16 de junho de 2008

La gaceta del Consejo - ELP

NÚMERO 43, JUNIO DE 2008

Entrevista realizada a Hilario Cid, Director del CPCT de Málaga, para la gaceta del Consejo

El VI Congreso de la AMP dedicó, una de sus mañanas de trabajo, la del martes 22 de abril, a los Cpcts, bajo el título: El lugar de los Centros de Consulta y de Tratamiento en el discurso Psicoanalítico.

La mesa constó de dos partes: una primera dedicada a ejemplos clínicos y la segunda que reflexionó sobre la transferencia y la salida del dispositivo. Segunda parte en la que participaron los directores de los Cpcts del conjunto de la AMP.

LGC quiere conocer la opinión de los Directores de los 4 Cpcts de la ELP y la Clínica del CF de la Coruña sobre la incidencia de los CPCTs sobre tres puntos que atañen a lo político, epistémico y clínico.

En esta primera entrega contamos con las respuestas de Hilario Cid.

Pregunta: En la conversación se planteó la importancia de los Cpcts como base política para la conquista del lugar del psicoanálisis en la sociedad contemporánea. ¿Esta dimensión política de los Cpcts debiera suponer un evento inolvidable, un antes y un después, por sus efectos subjetivos y terapéuticos para las personas que allí son atendidas?

Respuesta: Como dijo Jacques- Alain Miller en la última Conversación Clínica de Barcelona “El psicoanálisis es para todos o no es para nadie”. Es llevar a sus últimas consecuencias el combate en el que ahora, lo queramos o no, está inmerso el psicoanálisis. Nuestros enemigos, quieren simple y llanamente nuestra desaparición.

Nuestra respuesta es extender con los CPCTs la aplicación del psicoanálisis al mayor número de sujetos posible.

Todo sujeto que sale satisfecho de una experiencia analítica, es no sólo un defensor, sino un difusor del psicoanálisis. En mi opinión no hay mejor manera para la extensión del psicoanálisis.

En el CPCT- Málaga, para no vernos desbordados de entrada, por una demanda superior a nuestra capacidad de atenderla y por ello poder dar al traste con el proyecto, hemos hecho, calculadamente, muy poca propaganda en la ciudad. La demanda se trasmite de un sujeto a otro, boca a boca, como se dice, por lo que podemos afirmar que casi toda la demanda que tenemos nos viene a través de sujetos que están satisfechos de haber pasado por una experiencia psicoanalítica. Pues bien, por esa vía, la demanda se ha triplicado con respecto al año pasado. Hemos atendido ya, en poco más de un año, a 224 sujetos, y hoy están en pleno tratamiento 58. Llevamos año y medio de funcionamiento y estamos rozando ya el límite de nuestra capacidad operativa. Habrá que aumentar en breve tiempo el número de psicoanalistas del CPCT- Málaga.

Jacques–Alain Miller, orientado de la buena manera en Lacan, nos ha hecho ver que el arma política más potente que tiene el psicoanalista para la extensión del psicoanálisis es el psicoanálisis mismo en su aplicación terapéutica. Y no hay mejor política psicoanalítica que la extensión del psicoanálisis.

Pregunta: Los Cpcts constituyen un eslabón muy importante en la formación de los analistas. ¿Cómo tratar y cuidar este aspecto en su funcionamiento interno?

Respuesta: A mí me parece un problema tan importante, que lo convertí en el problema fundamental del CPCT- Málaga.

Nos encontramos embarcados en un proyecto ante el que ninguno teníamos experiencia. Quizás sí en la gratuidad, pero un tratamiento gratuito y limitado en tiempo era algo inédito.

Partimos de un no saber, pero apoyándonos en la última enseñanza de Lacan tal como nos la transmite Jacques-Alain Miller. Esa ha sido nuestra orientación. Porque de lo que se trata es de actuar con el acto analítico, graduarlo, saberlo dosificar, porque siempre en la experiencia analítica para el analista se trata del acto analítico. Por eso no hacemos psicoterapia.

A nivel práctico, se nos ocurrió instituir las Conversaciones Clínicas de los martes. Nos reunimos semanalmente –sorprendentemente acude prácticamente todo el equipo- de 20:30 a 23:00, conversamos sobre uno, dos o tres casos. No hay jerarquía, todos exponen cuando les toca y todos conversan hasta destripar el caso y encontrar su lógica. Son Conversaciones Clínicas. El aspirante a miembro del equipo se le exige seis meses de asistencia a las Conversaciones Clínicas antes de empezar a atender.

También se hacen supervisiones, pero en Málaga las hacemos individuales, de un analista experimentado con otro que lo está menos.

El curso que viene empezaremos con los seminarios teóricos.

En el CPCT de Málaga, hemos conseguido formar un equipo de psicoanalistas -¡equipo de psicoanalistas!- que tiene claro que el CPCT, entre otras cosas, es un lugar de formación permanente y por tanto se responsabiliza de ello.

Nuestra asistencia, además, a los eventos que organizan los otros CPCTs españoles es un punto que no descuidamos, pues es parte de nuestra formación.

Pregunta: Asimismo si los Cpcts han modificado la definición del psicoanalista al cambiar los estándares de la práctica, ¿se podría pensar que van a contribuir a la modificación del psicoanálisis mismo, tal como Jacques –Alain Miller lo explora en su curso?

Respuesta: Esta cuestión se está discutiendo mucho. La resumimos diciendo: ¿cómo el psicoanálisis aplicado va a influir sobre el psicoanálisis puro? Hay algo esencial a partir de lo cual hay que plantear esta pregunta tal como lo destacó Eric Laurent en las Jornadas sobre el Pase que organizó la E.C.F. en marzo de este año, y es que en el psicoanálisis puro el acto analítico se aplica en su radicalidad, mientras que en el psicoanálisis aplicado hay que dosificarlo, temperarlo, graduarlo.

Hay por tanto una diferencia esencial que no va a cambiar.

Mi opinión personal, es que no es tanto el psicoanálisis aplicado lo que va a modificar la práctica del psicoanálisis puro, sino precisamente lo que ha posibilitado el psicoanálisis aplicado mismo, es decir la última y la ultimísima enseñanza de Lacan. En esa vía nos ha metido Jacques-Alain Miller. Es una vía no sólo que nos llena de entusiasmo, sino que promete un futuro realmente esperanzador para el psicoanálisis en este nuestro siglo XXI.


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