Breve homenaje La Fundación Descartes, declarada de Interés Cultural para la Ciudad, me parece que es meritoria del incansable trabajo de Germán Leopoldo García. Fiel a sus convicciones y contando siempre con el prejuicio del otro, Germán consiguió hacer existir una vez más lo que a otros les resulta siempre tan enigmático. La Fundación Descartes ahora, y antes con otros nombres, siempre sostuvo una sola idea que puso en acto, como decimos entre nosotros, es decir, sigue haciendo efectiva la presencia del psicoanálisis en la ciudad. No se puede existir sin los otros, ya sean grandes o pequeños, del tamaño que les guste. Germán García realiza con Lacan cómo se hace con el muro del lenguaje. Los terrores vociferados sobre este siglo XXI que nos toca ahora transitar, “siglo blando” tal como recuerda Germán que Jacques-Alain Miller nombra en uno de sus cursos, se reducen bajo esta perspectiva. Quizás en este marco Germán propone una vez más un poco más de ironía y menos dramatismo para así confrontarnos con la época que nos toca vivir, que en definitiva no es peor ni mejor que otras. Solo hay que conocer un poco más de qué se trata para así establecer el “buen diálogo”, lo que llamamos el bien-decir, para que su resonancia instale resultados como el que acaba de obtener la Fundación Descartes.Celebro esta ocasión. ¡Mis felicitaciones a todos sus integrantes! Silvia Geller
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Breve homenaje
La Fundación Descartes, declarada de Interés Cultural para la Ciudad, me parece que es meritoria del incansable trabajo de Germán Leopoldo García. Fiel a sus convicciones y contando siempre con el prejuicio del otro, Germán consiguió hacer existir una vez más lo que a otros les resulta siempre tan enigmático. La Fundación Descartes ahora, y antes con otros nombres, siempre sostuvo una sola idea que puso en acto, como decimos entre nosotros, es decir, sigue haciendo efectiva la presencia del psicoanálisis en la ciudad. No se puede existir sin los otros, ya sean grandes o pequeños, del tamaño que les guste. Germán García realiza con Lacan cómo se hace con el muro del lenguaje. Los terrores vociferados sobre este siglo XXI que nos toca ahora transitar, “siglo blando” tal como recuerda Germán que Jacques-Alain Miller nombra en uno de sus cursos, se reducen bajo esta perspectiva. Quizás en este marco Germán propone una vez más un poco más de ironía y menos dramatismo para así confrontarnos con la época que nos toca vivir, que en definitiva no es peor ni mejor que otras. Solo hay que conocer un poco más de qué se trata para así establecer el “buen diálogo”, lo que llamamos el bien-decir, para que su resonancia instale resultados como el que acaba de obtener la Fundación Descartes.
Celebro esta ocasión. ¡Mis felicitaciones a todos sus integrantes!
Silvia Geller
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