“Atrapar el instante en un trazo, he ahí lo que me fascina”(1), escribe Fabienne Verdier en su autobiografía Pasajero del silencio, como ella lo dice en el documental que le ha sido dedicado, Pintar el instante(2).
La artista se devela, traza las líneas de su historia, describe su técnica llena de inventiva y deja percibir su acercamiento al mundo sensible. Una brecha, en que las ramificaciones se inician desde su infancia a sus primeros años de estudios y de experimentación activa de la pintura, hace corte en su historia y de esa forma viene a trazar aquello que será su línea directriz, su vida, si seguimos su “tendencia taoísta”(3). Este corte parte del trazo, es un trazo, como marcando una línea delante de la vida para revelarla mejor. Fabienne Verdier se aventura, no hay otra palabra, a encontrar en lo profundo de la China, su propia palabra final, su trazo unario.
¿Dónde habla Fabienne Verdier de ella? Sus escritos, sus numerosas intervenciones y entrevistas nos proporcionan algunas líneas. Su decir se pone de relieve por su pintura-escritura. Si uno entra en su discurso, uno entra en el pensamiento chino, en medio de los años ochenta, en la región de Sichuan, más exactamente en Chongqing. Ella piensa encontrar en el arte caligráfico y en la filosofía china una razón para aprehender la naturaleza y su propia natura.
Ella desea encontrar a los grandes Maestros de la tradición clásica, los pintores letrados. El Maestro Huang Yuan consiente en trasmitirle su saber pero con ciertas condiciones y ninguna menos: “Diez años a su lado o nada”(4). Sin dudar y sin medir la dimensión real de este compromiso, Fabienne Verdier le responde que sí. A su lado, ella aprenderá que, transmitir o adquirir un saber, es ante todo platicar para abrirse a las cosas.
Más que a la dureza de las condiciones de vida, de la difícil asimilación a las técnicas ancestrales, ella confrontó la opacidad del régimen en China, a los restos del régimen opresivo poco propicios a la apertura. Pero ninguna imposición pudo degradar el afloramiento de la textura y de los colores, el trazo no pudo ser eliminado; el trazo de una extranjera, una mujer calígrafa que además, esta en un mundo dominado por los hombres. “Señorita Fa”, como la llamaron los otros estudiantes, con tenacidad, traza su surco, y escribe evocando a los artistas chinos venidos a Francia para impregnarse del arte occidental: “¿Por qué una francesa no podía recorrer el camino inverso, iniciarse en la pintura china, en su ética poética y filosófica, para extraer la sustancia medular y nutrirse de esta larga tradición, creando a su vez una obra original?"(5).
Podríamos situar en paralelo el recorrido de François Cheng que aporta mucho, y desde el comienzo, en el camino intelectual y sensible de Fabienne Verdier. Él lo dice y escribe insistentemente en El Dicho de Tian-yi(6), su viaje a Europa estuvo animado por el deseo de ver y de estudiar las pinturas de los pintores clásicos. Sus recorridos están vinculados, ambos escribirán libros juntos, ellos dibujaran juntos.
Según las orientaciones de los Maestros letrados rencontradas, Fabienne Verdier entra en la naturaleza, se entrega receptiva “al mundo sensible”, a sus formas, a su entorno, sus mezclas, su estructuración interior, atrapando el movimiento, el “flujo”; cualquier cosa que suceda, que se produzca, con agudeza, ella está a la caza de sobresaltos. “Así ella necesita un va-y-ven incesante entre el interior del alma y el exterior”(7). Ella revela el trazo hacia “el único trazo de pincel” puesto en perspectiva por Shitao (1641 –luego 1710) en su escrito Palabras sobre la pintura del monje Citrouille Amére, retomadas por Lacan en su comentario del trazo unario en el Seminario XIV(8).
¿Cómo atrapar las brechas del hablanteser que se puedan discernir para extraer la materia discursiva? Esta cuestión revela otra: que resta luego que un sujeto ha intentado reescribir su historia? Para sorpresa, escribe una nueva forma. De la misma manera, lo que resta luego que Fabienne Verdier traza sobre sus telas es lo que ella intenta aprehender y que llama “lo indecible”? En los dos acercamientos, los surcos improvisados vienen a cizallar la materia, sea de tinta o de significante. Se produce cualquier cosa inesperada, una traza subsiste.
En tiempo lógico, trazo por trazo, de un significante extraído al otro, adviene el sujeto por el trazo unario, que hace de carnada, lo finito y lo infinito de un discurso; un discurso puesto de relieve para hacerlo surgir de su osamenta estructural, alrededor de un lugar en el que el sujeto no sabe lo que dice, un trazo de dificultad. ¿Y dónde esta ese que entiende? En las brechas, en las junturas del discurso. François Cheng escribe: “Así, discurso objetivo y discurso personal coinciden, forman el afuera y el adentro de un mismo discurso. […] Palabra desencadenada en la que se puede “circular”; en cada punto, se descubren nuevas perspectivas”(9).
Fabienne Verdier intenta liberar el trazo que vendrá a marcar su ser de sujeto como esperando un trazo de ella - misma, el trazo material que contendría, a la vez, lo que ella desea re – transcribir en escritura y lo que ella no vive en círculos renovándolo todo en permanencia notándose en la invención de nuevas técnicas que hablan por la fluidez de los trazos. Es en este momento único es que podemos acercar el trabajo del psicoanálisis que, en la recuperación del discurso del sujeto, le permite a este dejar escapar los significantes de la diferencia pura y que por lo tanto regresa al mismo lugar, insistiendo infatigablemente, dejando marca, agujereando el tejido anudado de significantes, hasta lo in-des-cible del trazo unario que hace borde, que dibuja los contornos del litoral.
Fabienne Verdier: “Yo busco reproducir no la narración de una historia sino la esencia de esta historia, y lo que esa esencia puede aportarle al espíritu que la observa”(10)
Notas
1 Verdier F., Pasajero del silencio, Paris, Albin Michel, 2003, p.18.
2 Kidel M., Pintar el instante, Fabienne Verdier, documental, Los Films de Ici 2, con la participación de France 5, col. Empreintre, Paris, 2012.
3 Hudelot C., El Arte de Fabienne Verdier: “una vía de acceso a lo inaccesible”, 28 de mayo del 2014, en el sitio de Mediapart https//blogs.mediapart.fr/Claude-hudelot/blog/280514/l-art-de-fabienne-verdier-une-vole-d-acces-l-inaccesible-1-ou-le-pelegrinage-au-mond-des-intenti
4 Verdier F., op. Cit. p. 101.
5 Ibíd., p. 86.
6 Cheng F., El Dicho de Tian-yi, Paris, Albin Michel, 1998.
7 A-Groschen F., “Polvo de estrellas, entrevista con Fabienne Verdier”, Crónicas, Bnf, 2004. http://chroniques.bnf.fr/archives/janvier2004/numero_courant/evenement/fabienne_verdier.htm
8 Lacan J., El Seminario, libro XIV, “La lógica del fantasma”, lección del 26 de abril de 1967, inédito.
9 Cheng F., La escritura poética china, Paris, Seuil, Points, 1977, 1982, 1966, p. 56.
10 Chatelain C., “Fabienne Verdier: Las ciencias de un golpe de pincel”, 24 de mayo del 2013, en el site de Sciences et Avenir http://www.sciencesetavenir.fr/a-voi-a-faire/20130523.OBS0429/fabienne-verdier-les-sciences-d-un-coup-de-pinceau-geant.html
Traducción: Amilcar Gomez
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