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Todos los miembros y asociados de la NEL están invitados a participar en este boletín con sus textos, comentarios, notas y observaciones sobre los temas del debate.
Moderadora: Clara María Holguín
Los textos de Ana Victoria Saldarriga, Miembro de la NEL-Medellín y Alfonso Gushiken, Miembro de la NEL-Lima, presentados y comentados por Beatriz García Moreno, Asociada de la NEL-Bogotá, destacan la importancia de retomar las identificaciones relacionadas con el narcisismo primario, tanto en la orientación de la cura de un análisis, como en el examen de un síntoma social contemporáneo.
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Ana Victoria Saldarriaga en su escrito, “¿Cuál es la función del analista frente a las identificaciones?” aborda el tema de la identificaciones a partir de preguntarse por la función del analista frente a las identificaciones, y nos lleva al seminario 1 de Jacques Lacan, “Los escritos técnicos de Freud” (1953-1954) donde encuentra la frase, “permitir una identificación desconocida en una conocida” que le permite argumentar su posición frente al papel del analista. La pregunta formulada sitúa el tema en el nivel de la transferencia, en la posibilidad de abrir camino para que surja la palabra en un nivel donde el rasgo unario y el goce particular se pongan de presente. Lacan en este seminario es explícito en decir que la transferencia es la que permite el surgimiento de esa palabra que hace caer las identificaciones, las cuales, como lo indica la autora del escrito, se presentan relacionadas tanto con el nivel simbólico como con el imaginario. Lacan en el último capítulo del seminario es explícito en decir que el papel del analista es el de guiar al paciente hacia las vías de acceso a su saber, de tal modo que esa palabra surja y se puedan explorar no sólo las identificaciones especulares conocidas, con el otro semejante, propias del narcisismo secundario, sino también, aquellas identificaciones desconocidas relacionadas con la imagen del propio cuerpo, que se remontan al narcisismo primario, y permiten situar un goce pulsional constitutivo del sujeto. La autora enfatiza la posición virtual del analista que en tanto está atravesada por lo imaginario, como lo propone Lacan en este seminario, posibilita que las palabras del paciente le retornen a la manera de eco, con las puntuaciones y recortes del analista, y pueda evidenciar sus identificaciones. La cita de Lacan, usada a la manera de epígrafe, hace un llamado a mirar la imagen del cuerpo, como camino hacia las identificaciones primarias.
Por su parte, Alfonso Gushiken en su escrito “¿Por qué la desigualdad resulta tóxica para la salud? Un efecto de la identificación que toma dimensión de problema para la Salud Pública”, sitúa la desigualdad como causante de un efecto tóxico y lo explica desde el título como un problema de identificación que tiene consecuencias en la Salud pública. Su argumento discute con el de algunos autores que sitúan la desigualdad económica y otros síntomas sociales como causantes de debilitamientos orgánicos, y dice que para entender esa sintomatología falta incluir la perspectiva de las identificaciones en los términos de Lacan. Para su argumentación parte del escrito de Lacan “La agresividad en psicoanálisis” (1948) donde Lacan, siguiendo a Freud y en la configuración del complejo de Edipo, sitúa la agresividad como manifestación de la pulsión de muerte. Lacan dice que la agresividad es constitutiva de la subjetividad, que aparece como intención de agresión y de dislocación corporal, y que sus causas que se ponen de presente en el análisis, están vinculadas con las identificaciones narcisistas y se hacen presentes en el malestar actual de la civilización. En su argumentación, Gushiken, siguiendo a Lacan se refiere al narcisismo primario, como la posibilidad de reconocer la imagen del propio cuerpo, pero su reconocimiento está en función de la imagen del otro, y en tanto esa imagen se muestra como poseedora de un goce que no se tiene, puede ser motivo de agresión.
Ambos escritos, el de Ana Victoria Saldarriaga y el de Alfonso Gushiken, hacen un llamado para mirar las identificaciones relacionadas con el narcisismo primario, la primera en relación con la orientación de la cura en el análisis, y el segundo para abordar el examen de un síntoma social contemporáneo.
Beatriz García Moreno
¿Cuál es la función del analista frente a las identificaciones?
Ana Victoria Saldarriaga A.
El cuerpo se introduce en la economía del goce –de allí partí yo- por la imagen del cuerpo
(Lacan, “La Tercera”, 1988)
Esta pregunta animó una de las lecciones del curso introductorio de este semestre en la NEL-Medellín. Seguramente habrá muchas posibilidades de respuesta y cada analista, desde su experiencia, aportará la suya. Yo me encontré con ésta en el seminario 1 de Jacques Lacan: Permitir el reconocimiento de una identificación desconocida en una conocida. Las identificaciones conocidas son las que, en ese período de su enseñanza, Lacan llamaba identificaciones especulares, con el otro semejante, con o’ ó a’. Y son las derivadas del narcisismo secundario, de ese otro que nos devuelve la imagen en el espejo virtual (barrita central en el esquema), invertido de izquierda a derecha, desde el estadio del espejo.
Las desconocidas, son las identificaciones que corresponden al narcisismo primario, a las identificaciones con el propio cuerpo -que Lacan llamaba identificaciones en o-, con las imágenes reales que nos devolvió el espejo cóncavo (A) que está en nuestros ojos, cuando lo miramos de arriba abajo, en una época decisiva de nuestra infancia. Tal vez algunos recordarán la experiencia del los espejos que Lacan retoma para ilustrar estas dinámicas imaginarias. Desde ellas, sitúa al analista en el lugar del espacio virtual (B), en la medida en que su escucha, permite al sujeto que habla (C) la revelación de sus identificaciones, porque las hace resonar como en eco, al puntuarlas, subrayarlas o cortarlas. Esta es el esquema del análisis, según nos lo propone en la página 411 del primer seminario. Una nueva versión, psicoanalítica, claro está, del mito de Eco y Narciso.
Un esquema del análisis. Del capítulo XXII, del seminario 1: “El concepto del análisis”, (pág. 411): el lugar y la función del analista.
[1] En: La tercera, pág. 91. En la edición de Manantial de “Intervenciones y textos. Buenos Aires, 1988.
¿Por qué la desigualdad resulta tóxica para la salud? Un efecto de la identificación que toma dimensión de problema para la Salud Pública
Alfonso Gushiken NEL Lima
The health of nations (2002), de B Kennedy e I Kawachi, es uno de los primeros libros de una serie que, en la última década, ha venido acumulando evidencias sobre la relación entre la desigualdad en los ingresos y el aumento en las tasas de mortalidad y morbilidad por diversas enfermedades. El último de ellos, The Spirit Level (2009), de R Wilkinson and K. Pickett, insiste sobre la pregunta ¿Por qué el nivel de bienestar y salud depende no del propio ingreso sino del nivel de ingresos de los otros?. Resulta interesante que el grupo de referencia con el cual la gente define su posición en la escala social, con el que la diferencia cuenta, es con los que viven a su alrededor. Los autores de ambos libros ensayan explicaciones diversas que aluden al estrés, la desconfianza, el trabajo en exceso y la pérdida de redes sociales, que debilitan el sistema inmunológico y deteriora el sistema cardiovascular, entre otros. Un concepto hace falta: la identificación. Lacan, en La agresividad en psicoanálisis, muestra cómo la identificación a la imagen de aquel a quien se crea como semejante es, al mismo tiempo, lo que permite construir la imagen de sí, conquistar la unidad del cuerpo (en la imagen del semejante), y lo que determina su fragmentación y desintegración, cuando se ve la imagen del semejante reflejada como totalidad (como ocurre cuando el otro tiene el goce que no se tiene).
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