Susana Goldberg y Etel Stoisa (Compiladoras) Este año, 2011, el Departamento de Estudios sobre el Niño Pequeño Hans cumple veinte años de trabajo ininterrumpido en la transmisión del psicoanálisis con niños y adolescentes. La orientación lacaniana ha sido nuestra brújula en los debates, lecturas e investigaciones referidos a nuestra práctica. El título del este volumen –Encrucijadas de la práctica con niños y adolescentes– alude tanto a las dificultades como a las alternativas con las que nos enfrentamos cotidianamente en los distintos ámbitos de nuestro quehacer como analistas, ante las formas clínicas en las que se presenta el malestar en nuestra época. En el discurso hipermoderno –señala J.-A Miller– el objeto plus de gozar es promovido al cenit de la civilización. El niño resulta desplazado del lugar que podía ocupar como objeto causa de deseo de la pareja parental y pasa a ser un objeto de goce que comanda el discurso. La infancia misma comanda un consumo particular y el niño pasa a ser objeto de goce no solo de la madre sino de la familia y aún de la civilización. El niño freudiano, aquel que ocupaba el lugar del Ideal, pasa a ser "niño desecho", "niño tirano", "niño consumista", "niño objeto de todo tipo de abusos", como se despliega en las redes de prostitución infantil, y como lo indica la historia reciente de nuestro país durante el Terrorismo de Estado, apropiados por los propios asesinos de sus padres. ¿Cómo responder entonces desde la ética del psicoanálisis? ¿Cómo no redoblar la posición de víctima que el niño ha padecido? ¿O la que padece hoy en las situaciones de marginación social? ¿Cómo desanimar a los sujetos de la adicción al infierno hedonístico al que empuja nuestra civilización? Hoy la propuesta del psicoanálisis, es seguir apostando a la política del síntoma. Desafío que compromete al psicoanalista a inventar nuevas respuestas en su práctica. Susana Goldber y Etel Stoisa |
Nenhum comentário:
Postar um comentário