La reina de Inglaterra dejó Francia, radiante después de su cuarta visita de estado. Su marido el Príncipe Philip fue vinculado a la Princesa Bonaparte. Es a Marie a quien Freud declaró que no tenía respuesta para “Was will das Weib?” (Jones, Tomo 2). Frase que Freud jamás escribió. Marie le daba sin dudas un vértigo particular. Se comprende claramente, más allá de las aventuras con Loewenstein, porque el Dr. Lacan se mantuvo a distancia. En cambio, ella se le supo filtrar a Freud.
Leído en Mediapart, el 5 de junio de 2014, el artículo de Antoine Perraud, “Al lado de Elizabeth, está Philip, príncipe neurótico formado en Francia”: “Philip nace en Corfú en 1921. Su padre André, Príncipe de Grecia, es hijo del rey Georges I, asesinado en Salónica en 1913, a quien sucede su hijo mayor Constantin I, tío de Philip. La humillante derrota griega frente a Turquía, en 1922, precipita la caída de la monarquía y de los príncipes acusados de traición. André, el padre de Philip, es condenado a muerte. La familia es salvada in extremis por una cañonera británica y Philip, el más pequeño, escondido en una caja de naranjas transformada en cuna de la suerte, es sacado a toda prisa de Corfú con toda la tropa de sangre azul. La pequeña tribu perdió todo. Fue alojada en Saint-Cloud, Francia, por personas asombrosas. Un tío paterno de Philip, Georges de Grecia, homosexual enamorado del príncipe Valdemar de Dinamarca, quien no obstante, desposó a la riquísima princesa Marie Bonaparte. Ella, pionera del psicoanálisis en Francia, se ocupa mucho de su frigidez, a la que combate consultando a Freud, haciéndose operar del clítoris y acostándose con Aristide Briand.
La infancia de Philip transcurre pues en las alturas de Paris. Allí vive sus años en el seno de una célula familiar llamada a dislocarse. Rápidamente, sus hermanas, todas mayores que él, se casaron con alemanes de alta alcurnia, que por fuerza de las cosas, se volverían nazis. Cécile, la mayor de los cuatro hermanos, muere con su esposo en un accidente de avión en 1937. Sus funerales, en Darmstadt, a los que asiste Philip a los 16 años, dan lugar, en presencia de Goering, a un desenfreno de rituales hitlerianos.
8 de junio de 2014
¿Cómo tragarse la píldora?
Dos paradigmas se enfrentan. Por un lado, la larga serie estadística, privilegiada por la Evidence Based Medicine, fuente de protocolizaciones. Por el otro, la concentración, en un mismo dossier, de todos las datos personales que permitirían el sueño de una medicina estrictamente individualizada. ¿Quién financiará los medicamentos individuales? ¿Big Pharma hará saltar el Estado de bienestar? ¿Qué hace la HAS?
Leído en el Washington Post del 2 de junio de 2014 el artículo de Brady Dennis, “Laboratorios hicieron un hallazgo en medicina aplicable a los individuos, maquillajes genéticos”
“Cuando la Food and Drug Administration" aprobó recientemente un nuevo y prometedor medicamento contra el cáncer de pulmón llamado Zykadia, cuatro meses antes de lo programado, fue anunciado como un “hallazgo” terapéutico.
La droga no está destinada a todas las personas con esta devastadora enfermedad, que mata aproximadamente a 160.000 americanos por año, ni siquiera para la mayoría de los pacientes, que padecen la forma más común que es la de células no pequeñas de cáncer de pulmón. Zykadia está destinado a una porción de pacientes –aproximadamente un 5%- que tienen un cáncer de pulmón avanzado de células no pequeñas y una mutación genética específica que hace que los tumores se vuelvan resistentes al tratamiento. (...) Pero la moda de las medicinas específicas está forzando también preguntas difíciles para los reguladores, laboratorios, aseguradoras y pacientes: quién va a pagar el número creciente de drogas especializadas, que pueden costar miles de millones de dólares por año? (Es un)“tsunami de medicinas caras” que amenaza colectivamente con la bancarrota del sistema de salud”.
La droga no está destinada a todas las personas con esta devastadora enfermedad, que mata aproximadamente a 160.000 americanos por año, ni siquiera para la mayoría de los pacientes, que padecen la forma más común que es la de células no pequeñas de cáncer de pulmón. Zykadia está destinado a una porción de pacientes –aproximadamente un 5%- que tienen un cáncer de pulmón avanzado de células no pequeñas y una mutación genética específica que hace que los tumores se vuelvan resistentes al tratamiento. (...) Pero la moda de las medicinas específicas está forzando también preguntas difíciles para los reguladores, laboratorios, aseguradoras y pacientes: quién va a pagar el número creciente de drogas especializadas, que pueden costar miles de millones de dólares por año? (Es un)“tsunami de medicinas caras” que amenaza colectivamente con la bancarrota del sistema de salud”.
Big Pharma y sus toxinas
¿Hasta dónde llegarán las grandes maniobras de concentración en el sector? 144 mil millones de dólares de fusiones-adquisiciones desde el mes de enero.
Leído en Le Monde del 4 de junio de 2014, el artículo de Chloé Hecketsweiler, “El Botox en el corazón de una mega-OPA del sector farmacéutico”: “Con casi dos mil millones de dólares de ventas, el Botox de Allergan es líder incuestionable. Sin embargo, debe afrontar una activa competencia. ¿Su gran rival? El laboratorio francés Ipsen. La adquisición por parte de Ipsen, por 28 millones de euros, de la sociedad británica Syntaxin podría también cambiar las cartas. Esta start-up tiene una rica cartera de toxinas. Obtenidas por ingeniería genética, las mismas pueden ser patentadas, lo que no es posible con las toxinas botulínicas naturales, cuyas indicaciones están protegidas (...) en esta gran batalla hay un solo perdedor: el inventor del Botox, el Dr. Alan Scott, que lo cedió en 1991 a Allergan por solo 4,5 millones de dólares. En una entrevista concedida al Times of India en 2012, confesaba que se arrepentía amargamente del día en que vendió los derechos de esta toxina botulínica. “Si hubiera conservado el Botox, probablemente sería millonario”, se lamentaba. “Cuando lo desarrollé, sabía que podía hacer maravillas para los problemas neurológicos. Pero no tenía idea de que también podía funcionar como producto estético”
9 de junio de 2014
¿Quién evaluará a los evaluadores?
Leído en el New York Times del 2 de junio de 2014, el artículo de D.D. Guttenplan, “El juego de los re-evaluadores de rankings”: “Este otoño, el U.S. News and World Report, que en 1983 había publicado la primera lista de los mejores Colleges de América, va a lanzar su primera guía de educación secundaria en el mundo árabe. En diciembre, el Times Higher Education, que publica rankings mundiales, separó los de Asia y los que se basan solo en la reputación y anunció una nueva lista dedicada a Universidades, en los países del denominado BRIC -Brasil, Rusia, India y China- y otras economías emergentes. Entretanto QS, que publica su propio ranking mundial y numerosos regionales, también ranquea universidades según sus especialidades –una lista en la que, probablemente no sorprenda, sugiere que Oxford y Cambridge son los mejores lugares para estudiar literatura inglesa, mientras que el Massachusetts Institute of Technology y Stanford es mejor para la ciencia de la computación. Entonces, ¿quién va a ranquear los rankings?
Esta es la pregunta ineludible que surgió cuando el mes pasado, en una conferencia, se sentaron en un mismo panel las cuatro organizaciones líderes en rankings. Como señalara Bob Morse, Director de Investigaciones del U.S. News and World Report, los rankings han devenido un negocio global ferozmente competitivo.
*Traductora: Alejandra Loray
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