LAS SERVIDUMBRES VOLUNTARIAS
(LO QUE LA EVALUACIÓN SILENCIA)
El pasado junio de 2010 la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis convocó y reunió en Barcelona un Foro con el título Lo que la Evaluación Silencia: El autismo. Fue una intensa jornada de intervenciones y debates multidisciplinarios de los que participamos, durante todo el día, expertos y profesionales de todas las ramas del saber práctico y de distintas orientaciones. El éxito y la repercusión obtenidas han hecho que este año nos vuelvan a convocar. En esta oportunidad el evento tendrá lugar en Madrid, el 11 de junio de 2011, en el espléndido marco que ofrece para este tipo de actividades el Círculo de Bellas Artes. La Coordinadora de la Convocatoria, Mercedes de Francisco, considera que “la evaluación inunda la actividad de nuestras vidas, casi de manera imperceptible, desde los dispositivos sanitarios en su amplio espectro, hasta los educativos, empresariales, literarios, artísticos, e incluso la vida cotidiana”.
No se trata de un tema nuevo. Es antiguo en la historia y en cada una de nuestras vidas. Todos hemos sido precoz y permanente evaluados: en relación a nuestros hermanos, nuestros primos, los hijos de amigos, de vecinos y de nuestros compañeros de colegio. Durante nuestra escolaridad, en el Instituto y en la Universidad. Pero también en la actividad deportiva, en los grupos de amigos y en la relación con las personas del otro sexo. Y luego en nuestra acceso a la vida laboral y durante toda la duración de esta.
Continúa su descripción Mercedes de Francisco: “Es así como lo calculable, la medida, entra en nuestras vidas y nos afecta como sujetos. El poder administrativo, las políticas de gestión, la pesadez de su control informático y estadístico, se imponen y atraviesan los gobiernos. En principio, parecería que se trata de evaluar instituciones y grupos y no de individuos, pero son los individuos los evaluados, y el resultado de ella es tener a hombres y mujeres marcados por la comparación con el grupo de referencia o los parámetros que las agencias de evaluación imponen”.
En todos los ámbitos, pero especialmente en el sector sanitario, al estar orientado por una política de cifras, el ser humano queda reducido a un conjunto de conductas mensurables y se deja de lado lo más propiamente humano que es su subjetividad. El instrumento más tiránico y arbitrario es el manual de psiquiatría, el DSM que pretende evaluarnos mediante tests universales, y a partir de ellos diagnosticarnos como hiperactivos, afectados por déficit de atención, por fobia social, por oposicionismo desafiante, por bipolares, por deprimidos, trastornos obsesivos compulsivos, dificultades en el aprendizaje, por estados de ánimo, emocionales, hábitos alimentarios y comportamientos, por nuestros problemas familiares, conyugales o religiosos. Cada uno de los mencionados se corresponde con una descripción diagnóstica del DSM-IV por la cual podemos ser evaluados y tratados coercitivamente mediante métodos cognitivos-conductuales y medicación. Y en caso de resistirnos a ello ser sancionados escolar, académica, familiar o laboralmente.
Esta prepotencia sometedora, invasora, de la intimidad individual, del DSM nos indica que el Gran Hermano del 1984 de George Orwell ha tomado la contemporánea forma del Gran Amo Evaluador que se está apoderando de nuestros frágiles estados democráticos y pretende someternos a sus veleidades totalitarias, proclamando por una parte el fundamentalismo de la libertad del mercado y del consumo, pero intentando además someter nuestras ideas, nuestro pensamiento y nuestros particulares modos de vida y de goce a su mezquina política de beneficios económicos, apoderamiento de riquezas y manipulación del poder.
Continúa estableciendo Mercedes de Francisco que “el poder de la evaluación es tiránico porque lo que en esencia pretende es conseguir del sujeto su consentimiento a esta operación. Con este consentimiento, con esta servidumbre, dejamos de lado lo incomparable de cada uno y pasamos a formar parte de esa masa evaluada”. Y agrega: “Ya Étienne de la Boétie ponía en primer término esa servidumbre voluntaria, como lo único que en último término explicaría el éxito de cualquier tiranía. Es este consentimiento del sujeto lo que en última instancia la hace posible”.
¿Pero quien es ese Éttiene de la Boétie que inspira la convocatoria con el enigmático título Las servidumbres voluntarias? Al proceder a averiguarlo surge la sorpresa. Éttienne de la Boétie fue un pensador francés que escribió su Discurso sobre la servidumbre voluntaria en 1546 (Ed.Trotta, Madrid 2010) y que lo inicia afirmando: “Por el momento, yo no querría sino comprender cómo es posible que tantos hombres, tantos pueblos, tantas villas, tantas ciudades, tantas naciones soporten a veces a un solo tirano, que tiene por poder el que ellos le dan, que tiene el poder de perjudicarles tanto como ellos quieran aguantarle, y que no podría hacerles daño alguno si ellos no prefirieran sufrirle a contradecirle”.
Y aquí nos encontramos, casi 500 años después intentando denunciar, clarificar, concienciar ante la opinión ilustrada, este mecanismo de la servidumbre voluntaria que continúa aún enquistado en lo más profundo de la especie humana para intentar, con nuestra denuncia, fortalecer un movimiento ciudadano de resistencia a la multitud de formas a través de las cuales esta servidumbre se manifiesta. Encontramos en la Boétie una tesis sorprendente: la tiranía sería consecuencia de la servidumbre y no lo contrario, como se pensaría habitualmente; o mejor dicho, la servidumbre no remitiría a un poder exterior que se ejerce contra el sujeto sino que sería una consecuencia de la relación que el sujeto mantiene consigo mismo.
Margarita Álvarez integrante del Comité Organizador del Foro escribe que “El psicoanálisis, por ocuparse de lo incomparable e inconmesurable de cada uno, permite a los sujetos reencontrarse con lo que les ha sido arrebatado, con lo imposible de evaluar. Desde luego no creemos ser los únicos que activamente defendemos lo más íntimo e inigualable de cada uno. Por ello, animamos a participar en este Foro a todos aquellos que quieran desenmascarar las nuevas formas que esta servidumbre adopta e ilustrarnos sobre su invención para resistir a ella”.
En su curso Extimidad, el psicoanalista francés Jacques-Alain Miller hace referencia a esta tesis señalando la brecha de la división subjetiva entre el sujeto y su goce, al que no reconoce como propio, proyectándolo fuera, en los otros- Los otros son los responsables de sus desgracias El sujeto se exhibe como una víctima impotente. En cambio La Boétie afirma que la tiranía se engendra a partir de la voluntad de servir. Agrega que esto sucede con tanta frecuencia que no nos sorprende ver a los hombres “servir miserablemente encantados y fascinados por el nombre de uno solo”. “¿Cuál es la causa de que tantos hombres se sometan al poder de uno solo?” Concluye que “Los hombres no desean la libertad”, porque “si la deseasen, la obtendrían”. “Sus desgracias no vienen del enemigo sino de aquél cuya grandeza ellos mismos sostienen”. “El tirano nunca ve su poder asegurado hasta que no llega al punto de que ningún hombre bajo su dominio ha perdido todo valor”. El Discurso de la Boétie fue quemado públicamente en Burdeos en 1579 saliendo en su defensa su amigo Michel Montaigne, heredero y depositario de sus papeles quien ratificó que “a nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo tenga responsabilidad en ello”.
Javier Peteiro es médico en A Coruña y Miguel Gómez Ediciones acaba de publicar su libro El autoritarismo científico, en el que el autor intenta distinguir entre la ciencia y las falsas ciencias, a las que califica como el cientificismo que impregna el discurso social dominante. y que pretende dictarnos lo que es bueno o malo, lo que debemos hacer y el como hacerlo intentando anular la libertad de elección, al punto de que lo supuesto científicamente correcto pasa a ser también lo políticamente correcto. Y lo coercitivamente justificado. Por ejemplo que se nos obligue legalmente a ser vacunados de una inexistente pandemia de gripe o se nos obligue a medicar a nuestros hijos de inexistentes trastornos como el de hiperactividad, el déficit de atención u oposicionismo desafiante. ¿Es verdad, como afirmó La Boétie hace 500 años, que no queremos la libertad porque si la deseásemos la obtendríamos? Intentan anular nuestra libertad de elección, pero la decisión es nuestra, la responsabilidad es de cada uno.
Te invito a leer a La Boétie y a Peteiro, a adherirte a la Plataforma Internacional Contra la Medicalización de la Infancia (plataformaicmi.org), a participar del Foro contra Las servidumbres voluntarias del 11 de junio próximo y a unirte a la infinidad de movimientos ciudadanos que luchan por la defensa de la democracia, la justicia, la libertad y los derechos y la dignidad humanas. Como afirmó Don Quijote”por la libertad y por la honra se puede y se debe aventurar la vida”. Margaret Mead, la pionera de las antropólogas escribió: “No dudes de la capacidad de tan sólo un grupo de ciudadanos conscientes y comprometidos para cambiar el mundo. De hecho siempre ha sido así”.
Información y lista de correo de "Foro Lacaniano" manadar correo a olga.monton.al@gmail.com
plataformaicmi@comunicar.e.
Juan Pundik
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