La América real. Trump y la muerte de la vergüenza, por Laurent Dupont
En un editorial
de Matuvu¹ me atrevía a decir que la focalización de los medios y de las redes
sociales sobre los zapatos de Theresa May o la peluca de Donald Trump era una
solución feticihista para no ver la pérdida, por un lado, y lo obsceno por el
otro. No ver lo que nos mira.
El velo ha
caído, se ha blandido la cabeza de Medusa, imposible desviar la mirada: ¡eso
nos mira! Y nos quedamos congelados ante la Cosa.
Es un triunfo.
¿Qué es un triunfo? El Robert histórico de la lengua francesa nos dice que eso
designaba inicialmente la entrada solemne de un general victorioso en Roma. Y
sí, el tribuno entra en la Roma que es suya, Washington, entra en su despacho
oval con todos esos botones y ese teléfono que espero que siempre sea rojo.
Ha triunfado
sobre todos, sobre los republicanos primero, que no le querían, luego sobre los
demócratas por supuesto, y después sobre Hillary Clinton. Sus arcos de Triunfo
ya se han elevado directos hacia el cielo, y llevan su nombre: Trump Towers.
¿De qué triunfo
se trata? Jacques-Alain emplea la expresión de triunfo a propósito del
narcisismo: "narcisismo de la causa triunfante"². Ahí tenemos a uno
de sus representantes al frente de Estados Unidos.
Pero hay algo
más, basta con escuchar sus discursos, su verbo, empleando tanto el insulto
como el sarcasmo, diciendo una cosa y su contraria, no vacilando en
humillar ni en mostrar odio. Y bien, no haré más que una propuesta que
tomo de Jacques-Alain Miller: La mirada que se reclama hoy al hacer espectáculo
de la realidad -toda la televisión es un reality show- es una
mirada castrada de su capacidad de avergonzar, y que constantemente lo
demuestra. Como si esta muestra del espectáculo televisivo tuviera como misión,
en cualquier caso como consecuencia inconsciente, la de demostrar que la
vergüenza ha muerto"³. Trump es el triunfo de la muerte de la vergüenza.
Traducción:
Fe Lacruz
1 Dupont L.,
« Géopolitique des chaussures et du cheveux », Matuvu, editorial del 24 de
octubre 2016.
2
Jacques-Alain Miller, « En direction de l'adolescence », Interpréter
l'enfant, Navarin, colección La petite Girafe, 2015, p. 204, disponible sobre
el site de la cuarta jornada del Institut psychanalytique de l'Enfant, http://www.apreslenfance.com/orientation/
3
Jacques-Alain Miller, « Note sur la honte », La Cause freudienne, n° 54, junio
2003, p. 10, por Jacques-Alain Miller, Paidós, 2014.
La tentación del Kakon, por Jean-Noel Donnart
"Una gran barbarie iluminada con gas"(1) - la célebre formulación de Baudelaire a propósito de América - podría ser muy bien el título del próximo capítulo de la historia que se abre con la elección de Trump. El 9 de noviembre, hemos salido de nuestro estado hipnótico. En el lugar y en el puesto de aquello que parecía ya adquirido - el espíritu de una cierta "continuidad" de referencias comunes en lugar de ser aceptadas ¿tenía por detrás el presentimiento de lo peor?-, el surgimiento de un incalculable, fuera de programa.
"Vivimos en una época curiosamente encantada por la idea de las explicaciones matemáticas", escribe Paul Berman en Le Monde(2 y 3), y por lo tanto los encuestadores, que son los grandes sacerdotes del culto moderno, han estado prestos a declarar casi unánimemente que la oportunidad de victoria de Trump era mínima o menos que mínima [...] ¿Por qué entonces nadie ha sido capaz de comprender su potencial?. Simplemente porque el análisis político funciona sobre un principio único, que es el de la analogía histórica; nada en la historia americana es análogo al éxito de Trump. Una matemática ciega al servicio de una rutina del discurso, y entonces, el negocio está hecho.
El general
Michael Flynn ha afirmado que Trump, como en la guerra, [...] ataca las
debilidades de sus adversarios [y que] aquellos que lo conocen dudan - o le
temen - y se hacen eco de un punto que toca a los límites mismos de la
dialéctica de la palabra. Alice Delarue señala su estilo singular de
enunciación, la "hipérbole verídica"(4). Pascal Engel, por su lado,
un llamado a la "pos-verdad" y a laporquería para
intentar dar cuenta. "Trump no es un mentiroso, digamos, en el sentido en
el que Nixon o George Busch lo fueron. Nadie lo cree." (5) En otro
registro, Thomas Piketty habla de "huida hacia adelante" (6)...
Detrás de la
sorpresa y la ruptura, la vergüenza por traducir y nombrar la cosa se hace
sentir y delinea los contornos menos de un simple cambio ideológico que de un
cambio de registro radical de y en la palabra publica: la tentación del kakon (7).
Trump es un
amo, pero un amo de "la era del hombre sin atributos" (8), como la ha
calificado Jacques-Alain Miller. El no se avergüenza ni un poco de los embrollos
de la verdad mentirosa evidenciada por las pruebas en los diarios - o también
en la saturación por la hipérbole verídica y la inundación de tweets reactivos.
Trump es el amo del Uno que se exonera de los semblantes del Otro. Su discurso
fuera de normas es el resultado lógico del discurso capitalista que pone al
comando a este Uno contable y anónimo -"el discurso universal- [no
poseyendo] otras cualidades, otras identificaciones que proponernos"(9)
-ante la mirada de lo incomparable, lo único y lo diferente- el sujeto, suma
todo -no hay lugar de ser, o mas allá del otro lado del muro, en una lógica
"de la extensión de más en más del proceso de segregación"(10), que
Lacan anuncio en 1967.
Se trata para
Trump, vía sus proyecciones y slogan, de hacer vibrar, muy cerca, menos la
verdad discutible que la tentación del mal objeto traumático. Hacer sentir
"la posibilidad de extensión del objeto a"(11), bajo la forma de la
exclusión, del desecho de la operación, del llamado a la muerte, de los mal-nacidos,
los malvenidos, los negros o los latinos relegados, hasta a las mujeres que
desean -poder abortar. Los peores pensamientos de odio del Otro que, de existir
en cada uno, han permanecido velados, tratados por la ética del bien decir, más
que por el porte de armas.
Esta tentación
del kakon está también en campaña de este lado del Atlántico.
Los partidos de extrema derecha están en la marcha por el poder en Austria y en
Francia.
Pero más allá
de las elecciones por venir, un discurso administrativo político conduce a las
ARS (12) y otros servicios más o menos destacados del mundo médico-psicosocial
hacia está pendiente de la mala tentación, muy actual, del rechazo a aquello
que es el Otro para el mismo. ¿Un ejemplo? La proposición de resolución n.
4134(13) del 13 de Octubre 2016 dirigida al presidente de la asamblea nacional
que solicita "la prohibición de las practicas psicoanalíticas bajo todas
sus formas "a toda una categoría de la población, a la cual negaríamos ni
mas ni menos que el derecho humano de tener un inconsciente, es decir, una
palabra. Una barbarie, poco iluminada, a nombre del Uno que intenta hacer
callar al Otro.
Traducción de
Amilcar Gómez
1 Baudelaire Ch., "Edgar Poe, su
vida y sus obras". Obras Completas. Laffont, 1980, p.576.
2 Berman P., "Un colapso sin
precedentes de todas las instituciones americanas", Le Monde, 11 noviembre
2016.
3 "No haber intervenido en Siria en
el 2013 habido un error", Le Monde, 11 noviembre 2016.
4 Delarue A., "Trumps giro maestro y
la hipérbole verídica" Lacan Quotidien, n. 609, 17 noviembre 2016.
5 Engel P., "Combatir esta peste
intelectual por la razón!" Le Monde, 18 noviembre 2016.
6 Piety Th., "Para otra
mundialización", Le Monde, 14 noviembre 2016.
7 Kakon, palabra griega que designa un
objeto malo. Cf. Lacan J., "A propósito de la causalidad psíquica",
Escritos, Seuil, 1966, p. 175.
8 Miller J-.A., "La era del hombre
sin atributos", La causa freudiana, n. 57, junio, 2004.
9 Ibid., p. 75.
10 Lacan J., "Proposition del 9 de
Octubre 1967 sobre el psicoanalista de la escuela", Otros escritos, Paris,
Seuil, 2001, p.257.
11 Lacan J., "Alocución sobre las
psicosis en el niño", Otros escritos, op. cit., p. 366, citada por Eric
Laurent en "Crisis de identidad y triunfo de las religiones" Mental,
n.34, junio, 2016.
12 Agencias Regionales de salud.
13 Disponible en la página de la asamblea
nacional.
Trump y las
ciencias, por
Jean-Charles Troadec
La elección de
Donald Trump no es una sorpresa. En la historia de la presidencia de los
Estados Unidos, en efecto, el partido demócrata nunca había ocupado la Casa
Blanca más de dos mandatos sucesivos, con excepción del periodo de la segunda
guerra mundial donde Franklin D. Roosevelt y Harry S. Truman cubrieron dos
decenios (1933-1953).
Sin embargo,
muchos estadistas colocaban a Hillary Clinton en la cabeza del país, su
programa parecía más realista frente a un Trump grosero e ignorante del
funcionamiento de la Casa Blanca, que hasta entonces procedía más por tweets y
declaraciones estruendosas que por comunicados elaborados.
A pesar de la
ausencia de un "verdadero programa", su elección tendrá consecuencias
para la investigación científica.
Una ganancia
inesperada para los laboratorios
Tuvimos que
esperar hasta 1937 para que los Estados Unidos regularan la comercialización de
los medicamentos imponiendo normas y ensayos clínicos a las firmas
farmacéuticas. Comenzaron con la creación de la Federal Drug Administration,
anterior a la Food and Drug Administration (FDA), debido a la muerte de una
centena de pacientes - en su mayoría niños - que habían ingerido un jarabe que
contenía líquido refrigerante. Ochenta años después, queda mucho por hacer.
Esto, por ejemplo, no ha impedido últimamente el éxito comercial de la
Ritalina, prescrita a gran escala para los niños, mientras que se desconocen
sus efectos sobre el desarrollo del cerebro a largo plazo.
Los
republicanos elegidos en el Congreso y en el Senado han, sin embargo, rechazado
en varias ocasiones las propuestas de leyes que buscan reforzar el poder de la
FDA. Ellos presionaron, particularmente, para que se adoptara una ley llamada "Right
to try", el derecho al ensayo, que autorizaría a los médicos a
prescribir medicamentos que sólo han pasado la primera de las tres fases de
ensayo en pacientes moribundos.
32 Estados ya
han votado para aprobar esta ley, rechazada hasta el momento por la autoridad
federal. Esta tendencia general de querer debilitar el poder de la FDA abre la
puerta a la promoción y prescripción de ciertos medicamentos por fuera de su
objetivo originario. Lo vemos con las anfetaminas utilizadas por los
adolescentes y estudiantes americanos con el fin de mejorar su rendimiento
académico en la escuela o en la Universidad (Ritalina, Adderall, Concerta,
etc).
Esta política
anti-FDA, anhelada por Trump durante su campaña, tiene como objetivo
principalmente motivar el retorno de las grandes firmas farmacéuticas
expatriadas al territorio de los Estados Unidos. Daniel Sarewitz, profesor de
la Universidad de Arizona, quien ha estudiado las relaciones entre los
resultados científicos y sus consecuencias políticas, indica, en la muy
respetada revista científica Nature(1), que este retorno
podría generar más de 40 millones de dólares en impuestos fiscales,
permitiendo, según él, crear una Agencia federal consagrada a la investigación
y a la innovación. La obesidad, la diabetes y el consumo excesivo de tóxicos,
en particular, alcanzan cifras record, principalmente en las zonas más pobres
del país. Esta agencia podría crear herramientas de recolección sistematizada
de información sobre la salud en todo el país con el objetivo de conocer mejor
las necesidades en este campo. No obstante, sólo el gobierno federal, puede en
principio, lanzar tal programa. Pero, el discurso de Trump, opuesto a la
intervención del Estado, no motiva la modernización del sistema de salud frente
a las nuevas patologías.
La defensa
En lo que
concierne al sector de la defensa, el gobierno de Obama tomaba en cuenta los
consejos de los científicos sobre las políticas para emplear a escala
planetaria. Stuart Russel, director del Center for Intelligent Systems, en
Berkeley, está preocupado principalmente por las consecuencias humanas del
desarrollo de sistemas de armas automáticas letales y que pueden ser
comercializadas(2). ¿Cuáles serán los criterios para neutralizar este objetivo,
teniendo en cuenta que los delitos raciales son una problemática, dado el
número de homicidios policiales cometidos en los Estados Unidos?
La cuestión de
las armas atómicas se encuentra igualmente en el centro de los debates.
Mientras que Obama se quedará en la historia por haber obtenido el premio Nobel
de la paz, en parte por su voluntad de eliminar las armas nucleares del globo,
Trump, anunció que él no veía ninguna objeción a la proliferación de las armas
nucleares en los países de Asia y del Medio Oriente. Peor, él incluso evocó una
réplica nuclear frente a un ataque terrorista del Estado Islámico. Queda por
saber dónde soltará la bomba…
Según John
Krige, profesor de historia y de sociología del Georgia Institute of
Technology, en Atlanta, "la victoria de Trump, acompañada del control
republicano del Congreso, va a acelerar el fin del contrato posterior a la
segunda guerra mundial entre la ciencia, la tecnología y la educación
superior"(3). Esto afectará negativamente los intercambios con los socios
del Consejo de Seguridad de la ONU sobre estas cuestiones de estabilidad del
mundo. Trump declaró defender solamente los intereses americanos en el
territorio exterior.
Los fondos para
la investigación
George W. Busch
había prohibido el uso de los fondos públicos para la investigación en células
madre en el año 2001. Los científicos fueron apoyados cuando Obama retiró dicha
prohibición en el año 2009. Según David Kaiser, profesor de historia de las
ciencias y de física en el Massachusetts Institute of Technology, la cuestión
candente es el riesgo de la supresión de los fondos federales asignados a las
universidades públicas(4). La elección de Trump va a exacerbar la tendencia
actual de financiar sólo proyectos que produzcan resultados a mediano plazo. La
investigación necesita financiar los polos de investigación sin exigir
beneficios inmediatos, como fue el caso de la Partícula de Higgs, en el que el
largo plazo no llama la atención de los inversionistas de las empresas.
De manera más
general, Nathaniel Comfort, profesor de historia de la medicina en John Hopkins
University, considera que la elección de Trump participa de una desvalorización
del pensamiento científico. La ciencia es, según él, creadora de conocimientos
útiles para la economía. Al no tener en cuenta ninguna de las informaciones
establecidas científicamente, ni al nutrir su causa permanentemente, como lo
hace Trump, en particular sobre sus declaraciones
climato-escépticas(5), cierra toda perspectiva para los avances de la
investigación.
Cassidy
Sugimoto, de la School of Informatics and Computing, en Indiana University
Bloomington, sostiene declaraciones que van en el mismo sentido: "La
fuerza de la mano de obra científica en los Estados Unidos depende de la
aptitud en reclutar y conservar los científicos que vienen del mundo entero
(…). La investigación de alto nivel y el conocimiento de la economía requieren
una movilidad y una colaboración internacional"(6). Los premios Nobel
americanos, en efecto, no son obtenidos en su totalidad por americanos de
nacimiento. La voluntad de Trump de cerrar las fronteras a la inmigración
impactará la pluralidad y en consecuencia la eficacia de la investigación.
Pensemos simplemente en Einstein, quien inmigró a América.
¿Dónde está la
frontera?
El voto Trump
refleja la middle class americana, principalmente del centro
geográfico del país, temerosa, inquieta por el declive del imperio y del
discurso antiamericano. Según C. Sugimoto, siempre: "siendo educadores y
profesores, debemos utilizar las elecciones para enseñar a nuestros estudiantes
acerca del pensamiento crítico y el discurso civilizador. Tenemos que continuar
demostrando a todos los estudiantes -sin importar su raza, género, orientación
sexual, capacidad y religión- que tienen un valor y que pueden contribuir al
conocimiento y a su sociedad".
En el periodo
del Krach(7) de los años veinte, los Estados Unidos estaban, como en
Europa, refugiados en el discurso de la extrema derecha que apuntaban a cerrar
las fronteras. El presidente Warren G. Harding, elegido republicano entre 1921
y 1923, como también Herbert C. Hoover, entre 1929 y 1933, habían impuesto una
política económica del "dejar-hacer" y una política aislacionista
desastrosas. El país se encontraba en una crisis económica y social profunda.
Fue necesario entonces el New Deal del presidente demócrata Roosevelt, elegido
cuatro veces consecutivas entre 1933 y 1945, quien tomó una intervención masiva
del Estado en la economía, a través del control del sistema bancario y la
instauración del Social Security Act (duplicado de jubilación del seguro de
desempleo), para salir de la Gran Depresión. ¿Podemos trasladar a la actualidad
la elección de Trump como síntoma de la crisis económica mundial, social y
ecológica moderna?
¿Cómo debemos
anticipar, por ejemplo, la inmigración en masa debido a los conflictos en el
Medio Oriente, pensando y avanzando un poco en el mañana, sobre la inmigración
en masa de los refugiados climáticos? Trump niega el origen humano del
calentamiento climático. Él declara que es una invención de los chinos con el
objetivo de reducir el comercio americano. ¿Los científicos no prevén que los
habitantes de Bangladesch, frente al aumento del nivel del agua, de la misma
manera que el delta del Mekong en Vietnam y del Nilo en Egipto, serán invadidos
por el mar, amenazando a más de cien millones de personas de abandonar sus
países en un futuro próximo?(8) ¿No habría aquí un terreno para los
futuros conflictos étnicos?
Las
declaraciones desconsideradas de Trump, que no tienen en cuenta las
informaciones científicas más fiables, constituyen un verdadero empuje
a la ignorancia. Uno puede escuchar aquí el eco de una tendencia profunda
en los Estados Unidos –ya descrita por Richard Hofstadter en su libro sobre el
anti-intelectualismo americano(9) (Premio Pulitzer 1964)– que se opone al
espíritu de la ilustración bajo el pretexto de atacar el Establishment.
Traducido por
Julián Lasprilla
1. « What scientists should focus on –
and fear – under Trump », Nature, 11 de noviembre de 2016, disponible en
internet: http://www.nature.com/news/what-scientists-should-focus-on-and-fear-under-trump-1.20974
2. « When you dial 911 and Wall Street
Answers » («Cuando usted llama al 911 y lo que Wall Street
responde»), New-York Times, 25 de junio de 2016.
3. «
What scientists should focus on – and fear – under Trump », op. cit.
4. Ibid.
5. En una entrevista dada
al New-York Times, el 22 de noviembre de 2016, « Trump in Interview,
Moderates Views but defies Conventions », Trump sólo se compromete en mostrar
un espíritu más abierto sobre el tema del cambio climático, reconociendo que es
mejor « ¡respirar un aire puro y tener agua cristalina! ».
6. «
What scientists should focus on – and fear – under Trump », op. cit.
7. Conocido como el «Crash», Crisis de
1929 o la Gran Depresión, fue la caída del mercado bursátil más devastadora en
la historia de los Estados Unidos. (N. del T.).
8. « Réchauffement
climatique : des grandes villes menacées par la montée des eaux », Le
Monde, 9 janvier 2015.
9.
Hofstadter R., Anti-Intellectualism in American Life, Vintage, 1963, réed.
1966. establecido por Jacques-Alain Miller,
Paidós, 2014.
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