Es
un desafío para el psicoanálisis encontrar formas de existir en este siglo en
el que apenas quedan consistencias no letales del naufragio de aquel viejo
paradigma del que surgió. Ya no hay amo que posibilite su reverso aunque sí su
retorno en lo real. Las piezas jugosas para orientarnos hoy las encontramos,
misteriosamente, en nuestro propio discurso, el de nuestra cosecha, que
obtenemos trabajando sin cesar sobre las emanaciones de la última y ultimísima enseñanza de Lacan.
El dicho
de J. Lacan sobre la relación sexual, como lo planteó J-A. Miller en su
conferencia de clausura del último congreso de la AMP, en París, es nuestro
oráculo en este imperio de la técnica que se extiende sobre las civilizaciones
más diversas del planeta. No se trata de rendir las armas ante sus síntomas,
que llaman a la interpretación.
La
crisis actual de las clasificaciones de los trastornos mentales, perfectamente
observable en una hiperinflación diagnóstica y una sobremedicación de la
población adulta e infantil, Éric Laurent nos enseña a leerla como una
oportunidad de aumentar la fuerza del desafío a los protocolos universales,
permitiendo, para cada cual, usos posibles del encuentro ineludible con un modo
de etiquetado.
Salir
de los caminos trillados, apuntar a franquear el muro del lenguaje para
mantenerse lo más cerca posible de la experiencia, hacer un uso “off label”
(fuera de indicación) de las categorías que proponen los especialistas de la
salud mental, son indicaciones extraídas de los textos que componen este, para
mí, sexto y último número de Freudiana, todos ellos orientados por el
pensamiento de Jacques Lacan.
Ha
sido un placer encargarme de su dirección.
Mucho más en: http://www.freudiana.com/
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