3 de outubro de 2009

[nel-debates] RESEÑA Seminario de Juan Fernando Pérez en Cali









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RESEÑA DEL SEMINARIO DE JUAN FERNANDO PÉREZ EN CALI

SÍNTOMA Y LAZO SOCIAL




Durante los días 18 y 19 de septiembre la NEL Cali realizó el seminario Síntoma y lazo social dirigido por el psicoanalista Juan Fernando Pérez, quien con vigor y claridad en la transmisión de los conocimientos, abordó importantes conceptos a la luz de la teoría psicoanalítica lacaniana. El abordaje de este importante seminario se realizó a partir del desarrollo de tres conferencias: Síntoma, singularidad y lazo social , El síntoma y lo incurable en el orden humano y El síntoma y la última enseñanza de Lacan. La pregunta inicial que abre este estudio y que surca todo el seminario está en relación a la articulación entre lo real y lo simbólico. En este sentido la relación entre el síntoma y el lazo social se constituye de algún modo en una forma de respuesta a dicho interrogante.

Igualmente, Juan Fernando Pérez nos recuerda como a partir del ternario teórico de Lacan real, simbólico e imaginario, podemos estudiar la naturaleza de un fenómeno o un concepto como en este caso lo es el síntoma. En la clínica esta conceptualización opera también como un importante instrumento que orienta la dirección del tratamiento. De este modo, la pregunta por el síntoma y el lazo social tiene que ver indefectiblemente con el acto analítico, en tanto cuestiona los efectos del significante o de la interpretación en las relaciones con el paciente.

En este orden de ideas Juan Fernando Pérez pone de relieve el concepto de singularidad que entra a formar parte del anudamiento entre síntoma y lazo social, con lo cual introduce algo del orden de lo paradójico, dado que por un lado el síntoma remite en lo fundamental al goce de uno, es decir, al goce más autista del sujeto, pero también es con lo que cada sujeto hace lazo social con el otro. Se advierte, entonces, otro gran descubrimiento del Psicoanálisis al develar la doble faz del síntoma en su carácter singular y en su vocación colectivizante. Por eso, es evidente que un síntoma define el tipo de vínculo social que cada sujeto establece, y en las diversas estructuras clínicas, se pone en evidencia este fenómeno. Por ejemplo en un sujeto delirante primará un recelo general sobre los demás, en un neurótico obsesivo habrá un carácter calculador y desconfiado en la cualidad de sus relaciones sociales y en la histeria el vínculo social estará teñido de dramatismo y extroversión entre otros.

Sin embargo, cabe precisar que aún cuando la estructura clínica juega un papel importante en la forma como los seres humanos se relacionan, no es suficiente, puesto que hay que llegar a la naturaleza singular del síntoma y esto es precisamente lo que separa la práctica psicoanalítica de otras terapéuticas, cuyos esfuerzos radican en incluir lo particular del síntoma del sujeto en una categoría general diagnóstica.

De otro lado, nuestro psicoanalista invitado, realizó un interesante recorrido por la obra de Lacan mostrando los puntos claves de su enseñanza en la elaboración del concepto de vínculo social. Entre ellos se destaca como el seminario XVII se constituye en pieza clave, pues aquí Lacan ubica una teoría específica alrededor del concepto de discurso, que equivaldrá con lazo social.

En este camino se encuentra la importante influencia que ejercieron destacados estudiosos de la antropología y la lingüística como Levy Strauss y Jacobson en la elaboración teórica de Lacan sobre el orden simbólico, en donde el lenguaje ocupará un lugar privilegiado en su enseñanza como tesoro de los significantes. Sin embargo, Lacan se propone trascender esta elaboración teórica en aras de construir algo distinto en torno a lo simbólico pero con las herramientas que posee el psicoanálisis.

Por eso, al final de su enseñanza la noción del Otro ya no será la de ser el tesoro de los significantes sino el Otro de la sexuación, del Otro sexo. Esto por supuesto va a afectar la noción de lazo social, es decir, el pensar la naturaleza del vínculo con el otro, pues si el Otro no existe, lo que existe es el lazo social, término que Lacan va a trabajar con el binario de sociedad. A este último lo va a identificar con aquello que intenta reunir en un todo lo social, y más bien en su lugar propone el lazo social como aquel conjunto de vínculos fragmentados que se dan en un momento determinado. Lacan elabora un segundo concepto que le sirve para separarse de los lingüistas y que se encuentra claramente enunciado en su seminario XX, se trata de lalangue. Aquí Lacan cuestiona el desconocimiento que impera entre estos expertos sobre un campo particular y especial del lenguaje que se circunscribe al registro de lo real y por ende trasciende las coordenadas del sentido y con ello el orden semántico de la comunicación. Lalangue es un concepto que se opone a la noción de lazo social en tanto no cumple una función de puente entre el lenguaje y los complejos sociales, campo de estudio de los lingüistas y que va en contravía a los intereses epistémicos del psicoanálisis, que apuntan especialmente en dirección a lo real, es decir, precisamente a todo aquello que está por fuera del campo de la simbolización.

Igualmente Juan Fernando Pérez nos muestra la relación entre el síntoma y lo incurable en el orden humano a partir del conocimiento de que hay algo adherido en el sujeto que lo constituye, que se muestra inseparable y por lo mismo incurable. Uno de los caminos posibles frente a esta sin salida lo representa la sublimación y para profundizar en ella se hace imprescindible estudiar la teoría del desarrollo del síntoma en la última enseñanza de Lacan, que se encuentra en el seminario XXIII. En dicha obra está el ejemplo de vida del escritor irlandés James Joyce a quien Lacan dedico un estudio profundo durante varios años. Sabemos que Joyce fue capaz de hacer algo con este real para poder escapar a su sufrimiento.

En el cierre del seminario, se discutió un caso clínico de nuestro asociado Jaime Castro donde pudimos apreciar la formación, la escucha analítica y el saber clínico de nuestro invitado.

En nombre del Directorio y de todos quienes conformamos la NEL Cali, agradecemos a Juan Fernando Pérez su generosidad y disciplina en el trabajo realizado, así como el aliento y la fuerza que nos transmitió para continuar trabajando por la causa psicoanalítica, en esta época en la que impera una lógica que busca afanosamente borrar la singularidad del sujeto.

Gloria Irina Castañeda

Secretaria del Directorio de la NEL-Cali


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