Hacia la 1° CONVERSACIÓN
boletín n° 4
“¿Cómo se forman los psicoanalistas en la EOL 20 años después”
Sábado 13 de agosto de 2011
de 9 a 14 hs
Aunque la EOL está durante estos 15 días sin actividades por el receso invernal, los colegas no entran en receso y siguen aportando sus ideas para preparar la Conversación. Enviamos aquí cuatro nuevos aportes. Habrá más...
M.T.
Paula Vallejo, La Escuela-Otro
Pilar Ordóñez, El futuro llegó hace rato
Mirta Vazquez de Teitelbaum, Los 20 años de la EOL
Fabián Naparstek, Do you speak Lacanian?
* los textos deben ser enviados a mauriciotarrab@arnet.com.ar y adrianatesta@arnet.com.ar
La Escuela-Otro
En Donc, dice Miller “…algo cínico surge al fin del análisis, una soledad cínica que proviene de que el Otro es semblante.” De ahí la importancia de “recomponer un Otro para analistas…porque sin ese Otro los analistas se vuelven locos, y pueden tener tendencia a creer que ellos son el Otro. Este Otro para analistas es lo que llamamos una Escuela”.
Esta cita me permite introducir la función constituyente que tiene para mí la Escuela en la formación. La Escuela-Otro sostiene el agujero necesario que hace posible no sólo alojar el recorrido singular de cada practicante sino también, al mismo tiempo, poner en función una estructura topológica, según la cual las dimensiones epistémica, clínica y política de la formación apuntan a anudarse borromeanamente con la experiencia del pase. Apoyada en la pregunta siempre abierta acerca de qué es un analista, la Escuela va mucho más allá de la comunidad de sus miembros, en tanto posibilita la inscripción del trabajo de los cartelizantes, no todos miembros, y admite la incidencia de los efectos de formación producidos más allá de sus fronteras, en ámbitos alejados, incluso solitarios, pero que están unidos a ella por el deseo del uno por uno que con ella hace lazo.
Quiero responder a la pregunta de Gustavo Sobel en su contribución ¿Cómo será para los que hoy llegan? Aunque no hace un año que soy miembro de la Escuela, desde hace más de una década ella me acompaña en mi formación, que consiste, a su vez, en acompañar la formación de otros, que a su vez… Este acompañamiento alude, precisamente, a la presencia de la Escuela como lugar de extimidad, necesario para el descompletamiento de un saber-todo ideal y para la construcción de un espacio de interlocución que haga lugar a la diferencia y donde cada uno construya un saber-hacer con el resto, siempre singular.
Paula Vallejo
El futuro llegó hace rato
¿Qué es lo viejo y qué lo joven en la formación? Jean-Claude Milner caricaturiza dos posiciones subjetivas que hacen gala de un tiempo detenido en el pasado. Una es la chochez, esa posición que se conforma con la impresión de haber tenido una juventud. La otra es la supervivencia espectral del vampiro, eternamente joven y cadavérico. Dos posiciones que escamotean lo que Milner considera la única obligación de las generaciones que se disponen a una transmisión viva: no volverse estúpidos y no incitar al otro a la estupidez. (La arrogancia del presente). La estupidez para Milner es equivalente a la continuidad del lazo, a no poder soportar las discontinuidades de la historia.
En el otro extremo podríamos ubicar otra posición subjetiva que reniega de toda continuidad. Bárbara Cassin (El efecto sofístico) la describe como un vivo elogio a la insolencia del Kairos. Se reniega así de lo instituído, del funcionamiento sostenido de los dispositivos, de todo lo que permite una cierta estabilidad semántica dónde lo informe e inmaduro se podría llegar a inscribir como novedad.
Entonces, ¿cómo alojar a las generaciones jóvenes? ¿Cómo reconocer lo joven de los 20 años? Será necesario en la formación una tensión fecunda entre lo nuevo y lo viejo para que los años no sean sinónimo de decrepitud y traigan consigo la certidumbre de que el presente del psicoanálisis está por llegar.
Pienso en las publicaciones periódicas que se producen en la Escuela, en la necesidad de sostener algunos significantes (semblantes) y en lo imperioso de renovar en cada número el decir. ¿Cómo tocar a los nuevos lectores? ¿Cómo hacer de ellas un instrumento sostenido de formación?
Pilar Ordóñez
Los 20 años de la EOL
El discurso de asunción al cargo de presidente de la Eol de Mauricio Tarrab me despertó un recuerdo de los primeros años de la Eol, cuando conformábamos un conjunto entusiasmado por la novedad de una Escuela. Sobre todo recordé el movimiento y la presencia de numerosos colegas en las Noches Clínicas que sugería un deseo de saber…
Pocos meses después, en Caracas nuevamente como miembro de una de las escuelas de la AMP se confirmaba la idea y la sensación de pertenencia a un conjunto de analistas que intentábamos interpretar el deseo de Lacan orientados por la palabra de Jacques Alain Miller. De regreso de ese viaje pude presentar un caso en el ciclo de esas noches cuya enseñanza aún hoy repercute en mi práctica.
Unos años después, en las Jornadas de la Eol de 1999, ya establecido el Pase, corazón de la Escuela, escribí un trabajo cuestionando, entre otras cosas, la formación de grupos en la Escuela sin que esto fuera puesto al trabajo por el conjunto de la misma. Algunas personas no acordaron e, inclusive, respondieron a mi escrito con otro que trataba de llevar el cuestionamiento hasta el pase. Fue una mesa “movidita” y surgió la discusión, sólo esbozada, de si finalmente la Escuela era o no una institución.
El tiempo transcurrido y algunas lecturas posteriores me permiten hoy pensar que si la Escuela pensada por Lacan es una institución en todo caso “no lo sería como las otras”.
Agradezco, por eso, la oportunidad de conversar, discutir y debatir esa particularidad con mis pares.
Mirta Vazquez de Teitelbaum
Do you speak Lacanian?
Con la pregunta del título encuestaba a algunos colegas de nuestra comunidad. Les proponía dar muestras fehacientes de poder hablarlo haciendo uso de ciertos modismo muy habituales en el mundo lacaniano. Ironía mediante, me hizo reflexionar en un comentario que le hace Lacan a los psiquiatras: “no hace falta evidentemente servirse de mi vocabulario para que esto tenga el menor efecto sobre lo que es efectivamente la práctica psicoanálitica” (Lacan, J: “Petit discurs aux psychiatres”, 10 de diciembre de 1967, inédito). Todo el asunto para Lacan estaba relacionado con la transmisión del psicoanálisis en tanto pueda avanzar hacia “las verdades analíticas” (op. Cit). Me preguntaba pues, cómo se transmite el psicoanálisis en la EOL 20 años después. No cabe dudas que cada vez pensamos entendernos mas y podemos hablar mas fluido nuestro idioma. Pero lo que hacemos hoy para producir una transmisión que toque a las verdades analíticas no es tan seguro que podamos determinarlo. Es mas, tengo la idea que mientras mas creemos entendernos mas se nos escapa algo de dichas verdades analíticas. Quizá convenga hoy una transmisión donde prime y se subraye la posición que toma cada sujeto cuando se dirige al Otro. Quizá sea necesario hacer un esfuerzo de claridad, pero conservando algo de la lengua extranjera. Quizá convenga seguir conversando a pesar de creer entender lo que el Otro dice. Quiza, quizá…
Fabian A. Naparstek.
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