No hay relación sexual
VII Jornadas de la NEL
El sexo y el amor en el siglo XXI, ¿de qué satisfacción se trata?
Medellín, Octubre del 2012
No. 36
17 de Septiembre del 2012
Moderador
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* Presentación
* ¿Qué pasa con el amor en la psicosis? Por
Nora Guerrero
* Comentarios a textos aparecidos en números anteriores de NRS
* Información sobre cambios en el programa de las mesas simultáneas
Presentación
* El amor en la psicosis, tema crucial de la clínica psicoanalítica. Sobre el mismo habrá una mesa de discusión en la jornada de mesas simultáneas, con base en casos presentados por Jimena Contreras –NEL-Cochabamba– y Ronald Sánchez –NEL-Maracay–. La discusión se realizará bajo la presidencia de la colega de la EOL, AE en ejercicio e invitada a las Jornadas, Silvia Salman, quien estará acompañada por Beatriz Palacio de la NEL-Cali en los comentarios.
Y como referencia para dicha discusión, Nora Guerrero de Medina de la NEL-Guayaquil presenta en este número de NRS un conjunto de precisiones y preguntas sobre le tema, a partir del libro El amor en la psicosis. Así, dos casos paradigmáticos sobre el problema (Schreber y Aimée) son puntuados por Nora desde su lectura del libro indicado, brindando valiosas anotaciones que sin duda alimentarán la discusión del 27 de octubre en Medellín. Invitamos a los lectores de NRS a la lectura del texto de Nora que aparece en este número.
* En este número igualmente el lector hallará los comentarios al artículo de Marita Hamann (NRS 34), miembro de la NEL-Lima que presentan Amílcar Gómez (NEL-Caracas, AP) y Constanza Ramírez (NEL-Bogotá), así como al de Ángela Fischer (NRS 33), también miembro de la NEL-Lima, que ha propuesto Carlos Márquez (NEL-Caracas, AP).
La NEL trabaja entonces con interés sobre amor y la sexualidad, sobre sus diferentes modalidades y consecuencias en la vida del ser hablante, y dialoga sobre su producción a poco más de un mes de las Jornadas, en lo que constituye un excelente augurio de la seriedad y elaboración de la temática que nos reunirá en octubre en Medellín.
* Los lectores encontrarán en este número igualmente cuáles fueron los cambios que la Comisión Científica introdujo en la programación de las mesas simultáneas que apareció en el Nº 35 de NRS.
Juan Fernando Pérez
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¿Qué pasa con el amor en la psicosis?
Nora Guerrero de Medina
He investigado, por razones de mi clínica, el tema, y he tomado algunos textos, entre los cuales me ha sido de gran utilidad el libro "El amor en la psicosis" que reúne muchos artículos, que hablan sobre este particular.
Para responder a esta pregunta, Lacan siguió el método clínico de Freud: el estudio exhaustivo de un solo caso de paranoia de autocastigo; su paciente Aimée, quien presentaba una erotomanía, tenía la certeza de ser amada y dispuesta a llegar al asesinato para salir de su impasse.
En el caso Aimée, Lacan vuelve sobre los pasos de Freud, para quien el amor no parte del Otro, sino del narcisismo, y a continuación muestra que en éste, está la raíz de la patología mental.
El narcisismo es el amor que el sujeto experimenta, por sí mismo, por su imagen, por su yo.
Nada denota con mayor claridad esa fuerza del narcisismo, que la clínica de la psicosis, una psicosis, que en ocasiones Freud designaba, con la expresión "neurosis narcisística".
En la psicosis, el amor está ligado al Ideal del Yo del sujeto, que cobra una fuerza tan grande que acaba por sustituir al otro de la realidad, reducido a una figura ideal.
Lacan, veinte años después de sus estudios sobre el caso Aimée, en uno de sus artículos en los Escritos, acerca del presidente Schreber, señala que este sujeto construye su delirio en torno de una erotomanía divina en la cual él es el amado de Dios. Y señala entonces, que dicha erotomanía divina, bordea el agujero que ha abierto en el sujeto, el rechazo del símbolo de una figura más modesta del Otro: que es padre.
Cada uno de los casos que están presentes en este volumen, nos enseña algo sobre el amor, pero también sobre ese lazo amoroso tan particular que constituye el amor de transferencia, que algunos querrían ver hoy expulsado de toda psicoterapia en nombre del cientificismo y la terapia on line.
Lacan llegó a decir que el amor era posible en la psicosis, pero que era un "amor muerto".
Ese carácter mortífero o mortificado, está ligado al hecho de que allí más que en otra parte, el sujeto solo se ama a sí mismo, o ama a un ideal, con el que sustituye, la realidad del partenaire.
¿O acaso ese sujeto psicótico ama a Otro, tan Otro que no puede encarnarse en un ser viviente, sino en una ficción delirante?
¿O será, por último que el sujeto no ama sino su delirio, según lo expresado por Freud?
En una carta a Fliess, le dice que en la psicosis, el delirio ocupa el lugar del ser amado, señala "aman su delirio como a sí mismo y ese es el secreto (de la paranoia)".
Pero al amor en la psicosis también nos enseña sobre el amor en general. Los múltiples rasgos que nos sirven para especificar el amor en la psicosis en comparación con un" amor normal" ¿no se aplican, de manera inflexible, al amor como tal?
Amar es ante todo, querer ser amado y uno sacrifica su subjetividad para hacerse objeto del amor del otro ¿El amor es amor por el otro o goce de ese discurso tan particular, que constituye el hecho de "hablar de amor"
En ambos casos hay poca diferencia entre amor y erotomanía. Con la salvedad de que "el fallo" del Otro, producido por el narcisismo, presenta consecuencias más o menos radicales. También la realidad del sujeto mengua en el amor, a veces hasta el punto de borrarse. El amor en efecto, puede ser rechazo del ser, repulsa del deseo y olvido del sexo, para quien lo experimenta.
Sobre el amor podríamos señalar dos tipos: 1.-Un amor coagulado, muerto que se apoya esencialmente sobre una identificación imaginaria 2.- Un amor vivo, ajustado al deseo, en relación a la falta.
Entonces cómo hablar, del amor en la psicosis, si en éste la significación fálica queda en suspenso, la dialéctica del deseo, es inaccesible y la puesta en juego de un goce localizado en un Otro está ausente.
Desde este punto de vista, sí es posible entender mejor las palabras de un sujeto psicótico cuando dice que para él, "el acto de amor es equivalente a una violación de su propio cuerpo", o las de aquel otro sujeto a quien el amor por las mujeres lo conduce a la idea loca de transformarse en mujer, para renunciar finalmente a ese proyecto, y aceptar la idea delirante de que "antes" ha sido una mujer.
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COMENTARIOS
Tomando los dos primeros Seminarios del Dr. Lacan nuestra colega Marita nos conduce a pensar sobre este tema. Los Escritos Técnicos y El Yo en la teoría de Freud. Señala las tres vías para la realización del ser, una de ellas es el amor.
En la Metáfora del Amor y Dialéctica del Deseo, S.E Tendlarz esquematiza el recorrido de Lacan así:
1.- Se ama a su propia imagen narcisista reflejada en el objeto de amor. El amor queda en el registro de lo imaginario.
2.- Se da lo que no se tiene. Es el amor en el registro de lo simbólico. Tal como lo plantea en su comentario del Banquete. El amor relacionado con la dialéctica de ser y tener el falo. Es condición del amor que el sujeto entregue su falta.
La demanda de amor lo es de castración, porque para amar hay que mostrar la falta.Marita muestra esta delimitación entre la pasión amorosa y el don activo del amor.
La simbolización, está planteada en Freud con el juego del carretel, la ausencia-presencia. La partida materna que posibilita que la madre se transforme en un símbolo. La mediación del lenguaje posibilita el paso del registro de la necesidad al de la demanda. Dentro de ese ordenamiento se va a introducir la ley paterna, mostrando que el deseo de la madre guarda relación con dicha ley.
El padre separa a la madre del niño, pero también al niño de su identificación con el objeto del deseo materno.
Tenemos entonces al amor situado entre lo imaginario, en cuyo tiempo se intenta suprimir toda particularidad, la salida totalitaria, creando la ilusión del Uno. Y las vías del ideal, el amor-ideal, la mujer para todos los hombres. Siempre la condición fantasmática del amor. La mujer modelada por los ideales, para responder al enigma de la sexualidad femenina.
Marita nos plantea, al final, el problema de la rivalidad entre los sexos, la rebelión de las mujeres para no dejarse atrapar por los ideales.
Deja planteado el tema, por demás interesante, de las diferentes posiciones de uno y otro sexo con respecto al amor. Que vías adoptan las mujeres y los hombres con respecto al deseo y al amor?. En ellas el amor y el deseo convergen sobre el mismo objeto, en ellos será lo opuesto.
La demanda de ser el falo vuelve a las mujeres más dependientes de los signos de amor de su objeto amado. De allí que Lacan situé al amor entre lo imaginario y lo simbólico.
De: Constanza Ramírez al artículo "Breves apuntes sobre el amor" de Marita Hamann (aparecido en NRS Nº 34)
Me parece interesante el recorrido que Marita Hamann nos propone en sus "Breves apuntes sobre el amor", hablándonos de la época actual partiendo del trabajo que Lacan hizo en sus Seminarios I y II sobre el amor, hasta la cuestión de la relación que ahora las mujeres guardan con el deseo, pasando por las ofertas del mercado con sus nuevas tecnologías comunicativas que prometen un permanente "contacto" entre los individuos con sus consecuentes excesos y la manera como en esta época se manejan las relaciones amorosas.
Lo que más me llama la atención es precisamente el cierre que parte del comentario del fomento de la rivalidad de los sexos, pero del que nos dice no se puede concluir rápidamente pues como bien lo argumenta con una cita de Lacan: la rivalidad entre hombres y mujeres es eterna. En su lugar más bien plantea la cuestión: "hasta qué punto ha cambiado la relación que las mujeres guardan con el deseo, especialmente si tenemos en cuenta que, desde siempre, han sido ellas la manzana de la discordia ante el intento de fijar algún 'para todos' que dure mucho tiempo. Como fuere, la época constata que hay mujeres para rato."
Si hay mujeres para rato, no hay un "para todos" que lo soporte, el deseo pese a todo subsiste en medio de las ofertas del ideal del mercado.
De: Carlos Márquez al artículo "Del Género a la sexuación" de Ángela Fischer (aparecido en NRS Nº 33)
Valiente. Es la palabra que se me ocurre sobre el texto de la colega Ángela Fischer. ¿Es posible que con la globalización la realidad tienda a ser única? Más seguro es que el pensamiento único es ya un significante privilegiado. Quienes lo denuncian no se dan cuenta de que el pensamiento único es de hecho denunciante, liberal, dirían en Estados Unidos, de centro-izquierda diríamos en América Latina. Los grandes consensos ideológicos que impone la civilización actual tienden a la izquierda, y romperlos tiene su precio. Lo tragicómico es que los pueblos eligen a presidentes de "izquierda" que terminan aplicando políticas de "derecha", las que les impone la realidad única del capitalismo financiero inmisericorde. ¿El pensamiento de derecha? Cosa de museo. Pasa callado al acto. Mientras cede en lo que sería su esencia, la tradición, se alivia de poder completar sus ansias en política económica: que el capital circule un poquito más rápido, un poquito más eficientemente, con un poquito menos de regulaciones. En todo caso podríamos decir que hoy todos somos contestatarios. Los que no lo son, no están autorizados a hablar sino en espacios cada vez más restringidos. De modo que forma parte de los consensos obligatorios el que este mundo sea tan horrible que un pensamiento plenamente conservador sería irrisorio.
Con la izquierda todos saben lo que pasará. No pasará nada, pero al menos los ensueños estéticos de nuestra época se llevarán a cumplimiento, será por eso que la élite global del mundo del espectáculo es de izquierda. Cuándo hubiera soñado Althusser con que los aparatos ideológicos del estado estarían en manos de sus correligionarios, para ser justos no creo que él los hubiera reconocido como tales. La izquierda cede su esencia, la transformación de las relaciones de producción, y se alivia con completar sus ansias en reingeniería social, esto se traduce en que la gente circule un poquito más rápido, un poquito más eficientemente, con un poquito menos de regulaciones. Uno de esos consensos absolutos es el de que cada quien se "construye" su propia "orientación sexual". Está bien que por una suerte de lente gravitacional ideológico hoy nadie escuche los bramidos pulsionantes de lo que antes se llamaba la ley natural, pero es desde ese mismo lugar que provienen el trauma sexual, la elección de objeto, lo que recuerda Fischer como "el encuentro con el goce", y por lo tanto esa fisura en la dictadura de la realidad que los psicoanalistas llamamos el síntoma.
Ángela somete a discusión esta ideología que se escurre entre los dichos lacanianos como si encontrara en nosotros una patente de existencia. Un solo ejemplo: En el seminario XX Lacan dice de San Juan de la Cruz que ser macho no le obliga a colocarse en el lado masculino de la sexuación, "Uno puede colocarse también del lado del no-todo. Hay allí hombres que están tan bien como las mujeres. Son cosas que pasan. Y no por ello deja de irles bien. A pesar, no diré de su falo, sino de lo que a guisa de falo les estorba, sienten, vislumbran la idea de que debe de haber un goce que esté más allá." (p. 92) Utilizar citas como estas para ponerse del lado del construccionismo pansexualoide actual es por lo menos arriesgado. En una oportunidad Lacan se burlaba de sus colegas que inventaron que los bebés no estaban centrados sino en sí mismos, aplicando dogmática y evolutivamente una idea freudiana sobre la conformación del yo. Creo que en ese momento usaba una expresión francesa que tradujeron como que si uno ve un bebé "hay que no tener los ojos en frente de los agujeros" para no darse cuenta de que no está precisamente centrado en sí mismo. Bueno hay que no tener los ojos en frente de los agujeros para no ver que no es lo mismo ubicarse en cualquiera de los dos lados del esquema de la sexuación con un pene que sin un pene. En el Uno por Uno se juegan todas las variaciones de esto, más las que se pueden inventar, pero la permutabilidad significante no es tan extensa como hoy nos empeñamos en querer creer. Es trinitaria en lo simbólico (hombre, mujer, falo), binaria en lo imaginario (con pene, sin pene), unaria en lo real, donde ya no permuta.
Por eso está en la tradición más claramente freudiana y lacaniana poner a discutir las construcciones más o menos alucinantes que podemos compartir con nuestros contemporáneos con los hallazgos que permite el dispositivo analítico. Creo que vamos a tener una oportunidad preciosa para esto en nuestra próxima jornada.
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Información sobre cambios en el programa de las mesas simultáneas
La Comisión Científica de las Jornadas informa que fue necesario hacer los siguientes cambios en el programa difundido en NRS Nº 35, dada una duplicación en el horario de las 11:10 – 12:40 de la colega Lorena Greñas: el trabajo de Lorena, "Déborah-Dora", se presentará a partir las 4:40 pm, en el Salón Colombia 2, en el lugar donde apareció programado Robinson Arroyave. A su vez el trabajo de Robinson "Un caso de dos", se presentará en el salón Colombia 1 en la mesa que se inicia a las 11:10 am.
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