El secreto de Charlie, por Jacques-Alain Miller
Desde
Paris, miércoles 14 de enero de 2015; texto enviado a las 8
hs.
En
Argentina, el excremento de paloma trae suerte. Es lo que me hace saber mi amiga
Graciela que se broncea en la playa: "Acá, si a uno lo caga una paloma,
significa buena suerte". Aceptemos el augurio. Sabemos que el presidente
cree en su buena estrella. En suma, estamos en la mierda, es un buen
signo.
Graciela, que ha leído mis cursos, se pregunta si esta no sería una
"respuesta de lo real", una manifestación de los Dioses. Los romanos tan
supersticiosos lo hubieran creído... Y no olvidemos que Jesús una vez
bautizado, vio abrirse el cielo "y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma
corporal, como paloma" (San Lucas, III, 22). ¿Una caca divina habría oficiado de
Santa Ampolla? ¿El boulevard Voltaire de catedral de Reims? ¿El presidente de la
república sería ahora el Ungido del señor?
No hay
que descubrir las afinidades del Espíritu Santo con el objeto anal. Lacan, que
no es evasivo, cita el artículo de Ernest Jones sobre la fecundación de la
Virgen por la oreja, que da dicho Espíritu Santo como análogo del pedo. Ninguna
blasfemia: la tesis está fundada anatómicamente, en tanto la boca y el canal
anal se responden como las dos extremidades del tubo digestivo. El soplo
espiritual se emparenta con el gas intestinal, la palabra se empareja con el
excremento.
Vemos
que en sus verdes años, el psicoanálisis tenía afinidad, y recíprocamente, con
el espíritu de la banda de Charlie. La escatología más pura de su inspiración
desde el Hara kiri del profesor Charon. El hilo atraviesa sus diversos
avatares, anarquista, ecologista, izquierdista, neoconservador.
¿Diario
necio y cruel? ¿Diario irresponsable? Son aproximaciones. De lo que se trata en
verdad es de lo siguiente: Charlie tiene una misión en este mundo, revocar toda
sublimación para honrar la pulsión.
En ese
sentido ese pequeño impreso (feuille) –que, se comprenderá, no es una
hoja de parra– tiene su lugar en la historia de los hombres. Calcemos nuestras
botas de 7 leguas para recorrer valientemente la continuidad de los siglos.
Aceleradamente, como en un dibujo animado.
Las aventuras de la pulsión
1. El
mundo antiguo greco-romano estaba mucho más cerca de la pulsión de lo que
estamos nosotros, como lo señalaron Schopenhauer, Nietzche, Freud, y otros.
Luego vino el discurso cristiano. El título de Peter Brown lo dice todo: La
renuncia a la carne: la Virginidad, el celibato y continencia en el cristianismo
primitivo. La cristiandad retorna a sus fuentes greco-romanas en el
Renacimiento. Una nueva alianza se sigue de ello, entre la religión y la carne.
Es uno de los motivos de la revuelta protestante, la cual, pero en otro plano,
le da lugar también a la carne, a través del casamiento de los pastores. No
descuidar: el gusto de Martín Lutero por la escatología. ¿El hubiera dicho: "Yo
soy Charlie"?
2. Allí
se hace la divisoria de aguas. El protestantismo tendrá la austeridad, la
Iglesia católica el placer de los sentidos, que decide movilizar en el Concilio
de Trento con el fin de propagar la fe. El siglo XVII ve grandes desplazamientos
de población: "Great Migration" de los puritanos ingleses a las colonias
americanas (80000 personas); diáspora de los hugonotes luego de la revocación
del Edicto de Nantes (400 000). ¿El siglo XVIII en Francia? Talleyrand, nacido en 1754, dirá más tarde: "Aquellos que no han conocido
el Antiguo Régimen no podrán jamás saber lo que era la buena vida".
3.
Napoleón, digámoslo, es el orden moral. La Santa Alianza lo extiende a todo
Europa. Luego, viene a dar el tono Queen Victoria. Una broma: leyendo
el libro de Lytton Strachey que lleva ese título, Lacan dice que fue la condición
sine qua non de Freud. La Belle Epoque se termina con la
carnicería del 14. Siguen los Años locos, etc. A la Liberación, el totem, es El
Tabú, calle Dauphine, esquina calle Christine. Ultimas guerras coloniales. En
1960, Hara Kiri aparece. Pis, caca, pito, y chochita. Uf! respiramos.
Respiramos miasmas, pero el olor es tan vivificante como el de los quesos de
Jerome K. Jerome. Se burlan del Gran Charles y de la Tía Yvonne (sobrenombre
popular de la Sra. De Gaulle).
4.
Digan ustedes, ustedes que van (o no van) a la exposición Sade en el Museo
Orsay, y que lo leen (o no leen) en la Pleiade, que en esa época, un librero de
Saint Germain des Pres los hacía pasar a la parte de atrás del negocio para
deslizarles los pequeños volúmenes azules de Justine y de
Juliette, impresos por Pauvert en papel barato. No se arriesgaba gran
cosa, pero finalmente, se gozaba un poco del estremecimiento de lo prohibido. Al
mismo tiempo, se tachaba en los diarios de izquierda cuando hablaban de las
torturas en Argelia; aparecían con grandes partes en blanco. La censura era tan
familiar que estaba personificada: se la llamaba a partir de 1870 "Anastasia".
Era una suerte de cuco femenino armado con grandes tijeras (¡castración!). El
colmo fue alcanzado el día que, a instancias de la Sra. De Gaulle, movilizada
dicen, por las religiosas de la Unión de las superiores mayores, el ministro de
cultura prohibió el film de Jacques Rivette La religiosa de
Diderot.
5. Era 1966, el año en que aparecieron los Escritos de Lacan. En ese tiempo hablar, escribir, contaba para algo, hacía que se reaccione, como en los tiempos más remotos. Si ustedes se las agarraban con el ejército, con la Iglesia incluso vía Diderot, que sin embargo tenía su estatua en París y su Pleiade en Gallimard, del otro lado se respondía. El Otro moral no se había puesto del lado de los abonados ausentes. El pis-caca-culo tenía su poder de trasgresión. Mientras que el gran Otro de los años de De Gaulle y Pompidou respondía presente, fue la gran época del profesor Charon. Pero, luego, este Otro fue desmontado, desmantelado pieza por pieza. Las etapas de ese proceso están trazadas en la reciente recopilación de Eric Zemmour, cuyo carácter a veces excesivo no borra de ningún modo el interés documental. En verdad, ese gran Otro nunca fue más que un títere accionado por un marionetista genial. El General lo sabía, y lo dijo. Por otra parte, una de sus frases favoritas era, al decir de su confidente Alain Peyrefitte: "Siempre hice como si. Eso termina a menudo por ocurrir" (Era De Gaulle, p.171).
6.
Charlie Hebdo, que tomó la posta de Hara-Kiri, estrangulada sobre el
ataúd del General, murió a su vez, pero con una bella muerte, en 1981, cuando la
izquierda llegaba al poder con Mitterrand. Desde hacía mucho tiempo, el viejo
gran Otro neo-gaullista progresivamente desactivado como Hal en el film de
Kubrick, 2001, no respondía más a las provocaciones más que por un
"¡Buf!" acompañado de un alzamiento de hombros que el mundo de lengua inglesa
aisló con el nombre de "Gallic (o French) shrug", tan característico de
nuestra forma de ser les parece. Difícil transgredir cuando no hay más límites,
o no hay muchos. O entonces hubo que pasar a la injuria, a la difamación, al
racismo, al llamado al asesinato. ¿Quién mató a Charlie? Para decirlo en una
palabra, fue la permisividad. La palabra no está en Littré; no está
comprobada en la lengua sino después de 1967; traduce el inglés
"permissiveness", 1947 (Le Robert. Dictionnaire historique de la
langue française).
7. Poco
diré del Charlie cuya redacción fue exterminada. La publicación renace,
luego de una solución de continuidad de once años, en 1992. La presencia de los
grandes ex y los leales sujetos a la pulsión bajo la forma canónica pis caca
culo, testimonian que haber retomado el título no fue una impostura. Sus hechos
destacados: volver a publicar en 2006 las caricaturas danesas de Mahoma;
publicar en 2011 un número arrastrando la sharia. El mismo día de la aparición,
incendio de los locales; se pone protección policial al director de redacción,
Charb, y a otros dos dibujantes.
Las
amenazas islámicas se multiplican. En 2013, la revista virtual Inspire
publicada por Al Qaeda en la península Arábiga, hace figurar el nombre de Charb
en la lista de personalidades buscadas por "crímenes contra el islam"
(Wikipedia). La última semana, el 7 de enero, se produce la masacre.
Tres tesis, una paradoja
Nada en
los primeros 21 años de la revista deja presagiar que la mayor parte de su
redacción caería bajo las balas de guerreros islámicos. Pero también, ¿por qué
encarnizarse en burlar los valores sagrados de la religión musulmana cuando el
riesgo era tan patente y el peligro indudable?
Existe
la tesis noble: eran combatientes de la libertad de expresión; Charb, que era
comunista, lo dijo con una fórmula citada a menudo, y que pasará a la
posteridad: "Parece seguramente un poco pomposo, pero prefiero morir de pie que
vivir de rodillas". Está la tesis innoble, la que Tariq Ramadan divulgaba desde
la noche de la matanza, en un diálogo en inglés con Art Spiegelman, el creador
de Maus: era para hacer dinero. Finalmente está la tesis, por decirlo
así, clínica, que expone Delfeil de Ton, en L`Obs publicado
ayer.
Ex de
Charlie y amigo de Charb, DDT señala en un texto perturbador la tozudez de
Charb, y su responsabilidad: "Era el jefe. ¿Qué necesidad tenía de arrastrar al
equipo en esa escalada?" Recuerda las palabras de Wolinski luego del incendio
del local: "Creo que somos unos inconscientes y unos imbéciles que hemos tomado
un riesgo inútil". Concluye: "Charb que prefería morir y Wolin que preferiría
vivir". Nos decimos después de haberlo leído: ¿Charb suicida? ¿Charb
melancólico? Se presentaba en efecto como el hombre sin nada, sin nada que
perder: "No tengo hijos, no tengo mujer, no tengo auto, no tengo crédito". El
júbilo semanal del fino equipo era, para decirlo a la manera de Melanie Klein y
de Winnicot, ¿una defensa maníaca contra la depresión? Detrás de la parada
fálica la pulsión de muerte, ¿era ese el secreto de Charlie?
Si
hubiera que elegir entre estas tres tesis, o hipótesis, excluyo de entrada la
segunda, pues objetivamente, el interés financiero no estaba a la medida de los
riesgos que se corrían. Habría que suponer a Charlie la pasión de Harpagon, y
nada testimonia de ello. Es una ignominia del profesor de la Oxford University.
La tesis 3 merece consideración, pero palidece frente a la primera, en tanto que
el heroísmo de un melancólico, como el de un psicótico, de un perverso o de un
neurótico, continúa siendo un heroísmo.
Atención aquí. Para que haya lo que se llama heroísmo, es decir
sacrificio a un ideal, es necesario que haya sublimación. Ahora bien, yo he
sostenido que Charlie era la anti sublimación, que estaba consagrado al culto de
la pulsión, a la exaltación del goce. Contradicción. Allí una frase de Erik
Eptaz en la primera página del Canard enchaîné, nos aclara. Mientras
que el órgano satírico es objeto de ahora en más de las mismas amenazas que
Charlie, promete continuar con sus camaradas "riéndose de todo", salvo de "la
libertad de poder hacer". Es el punto, en efecto, se desdobla.
1) Si
quiero reírme de todo, imposible jugar con la libertad de reírse de todo. Por lo
tanto, la risa se detiene allí. No se ríen de la libertad de reírse de todo, se
la toma en serio. Dicho de otro modo, el que quiere reírse de todo no se ríe de
todo.
2)
Burlarse de todo, incluida mi libertad de hacerlo, tiene el mismo resultado.
Sacrifico mi libertad de reírme para nadar entre dos aguas. La posición 2 es
cínica. La posición 1 la llamo heroica.
Tal vez
algunos de entre los Charlie se creían cínicos. Tal vez incluso lo eran más o
menos. Pero el hecho es que eran heroicos, Charb sabiéndolo, y nosotros
constatándolo retroactivamente. El error de Delfeil de Ton, creo, es pintarnos
un Charb habitado por un "¡Viva la muerte!". Sin embargo, las palabras de este
apuntan hacia otra fórmula muy diferente, que hace de él un "soldado del año II"
verdadero y no de papel maché: "La libertad o la muerte".
Es la
cláusula "…o la muerte" decisiva en este asunto. Quien no mete su vida en la
balanza del destino, quien no compromete su ser, sino solo su talento juguetea,
no es serio. El primado de la vida de ahora en más está tan bien anclado en las
sociedades occidentales como en el momento del affaire de la presa de Sivens que
costó la vida de Remi Fraisse; pudimos escuchar a un responsable local del
Partido socialista proferir esta enormidad: "Morir por ideas, es algo, pero es
relativamente estúpido y necio".
No
agobiemos al desdichado. Lo que entendemos no es ciertamente lo que él quería
decir –que Remi había venido a defender una idea, que no pensaba exponer su
vida, que esta le fue arrancada por la triste conjugación de circunstancias,
etc.
Pero
estas palabras, por ser una suerte de lapsus, son tanto más verídicas. Ya hace
veinte años que Lipovetski publicaba El Crepúsculo del deber.
No hay nada sorprendente en que no dudemos en negar a los mártires de Charlie
la cualidad de héroes, y a hacer de ello, al menos con una media palabra,
imprudentes, por no decir chiflados. Correlativamente, pisoteamos a sus
asesinos.
Esos
tres hombres, los terroristas, no nos basta haberlos matado. Aun es necesario
que hayan sido locos, enfermos, y sobre todo bárbaros. Se llama bárbaros a todos
aquellos a los que se les niega pertenecer a una civilización digna de ese
nombre. Sepamos, en primer lugar, reconocer que nuestros guerreros vienen de otro
discurso diferente del nuestro, no menos estructurado, no menos "civilizado",
pero civilizado de otro modo. Y en ese otro discurso, ellos también son los
héroes.
Para
los Griegos de la Antigüedad, bárbaro era aquel cuyo hablar les era
ininteligible, de donde ese término, formado por reduplicación: bar
bar, como nuestro bla bla. Bárbaro es aquel que no habla, sino que
hace ruidos con la boca. Y de hecho, cuando uno de esos hermanos Kouachi, al
salir de la masacre, y antes de subir al auto, lanza en la calle, fuertemente,
con voz alta e inteligible, tres veces, el grito "Hemos vengado al profeta
Mahoma", no entendemos nada, sino que el islam nada tiene que ver en eso, y que
se trata de brutos sanguinarios y trastornados.
¿Por
qué no decir, "animales con dos pies", como los Romanos decían de los
Hunos?
Continuará...
NOTA
BENE
- El
libro de Peter Brown fue publicado en 1988; apareció en frances en Gallimard en
1995.
- Sobre
el affaire de La Religieuse, consultar los Cahiers d’études du
religieux, http://cerri.revues.org/1101)
- el
video titulado «Comics Legend Art Spiegelman & Scholar Tariq Ramadan on
Charlie Hebdo & the Power Dynamic of Satire » puede verse en el site
Democracy now. dirección :
- El
responsable socialista del Tarn en video :
- Sobre
los barbaros : de Bruno Dumézil, Les Barbares expliqués à mon fils,
Seuil, 2010.
- Los
dos hermanos al salir de la masacre de Charlie fueron captados en un video
obtenido por la agencia Reuters. Está en la red desde ayer a la
mañana :
-
Finamente, cuento con volver sobre la tribuna publicada ayer en Le
Monde, p. 9, por le Pr. Alain Renaut, que da cuerpo, en términos
ciertamente aun muy generales, a lo que yo llamaba la vía del compromiso bajo la
forma llamada de un « multiculturalismo atemperado por el cuidado del
interculturalismo. ».
from
eol-postal
Publicado el 15/01/2015 en lepoint.fr
Traducción Silvia Baudini
qbar
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