21 de março de 2007

Curso del 14 de marzo 2007 JAM












L a O r i e n t a c i ó n


L a c a n i a n a





Luis Solano for TLN N° 318





Curso del 14 de marzo 2007



JAM prosigue, en esta lección, su “traducción” y su elaboración, sobre la “muy última enseñanza” de Lacan. Hemos visto a JAM encaminarse en este espacio “nuevo”, con numerosas idas y vueltas sobre el “sistema Lacan”, con una dirección, un brillo, y a menudo también una cierta “audacia insolente” que corta el aliento de la audiencia. Este recorrido tiene todo el aspecto de hacer “explotar” muchos malentendidos y otras ideas recibidas, aún de moda, sobre lo que es el psicoanálisis. La lección fue larga, sin ningún descanso hasta una hora muy avanzada.

Lacan & Joyce

Luego de haber evocado su trabajo de la semana, durante la preparación de esta lección, JAM nos recuerda que lo que nos ofrece, en este encuentro semanal con nosotros, es lo que resta, luego de haber eliminado muchas otras “tentativas” para circunscribir la “cosa”. De este modo, no es Freud sino James Joyce quien ha inspirado esta “muy última enseñanza de Lacan”. No la teoría de Joyce, sino su práctica de la escritura. JAM señala que tenemos el testimonio en la Conferencia “Joyce el síntoma” (1). “Joyce inspiró a Lacan y lo despertó de su sueño dogmático, en tanto que Joyce encarnaría el sínthoma”. JAM agrega que “la palabra es encarnación, pues es un asunto de cuerpo que se encuentra desplazado en el nombre propio”.en la muy última enseñanza, “el nombre propio es una categoría del discurso privilegiada, en la medida en que ese sería el significante al que correspondería, precisamente, el un-cuerpo, la consistencia del un-cuerpo”. JAM evoca la nueva ortografía del síntoma que Lacan escribe, a partir del S. XXIII, el sinthome, “Esta nueva ortografía señala una definición diferente del síntoma, una definición que falta desprenderse del uso familiar del término” Si en el sistema de Lacan, el síntoma es, sin excepción, una ficción del inconsciente, es decir “una parte del discurso del Otro”, el sínthoma “no es una función del inconsciente”. JAM propone apuntar sobre aquello que atrajo a Lacan en esta cuestión del sínthoma. En la Conferencia ya evocada, JAM señala una frase que podría muy bien ser considerada como banal, y que se revela, en suma, para nada banal. Lacan dice: “El sínthoma es lo que hay más singular en cada individuo”. De este modo, JAM plantea un nuevo binario, síntoma y sinthoma, y trata, fiel a su estilo, de extraer de ello el mayor número de consecuencias. El síntoma conserva siempre algo de general, mientras que el sínthoma es lo que hay más singular. JAM comienza a “hacer malabares” con los Seminarios XXIII y XXIV, con la misma soltura que le hemos conocido en la época del “sistema Lacan”. (Es unánimemente prodigioso, y el público que sigue muy concentrado, guarda su gratitud!”)
· Hacia el final de l´Une.bévue, Lacan dice que la neurosis tiene que ver con las relaciones sociales. Esto se opone al rasgo singular del sínthoma. Por otra parte, “el inconsciente no es lo que hay como más singular en cada uno. El inconsciente está ubicada por Lacan en el Otro, mientras que el sínthoma está ubicado en el Uno. Lacan define incluso el Uno por el sínthoma.” JAM destaca lo que le parece estar en el primer plano de la escena de esta “muy última enseñanza”, esto es la oposición del sínthoma y del inconciente. Subraya también, que Lacan puede, durante todo un registro, desarrollar la naturaleza del síntoma, sin hacer referencia al inconsciente. Este se agrega en un segundo tiempo. Es Joyce, señala JAM, quien le dio a Lacan la idea, la práctica de Joyce. En la primera lección del Seminario XXIV, recuerda JAM, Lacan “trata de introducir algo que va más lejos que el inconsciente”. “Con la Una equivocación, (l´Une-bévue) por consonancia con l’Unbewusst freudiano, se inscribe al mismo tiempo la lógica ya explorada en El Sinthome, y esta orientación, parece, permanece constante en esta “muy última enseñanza”. Por otra parte, “ella repercute la introducción del Uno, en su anterioridad al Otro”.JAM observa que hay un movimiento, en el recorrido de Lacan, de volver más acá de, por ejemplo, el inconsciente es el discurso del Otro. Es necesario un nuevo léxico. JAM evoca de este modo el “florecimiento de neologismos”, su número importante, y sin embargo, todavía faltan. Luego pondrá de relieve el término interpretación que merecería comillas, a falta de un neologismo, pues “nos haría falta retranscribirlo en el registro del Uno. Después de todo, es el llamado que hace resonar Lacan, el llamado a un significante nuevo, que espera, y que no llega”. JAM prosigue con la misma orientación, referencias de Lacan de 1953, Discurso de Roma, a las de 1976/77, de la Una- equivocación. Enuncia lo siguiente: “Creemos que decimos lo que queremos. Creemos en la intención. La Una-equivocación pone en cuestión la intención que presidiría el uso del significante y desprende un registro no intencional. Es esto lo que cuestiona la interpretación, que no es pensable más que sobre el fondo de una intención”. Luego, “Cual es la instancia de la intención en el freudismo”?, pregunta JAM. Responde, “es el Moi”. Este Moi deviene problemático en estos Seminarios XXIII y XXIV. “Creemos que decimos lo que queremos, pero es lo que los otros han querido, más particularmente nuestra familia”. JAM recuerda que la Conferencia ya citada, hace eco en el Seminario XXIV, donde Lacan señala esto: “el analizante, dejado a sí mismo, habla de asuntos de familia, cualquiera sea la relación de parentesco en la cultura en la cual ha sido criado”.

Azar & destino

« Hacemos del azar que nos empuja un destino. Hacemos de la contingencia, necesidad”. JAM ubica, el azar, del lado de la Una-equivocación, y el destino del lado del Otro. “es por lo cual, en el registro del Uno, ponemos en cuestión la noción de destinatario, pues si hay un destinatario, hay un destino”. JAM sugiere que Lacan se encaminaría sobre “el enunciado de un simbólico sin destinatario”.

Fin de análisis

La noción de fin de análisis está sometida a revisión en esta muy última enseñanza. No digo que está abolida. Digo que debe ser repensada, saber si debe ser registrada en el registro del Uno”.
Luego, “Si en el sistema de Lacan, no hay comunicación de inconsciente a inconsciente, ocurre otra cosa en esta muy última enseñanza. Lacan dice en la Conferencia inicial que conmover el inconsciente, no es otra cosa que comprender. Es así como toma su valor el hecho de constatar que Joyce no conmueve el inconsciente de nadie, en su Finnegans Wake. Decir que Joyce está desabonado del inconsciente, es lo mismo que decir que Joyce es la encarnación del síntoma, de lo que hay como más singular en cada individuo. Es tan singular en él que no se comunica. Es en ese sentido, prosigue JAM, que Joyce lo inspiró, porque “Joyce el síntoma, en tanto que el síntoma, él da el aparejo, la esencia, la abstracción”. Esto pasa por una abolición del símbolo y del síntoma, en el sentido primero. En el fondo, hay aquí una suerte de “a cada uno su síntoma, que se separa de toda simpatía, de toda generalidad, y que invita a aprehender, a cada uno, como un Uno absoluto, es decir separado”. Inmediatamente, JAM se pregunta si la simpatía de Lacan por Joyce, no se debe simplemente a la aversión de Joyce por el inconsciente”. Lacan está harto del psicoanálisis representativo, de las historias de familia. Lacan está decidido a otra cosa que el Otro, y se inclina por el Uno. Su simpatía por Joyce, por su “terminar con la literatura” resuena con su “terminar con el psicoanálisis”. JAM recuerda que ambos, Lacan y Joyce, dejaron tras de sí un desastre. Pero, hay que considerar también “una frase positiva que también es desapercibida, porque es inédita. Es la de desplazar el psicoanálisis en el registro del Uno. Es el envés de la enseñanza, que procede del Uno solo, y no del Otro.”JAM vuelve a la primera lección del Seminario XXIV, allí donde Lacan se interroga sobre la identificación, para dar una definición del psicoanálisis como “el acceso a la identidad sintomal”. No se trataría ya de ser hablado por su familia, sino más bien de acceder a la consistencia absolutamente singular del síntoma” JAM formula que reconocer su identidad sintomal, “identificarse a su síntoma, es reconocer su ser de sínthoma. Luego de haberse reconocido, desembarazarse de las escorias heredadas del discurso del Otro”. Luego, JAM introduce un matiz de peso, identificarse al síntoma, sí, pero con una especie de distancia. Por qué hace falta esta distancia? “Porque se trata de poder hacer algo con su ser de síntoma, se trata de saber desembrollarse”.

Uso & intercambio

« El síntoma es indescifrable, no es del orden de la cifra. Lacan introduce el término de uso, pues no se trata de hacer desaparecer el síntoma, como tampoco tiene que ser interpretado” Para JAM, Lacan opone el uso al intercambio. Así, “en el psicoanálisis, el uso toma la forma de la interpretación. El uso es otro modo operatorio”. Luego, JAM enuncia que Lacan, ya en su Seminario XI, define el inconsciente por la una-equivocación, por el tropiezo. Pero en el Seminario XXIV, esto quiere decir otra cosa. “Aquí, el inconsciente no aparece sino en la medida en que agregamos una significación, y “es este agregado el que está destinado a quedar como algo problemático.”

Hacer verdadero

« El psicoanálisis, es lo que hace verdadero. Cuando se agrega el sentido, se agrega el inconsciente, y entonces la una-equivocación deviene efecto del inconsciente”. Cuál es el forzamiento operado por Lacan? JAM formula que “es la torción que Lacan impone al análisis, es decir la de resituar la equivocación antes del inconsciente. Esto no produce abolición del inconsciente, no produce abolición del Otro, sino más bien esto desplaza del Otro al Uno, y pone en evidencia el margen de semblante propio del análisis. Esto hace surgir esta capa de semblante que envuelve la práctica del inconsciente” Luego JAM enuncia que el inconsciente se limite a una atribución. “El psicoanálisis hace del inconsciente, nada más que una deducción (…). De hecho, no hay destinatario, no hay destino, solo hay azar” Más lejos aún, JAM evoca el modo equívoco, interrogativo de Lacan, cuando este hace resonar “el efecto de sugestión”. “Esto es enorme!, esto produce un impasse sobre la transferencia, que es, por excelencia, del registro del tiempo segundo”.

La transferencia

« La gran ausente de los Seminarios XXIII y XXIV, es la transferencia”. JAM recuerda la referencia de Lacan, a J.Bentham y sus ficciones, a propósito de la justificación de las funciones por el uso. “Uso de lo que llamaríamos interpretación. Lacan trae el Principio del Placer, y le reconoce un lugar en este piso del Uno. Este principio del placer es la única ley que reconoce en el piso del síntoma”. Así, prosigue JAM, el psicoanálisis consistiría en conducir al Principio del placer por el efecto de sugestión. Lacan hace desaparecer el fundamento de la transferencia con el sujeto supuesto saber”.El lo mínimo, de lo que resta del significante sobre un Otro que se deshace. Este mínimo es el imperativo. La vía de comunicación del uno al otro (antes de que sea elevado al Otro, es la sugestión”. JAM dice comprender así “que hay contaminación del discurso por el sueño. Cuando Lacan propone una definición, es en ese contexto, donde el significante y la significación han estado conectados. Se trataría de un significante que podría tener otro uso, y eso sería la aniquilación” JAM señala que Lacan busca el despertar, e incluso plantea la cuestión de saber si un despertar es posible. Lacan terminará los dos Seminarios XXIII y XXIV, preguntándose si “el Uno no está condenado a los azares de las equivocaciones, al sonambulismo”. Agrega que de “la enfermedad mental, que es el inconsciente no se despierta”.
Luego formula lo siguiente: “En el piso del Otro, del inconsciente, allí donde se va de sentido en sentido, uno no se despierta. Mientras que en el nivel del Uno, por identificación a lo que hay de más singular en el individuo, el despertar podría tener oportunidad de escribirse.
Aplauso sostenido a JAM. Próximo encuentro: el miércoles 21 de marzo

Traducción: Silvia Baudini
(1) J.Lacan. Le Séminaire, Livre XXIII, « Joyce le sinthome », du 16 juin 1975, pages 161/69, Le Seuil, mars 2005. (From LS for TLN N° 318)

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