3 de setembro de 2016

El cálculo de lo mejor: alerta sobre el tsunami digital. Jacques-Alain Miller, Éric Laurent & Gilles Chatenay*. Entrevista realizada por Yann Moulier-Boutang y Olivier Surel.


 
 En esta entrevista a tres voces con Gilles Chatenay, Éric Laurent y Jacques-Alain Miller, Yann Moulier-Boutang y Olivier Surel emprenden una discusión sobre la informatización de los datos personales de los ciudadanos y de su interconexión. Debido a esta oleada tecnológica y al discurso estatal que la sostiene en términos de protección y de gestión máxima del riesgo, los interlocutores identifican en este proceso a largo plazo un resurgimiento utilitarista y, en su esencia digital misma, un gran peligro para la vida privada de los individuos. Frente a esta voluntad de totalización razonada de las identidades y de lo humano, llaman a una observación ciudadana constante y a un debate público sostenido sobre la cuestión.


Éric Laurent: ¿Por qué no comenzar esta conversación con la historia clínica, calificada desde hace tiempo como compartida? Fue presentada como un instrumento esencial para la medicina del siglo XXI, a punto tal que se habló de equivalente a la revolución pasteuriana: íbamos a ser capaces de constituir grandes bases de datos sobre cada paciente, reunir el conjunto de su historial médico, accesible en todo momento a todos los actores del sistema de salud – médicos, hospitales, consultores puntuales y el paciente mismo. Resultado: 60 millones de pacientes integrados en Francia a estas bases de datos conectadas a 350 hospitales e instituciones médicas y a 20.000 médicos. En Alemania: 80 millones; en Reino Unido, tanto como en Francia. Frente a este entusiasmo, fueron formuladas objeciones por parte de los organismos encargados de supervisar los bancos de datos, en particular la CNIL. Se indicó el peligro: si personas en teoría no autorizadas a hacerlo tuvieran acceso a estos datos, la más profunda intimidad de cada uno se encontraría así abierta a una mirada extranjera, por ejemplo la de poderosas instituciones como las aseguradoras o todos los poderes del Estado. Actualmente, no pueden obtener un préstamo si tienen una enfermedad de tipo cáncer, en el futuro les será imposible conseguir un préstamo cualquiera sea su edad… Por lo tanto, el acceso a la propiedad, incluso a los créditos que permiten continuar los estudios, etc., todo eso les es quitado, aunque en teoría esas aseguradoras no tuvieran el derecho a obtener esas informaciones. En lo que a la salud respecta, algunos médicos son entusiastas: consultable en tiempo real, el historial permitirá evitar despilfarros y contraindicaciones de medicamentos (el paciente mismo puede ignorar la compatibilidad de los medicamentos que toma…). Pero, al mismo tiempo, desde el punto de vista psiquiátrico, la menor indicación que figure bajo la rúbrica “internación”, así como el tipo de medicamentos que toma el sujeto, es equivalente a un diagnóstico, lo que va a estigmatizar a la gente. Se nos asegura que fueron tomadas todas las precauciones, pero inmediatamente se presentan dos objeciones: 1) Ya en la actualidad, quienes deberían estar bloqueados (las aseguradoras y otros organismos bancarios) obtienen estas informaciones de sus clientes… La penalización legal de la comunicación de datos personales existe en teoría, pero las aseguradoras o las mutuales intensifican fuertemente su presión en el momento en que el Estado les demanda una cobertura cada vez más grande de los riesgos sanitarios. 2) Aunque se nos asegure que todas las precauciones fueron tomadas, nos enteramos en una emisión televisiva de gran audiencia sobre el pirateo del sistema informático, que normalmente tendría que ser lo más protegido en Francia, CHEOPS [Circulación Jerarquizada de Registros Operacionales Policiales Protegidos, NDR]: este fichero fue consultado por el suministro de datos personales a solicitud de individuos (encuestas privadas), pero sobre todo de instituciones como las aseguradoras. Lo único que podría proteger, sería una supervisión constante y un debate público sostenido; pero en Francia se tiene la sensación de que eso no interesa. A través del mundo, especialmente en Estados Unidos, hay inversores privados desarrollando sistemas de procesamiento de la información y de constitución de bases de datos, para poder luego asociarlos a bases biológicas en sentido estricto. Y es por eso que ingresamos verdaderamente en la constitución de una biopolítica. Islandia sirve actualmente de laboratorio para el mundo entero: este país aislado subcontrató el conjunto de los datos sobre sus ciudadanos con una sociedad californiana, que tiene un proyecto de integración completa de la historia clínica, archivo genético y enfermedades actuales para el conjunto de la población, de modo de poder avanzar más rápido en las identificaciones de perfiles genéticos. Todo esto responde a una ideología cientificista perniciosa y a una eugenesia, presente en Europa hace no mucho tiempo… Ya en 1936, hasta ese gran demócrata que era Roosevelt tenía entre sus asesores en el Ministerio de Salud a gente que consideraba que, por el bien de América, había que pensar en medios con los cuales poder esterilizar a los enfermos mentales…

Traducción: Lorena Buchner.

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