Este seminario es la respuesta de Lacan a Psicología de las Masas y a El malestar en la cultura, de Freud.
El problema que se le plantea a Freud es la pulsión en tanto se satisface sola. Pues, si es así ¿cómo y por qué se puede hacer vínculo si ella es algo fundamental en el psiquismo y parece ir en contra del vínculo?
Esto mismo es planteado por Lacan en términos de la dificultad de articular lo simbólico con lo pulsional que, en última instancia, es su pregunta sobre si hay relación posible entre lo simbólico y lo real, en tanto esto último es lo que se resiste a lo simbólico, a la elaboración simbólica.
A nivel del seminario XVII, el concepto de discurso y, más aún, de estructura del discurso, serán herramientas con las que Lacan intentará una respuesta al tema. Intentará elaborar una teoría del discurso con la que, primero, dará cuenta de cómo surge el sujeto en el discurso, para dar luego un paso más: reinsertar lo pulsional, el goce, en este dispositivo. Y lo que le permite vincular lo pulsional con el discurso, es el a como cuarto elemento, después de introducir al sujeto identificado y, por ello mismo, dividido, en tanto el sujeto nunca puede estar plenamente identificado
La novedad del planteo de Lacan en este seminario es que los cambios de régimen de discurso son también cambios en el régimen de satisfacción: cuando el discurso cambia, la gente no se satisface igual. Esto habla de la articulación de lo pulsional con lo simbólico, ya no simplemente a nivel del significante sino a través del discurso como tal.
(Extractos de: Discurso y vínculo social, Seminario de Orientación Lacaniana I de Bogotá
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