|
PRENSA flash
Ernesto Sinatra enuna entrevista radial
MIÉRCOLES 24 DE JUNIO DE 2009
¿Vicio o adicción?Entrevista radial para "El pelo en el huevo" realizada el 24 de junio de 2009.
– ¿Cuál es a su criterio la diferencia entre un vicio y una adicción? Es una pregunta interesante. Para empezar digamos que una adicción es un nombre pretendidamente "científico" que viene a designar una impulsión, es decir una acción que no puede evitarse y que causa un placer inmediato que suele arrasar con la voluntad del individuo. Hablar de adicción, elegir ese término en el contexto socio-cultural actual, implica hablar del estadio de la civilización que hoy transitamos: allí se pone en juego el mercado de consumo, la penalización y la criminalización, el campo del derecho, la salud mental; es decir, toda la esfera pública, la sociedad con sus aparatos de Estado. El adicto es considerado un enfermo o un criminal, según la legislación vigente. En nuestro caso, hoy, es un criminal. – ¿¡Un criminal!? Sí, ya que la penalización del consumo involucra en nuestro sistema público a la esfera judicial, se ha pasado de considerarlo un enfermo a un delincuente. – Las adicciones ¿involucran la enfermedad, necesariamente? Hoy vivimos en la época de la adicción generalizada: no sólo se habla ya de la adicción a las drogas sino también al alcohol, al juego, al trabajo, incluso de la adicción al sexo y a Internet... Cada acción que tiende a repetirse y que pueda considerarse con el rasgo de un descontrol por parte del ciudadano –y especialmente, del Estado– es pasible de ser catalogada como una adicción. El panóptico de la vigilancia universal aparece como el fantasma de la época: todos somos sospechosos de ser adictos, ésa es la "enfermedad" de la época. – Y con los vicios, ¿sucede lo mismo? Mientras que al hablar de vicios ya no nos ponemos tan serios. El vicio tiene una historia privada más que pública, en verdad los vicios públicos constituyen una traslación de la esfera privada. Pero ¿qué encierra la definición del vicio? Nada más ni nada menos que la verdad, el núcleo más real de las llamadas adicciones: la cara de satisfacción que hay en ellas. Un vicio es un gusto, generalmente excesivo que alguien se da, a veces más allá de sí. La definición dice algo más o menos así: gusto especial o demasiado apetito de algo, que incita a usarlo frecuentemente y con exceso; o también: Desviación, flexión, torsión que presenta una superficie apartándose de la forma que debe tener. Es decir que en el vicio hay un gusto que se supone excesivo. De este modo el vicio da en el centro de lo que define a las adicciones: una satisfacción que puede ser paradójica ya que suele ir contra el bienestar de un individuo, emperrado –podríamos decir– en obtenerla (esa satisfacción) a pesar de que pueda dañarlo. – Y buscar el pelo en el huevo, ¿es un vicio o una adicción? (Riendo) Depende, por ejemplo, si se trata del partenaire de uno acostumbrado a reincidir en ello, a ese gusto por buscar el detalle –o provocarnos– se lo llama vicio para sugerirle "sos un enfermo" o adicción si se pone demasiado cargoso y uno quisiera penalizarlo –segregarlo, apartarlo, aunque más no fuera por un tiempo–; pero en los dos casos queda claro que se trata de una satisfacción que puede molestar al otro, no sólo a sí mismo; igual que sucede con las drogas. – Muchas gracias, ha sido muy instructivo.
FINSTAFF PRENSA: WEB. GACETILLAResponsable Clarisa KicillofColaboradores Viviana Mozzi, Guillermo López, Edit Tendlarz, Silvia Bermúdez. |
|
Secretaría de Internet del Directorio de la EOL | Responsable: Carlos Vilaseca |
|
|
Copyright © 2009 - Escuela de la Orientación Lacaniana - eol@eol.org.ar |
Discover the new Windows Vista Learn more!
Nenhum comentário:
Postar um comentário