comme exception. En effet, l’une des caractéristiques de ces processus est la proposition d’un semblant de l’homme commun qui apparemment se confond avec la masse de brésiliens et où un usage particulier de la langue avec un excès de slogans et de termes vulgaires incitant à la violence.
Par ailleurs, le fanatisme est l’expression d’un amour hypnotique pour le leader capitaine qui se met à la place du père redempteur et qui étale aux quatre coins du Brésil qu’il va travailler pour l’hygiène morale des saletés laissées par les autres. En réalité, nous savons très bien ce que veux dire ce travail d’hygiène ; en fait, il s’agit de s’opposer à une société diverse et plurielle, ce que l’on peut remarquer, par exemple, quand il veut combattre ce qu’il appelle stupidement « l’idéologie de genre ». Sa médiocrité arrive à un tel point qu’il refuse le savoir de la science dans les actions gouvernementales niant les changements climatiques et voulant livrer l’Amazonie à un extractivisme primaire et grotesque. Il s’est déjà déclaré contraire au système de pouvoir et de contrepouvoir et au mode de scrutin de notre pays. Il milite contre les droits humains et contre le libertés individuelles et arrive même à préconiser les exécutions extrajudiciaires car, pour lui, ces droits sont la cause de la crise dans la sécurité publique. Une autre composante typique des pratiques de violence néofasciste, c’est la création d’organisations paramilitaires et de milices qui vont contre le fait que la violence est le monopole du bras armé de l’Etat et que seul le gouvernement peut utiliser légitimement la forçe, surtout si cet usage est régi par la loi et pas les institutions autorisées à cette fin réglementaire. Le comble de ce discours de haine, c’est la défense intransigeante du port d’armes par les citoyens au nom de la protection de chacun et de sa famille dans une apologie évidente des « discours qui tuent ».

Il n’y a pas de fin de l’histoire
Ce qui est en jeu en ce moment, c´est le fait que l’ordre démocratique républicain nécessaire à la pratique de la psychanayse est en question. Depuis la chute du mur de Berlin en 1989 tout indiquait que nous n’assisterions plus au surgissement d’autres alternatives politiques différentes de la démocratie. À cette époque décisive de notre histoire récente, seule la Chine, ou même le populisme bolivarien au Venezuela et quelques autres pays, pourraient être considérés comme des exceptions dans cet éventail homogène de regimes politiques démocratiques de la planète. Devant ces évidences, le seul diagnostic que l’on pouvait faire à cette occasion, c’était que presque la totalité des sociétés voulaient l’immédiate instauration de la démocratie. C’est dans ce contexte que surgit la thèse du philosophe Francis Fukuyama de la « fin de l’histoire », thèse qui émane de la constatation de cette soi-disant unanimité qui a eu lieu tout de suite après les événements qui ont marqué la fin de ce qui est appellé « le socialisme réel ».
Toutefois, nous sommes aujourd’hui surpris et défiés par le surgissement, à l’échelle mondiale, de mouvements d’extrême droite. Bien qu’il y ait des espécificités dans ces mouvements, dans le contexte de chaque nation concernée, il nous paraît évident que le cible de l’extrême droite est avant tout les libertés civiles et les institutions qui tentent de les incarner[4]. De toute façon, la conjonction de la haine et de la politique sur la scène mondiale est un aspect marquant des réponses du réel face à l’inexistence de l’Autre. La question politique dans le monde contemporain n’est pas centrée seulement sur les inégalités entre les riches et les pauvres, c’est-à-dire, le conflit et l’impasse civilisatoire ne sont pas seulement distributifs, ils portent sur le problème de fond des trajectoires et des directions même que nous serons capables d’offrir à l’humanité. Faire exister la psychanalyse dans le domaine de la politique c’est pouvoir intervenir, résolument, dans le processus d’oppositions et de divisions qui marquent l’état actuel du malaise – nationalisme et globalisation, ignorance provinciale et cosmopolitisme élitiste, enfin, barbarie et civilisation – des divisions qui impliquent et ébranlent les piliers de la république.
Nous avons acquis, au fil du temps, un certain savoir qui a permis à la psychanalyse de vivre avec cette forme dominante de la politique moderne qu’est la démocratie. Nous avons même réussi à mener des batailles historiques contre les tentatives de réglementation de la psychanalyse par l’Etat et nous en avons gagné plusieurs fois. Cependant, en ce qui concerne les régimes politiques d’extrême droite, nous ne pouvons qu’aller contre les dangers de l’indifférence et du cinisme de ceux qui ne font que se plaindre en disant que « tout est perdu » ou « tout est mauvais » et surtout, nous devons réjoindre certains  secteurs de la société civile éclairée pour garantir que lorsque la démocratie et les droits de citoyenneté les plus élémentaires sont menacés, il faut compter sur l’invention de l’acte.






[1] Laurent, E. Vidéo réalisée par Fernanda Otoni pour la Conversation “Psychanalyse et Démocratie”. EBP-Rio de Janeiro,
[2] Lefort, C. Pensando o político. Ensaios sobre democracia, revolução e liberdade. Paz e terra: São Paulo, 1991, p. 32. 
[3] Freud, S. A psicologia das massas e a análise do eu, ESB das Obras Completas, vol XVIII, Rio de Janeiro: Imago Editora, p. 133.
[4] Lago, M. Extremo centro x extrema direita, in: Piaui on line: nhttps://piaui.folha.uol.com.br/extremo-centro-x-extrema-direita/