28 de outubro de 2006

Palabras de apertura de las IV Jornadas de la NEL Eric Laurent




Palabras de apertura de las IV Jornadas de la NEL
Videoconferencia entre París y Guayaquil

Eric Laurent
Delegado General de la AMP



Es la primera vez que viajo así hasta Guayaquil. Estoy muy contento; especialmente contento de tener la posibilidad de abrir de esta manera las IV Jornadas de la NEL, en nombre de la AMP.
Con ocasión de mi discurso de candidatura para ser Delegado General de la AMP, hacía la distinción entre lo que concierne a las particularidades de las Escuelas y lo que concierne a la consistencia de la Escuela Una.
Para la NEL la particularidad de la tarea de su Presidencia, es delicada. Es difícil encarnar lo Uno de una Escuela tan extensa, y para ella misma, hablar con una sola voz, dada la extensión y la diferencia de tamaño de las distintas Sedes. Por lo tanto, el éxito de la preparación de estas Jornadas, las cifras que acabo de escuchar, demuestran que la Escuela, con la ayuda del Consejo AMP-América, podrá sin duda reforzar esta unidad y colaborar así, a su medida, para que exista la Escuela Una.
La Escuela Una es la manera con la cual la AMP en su conjunto entiende el pase, la formación del analista y el psicoanálisis aplicado. Reforzar la Escuela Una consiste en seguir con nuestro programa de estudios en estos distintos registros: psicoanálisis puro, clínica del psicoanálisis aplicado, comentario continuo de las posibles derivas del movimiento analítico.
Reforzar la Escuela Una es también preparar el próximo Encuentro de la AMP, reservado a los miembros, que tendrá lugar en Buenos Aires del 21 al 25 de abril del 2008.
Para preparar este Encuentro, el instrumento es, tal cual que se hizo con el anterior volumen del Scilicet, la asociación de muchos colaboradores en todas la Escuelas; está en preparación, bajo el título Scilicet de los objetos (a) de la experiencia analítica.
Preparar el Congreso es también mantenerse al tanto del movimiento que define el lugar de las Escuelas de psicoanálisis en nuestra civilización. Se exige cada día más confirmación de la utilidad pública del psicoanálisis y pruebas de esta utilidad. El acento que ponemos en el psicoanálisis aplicado permite contestar a esta exigencia, sin ceder sobre nuestra preocupación con el psicoanálisis puro.
Hay que tomarle la medida a todos estos aspectos en el modo de transmisión que hacemos del psicoanálisis, tanto en las Escuelas, como en la relación de las Escuelas con la Universidad (en Guayaquil esto es especialmente oportuno); con las Secciones Clínicas, como con los dispositivos de aplicación de psicoanálisis que llamamos los Centros Psicoanalíticos de Consultas y Tratamientos. Son ahora las tres consistencias en las cuales se definen los problemas que tienen que enfrentar la transmisión del psicoanálisis como tal.
Hay una especial tentación para algunas corrientes del psicoanálisis, que consiste en pretender que el discurso analítico se podría reducir al discurso de la ciencia como tal. No tener su articulación precisa con él, sino reducirse a él. Es esto lo que hace una cuestión política, las tentativas de traducción del psicoanálisis al lenguaje de las neurociencias. La cuestión política es crucial en la articulación misma de nuestro discurso. Lacan ubicaba el discurso del amo como el revés del psicoanálisis. Una de las consecuencias de ello es que tenemos dificultades para hacernos escuchar por el discurso político, por tres razones.
La primera es que desde del discurso del amo, la cosa fundamental es no llevar problemas sino soluciones.
Desgraciadamente somos los portadores de una voz que dice que el paradigma problema-solución no es adecuado al siglo XXI, después de que en el siglo XX hemos sido testigos del surgimiento de lo real en la historia, en los acontecimientos que han marcado este último siglo.
Segundo: el discurso analítico es un discurso que se mantiene a distancia del Ideal; lo denuncia como semblante. Esto nos pone en la dificultad para dirigirnos a los que se autorizan en el Ideal, y para seducirles. Especialmente en un momento en el cual (sea de un lado del Atlántico, sea del otro), somos testigos de tentativas de restauración de viejos significantes que promueven arcaísmos en el Ideal que nos dejan escépticos.
Tercer punto: nuestra distancia, y articulación, con la ciencia en la civilización nos aleja de la promesa de resolver todos los malestares con la certeza de que existe una inscripción somática en todos los trastornos que se suscitan en nosotros.
Estas tres razones, hacen que estemos globalmente a la inversa del discurso del amo. Pero, esta ubicación es un lugar muy estable. El revés del discurso del amo siempre ha existido. El milagro del logos griego tenía la tragedia y los misterios. La China, que supo construir un discurso burocrático de orden social de un tamaño inédito, tuvo la soledad del monje taoista.
Somos nosotros los que podemos dar una voz para que se pueda escuchar al discurso de la locura que rodea la civilización de la edad de la ciencia.
El éxito de nuestro discurso se mide a nivel del caso por caso, a nivel del lazo transferencial, a nivel de la clínica de lo particular. Es la razón por la cual nuestras Jornadas toman la forma de comunicar la fuerza de este lazo. Pero no es la única forma con la cual podemos dialogar con este Otro de nuestra civilización.
Al nivel social como tal podemos intervenir, y en los últimos años la AMP mostró cómo se puede definir su política a este nivel. Primero, con ocasión de la promulgación de leyes burocráticas especialmente inadecuadas para la regulación de las psicoterapias en Francia, y en Europa, Jacques-Alain Miller, supo gritar muy fuerte, de la buena manera, y hacerse escuchar por los poderes públicos con la ayuda de las Escuelas de la AMP que contribuyeron, a su medida, a constituir un movimiento internacional de apoyo.
También, segundo nivel, podemos denunciar los falsos semblantes, como la retórica de la evaluación, o la ideología de la traducción cognitivista del psicoanálisis. Es denunciar los falsos semblantes para respetar los verdaderos, como el Nombre del Padre, del cual uno puede prescindir a condición de servirse de él. Es otro registro, el de la denunciación irónica.
Tercer nivel. Proponemos una manera de hacer reconocer la utilidad pública del psicoanálisis, su utilidad social, pero al mismo tiempo manteniéndonos al revés. Es el psicoanálisis aplicado a los tiempos de la "política de las cosas".
Entonces, si uno compara estos tres niveles, se pudiera decir que esto es como el discurso del caldero. Precisamente, la política del inconsciente es una política del caldero; es un discurso que tiene que tener una cierta isomorfía, por la manera con la cual el discurso del inconsciente se hace escuchar.
El amor particular sobre el cual se basa, se fundamenta, el discurso analítico, y que es el amor de transferencia, es muy poderoso; es un amor que se vincula a la pulsión en el punto en el cual el deseo, el más particular, viene a estar indicado por la presencia de la angustia. ¿Cómo distinguir las formas de la angustia? Este es el punto en el cual sus trabajos en las Jornadas van a contribuir.

Entonces, abro estas Jornadas en nombre de la AMP y les dejo en compañía del Presidente del Consejo AMP-América, Leonardo Gorostiza; de la Presidente de la NEL, María Hortensia Cárdenas; y también de mis excelentes amigos, Esthela Solano primero, Alicia Arenas, Ricardo Nepomiachi, Ronald Portillo, Jésus Santiago, el grupo de Guayaquil, de Ecuador,... los que estoy olvidando de nombrar, los que no puedo nombrar porque el tiempo me falta... Dejo al público, que ahora no veo más porque la pantalla está completamente oscura, pero que veía muy bien en la apertura, en excelentes manos.

Un saludo a todos, y les dejo así continuar esta interlocución del discurso del psicoanálisis con el interlocutor bien dispuesto, la opinión ilustrada que queremos tocar en favor del psicoanálisis.

¡Buen trabajo!

(Aplausos)

París-Guayaquil, 27 de octubre de 2006

8 comentários:

MG disse...

Una mesa redonda acerca de la Escuela en las IV Jornadas de la NEL

Juan Fernando Pérez


Las IV Jornadas de la NEL en Guayaquil concluyeron hoy domingo 29 de
octubre bajo la impronta de la discusión de la mesa redonda final del
evento, convocada bajo el título de "La Escuela borromea". En ella
participaron Leonardo Gorostiza (Presidente del Consejo AMP-América),
Alicia Arenas (NEL), Esthela Solano-Suárez (ECF) y Ricardo Nepomiachi
(EOL).

Indagar por las implicaciones que proponía el título, era su propósito
central. Esto, en la medida en que permitiría considerar cómo "hay que
tomarle la medida [al] modo de transmisión que hacemos del
psicoanálisis, tanto en las Escuelas, como en la relación de las
Escuelas con la Universidad (…); con las Secciones Clínicas, como con
los dispositivos de aplicación de psicoanálisis que llamamos los
Centros Psicoanalíticos de Consultas y Tratamientos. Son ahora las
tres consistencias en las cuales se definen los problemas que tienen
que enfrentar la transmisión del psicoanálisis como tal", como lo
había destacado Eric Laurent en su discurso de apertura de las
Jornadas el viernes anterior. Fue esa la perspectiva que propuso
Leonardo Gorostiza en su intervención inicial, acogida por la mesa,
para darle así un marco a la discusión sobre el eventual carácter
borromeo de la Escuela.

¿Se enlazan esas tres consistencias de una manera borromea? Un rápido
acuerdo entre los participantes en la mesa se impuso, acuerdo relativo
a la inadecuación de la propiedad esencial de lo borromeo (si un
redondel se suelta, el nudo se deshace) para considerar la
articulación de esas tres consistencias. Tal acuerdo hizo entonces que
la discusión se detuviese en otros asuntos importantes, más que en ese
eventual carácter borromeo de la Escuela.

La política de lo unario, definida por Jacques-Alain Miller y
desarrollada por Eric Laurent (ver "Politique de l'unaire". En La
Cause freudienne, No. 42, pp. 26-31), fue propuesta entonces por
Leonardo Gorostiza como marco para pensar la naturaleza de la Escuela
y su relación con la Universidad y con los Centros de Atención y
Tratamiento.

Esto último resultaba particularmente pertinente en tanto retoma la
tesis expuesta por Eric Laurent el viernes anterior según la cual
"para la NEL la particularidad de la tarea de su Presidencia, es
delicada. Es difícil encarnar lo Uno de una Escuela tan extensa, y
para ella misma, hablar con una sola voz, dada la extensión y la
diferencia de tamaño de las distintas Sedes", además de tener en
cuenta que "la Escuela Una es la manera con la cual la AMP en su
conjunto entiende el pase, la formación del analista y el
psicoanálisis aplicado. Reforzar la Escuela Una consiste en seguir con
nuestro programa de estudios en estos distintos registros:
psicoanálisis puro, clínica del psicoanálisis aplicado, comentario
continuo de las posibles derivas del movimiento analítico. Reforzar la
Escuela Una es también preparar el próximo Encuentro de la AMP" según
los enunciados de Eric Laurent en esa misma alocución. A partir de
allí Leonardo Gorostiza destacó la importancia de sostener la
diferencia de una política de lo unario con relación a la política de
lo uniano.

En esta perspectiva se impuso el examen del problema de la formación
del analista, tal como se concibe desde Freud bajo el trípode
análisis-control-trabajo teórico, y el cual es elaborado por Lacan a
partir de la proposición según la cual la Escuela gira sobre el
agujero de lo real en la formación. Este punto, destacado por Esthela
Solano, se convirtió entonces en eje de la discusión.

Era necesario así un esclarecimiento acerca de los principios y los
medios que define la constitución de los Centros de Atención y
Tratamiento, lo cual permitió una esclarecedora exposición de Esthela
Solano. En esta perspectiva, subrayó Esthela Solano, el "control
extremadamente riguroso de la experiencia (de los Centros de Atención
y Tratamiento)", y mostró la función de la Escuela con relación a este
dispositivo, así como frente a lo universitario de parte la Escuela,
con diversas precisiones indispensables para esta experiencia: la
imperiosa necesidad que que existan en los Centros, grupos clínicos
constantes, para la discusión de los casos que se ven en ellos; la
participación permanente de analistas experimentados en la
experiencia; la existencia del grupo de contraexperiencia relativa a
las propuestas que logren adquirir alguna consistencia en los Centros;
el control por parte de la Escuela de la experiencia; la definición de
la duración de los tratamientos como "cortos" y otras precisiones
necesarias a la constitución de los mismos.

Una tesis básica fue clara al respecto: los Centros de Atención y
Tratamiento se conciben como lugares enteramente psicoanalíticos,
definidos bajo lo que se puede denominar una clínica del encuentro
(Freud con Malher) y donde la formación analítica precede todo acto.

Diversas aclaraciones de Ricardo Nepomiachi sobre lo anterior, así
como de Alicia Arenas, permitieron ordenar algunas ideas de lo
discutido, en donde el tema de la reconfiguración de la Escuela y
otros puntos fueron destacados. El público asistente intervino ante lo
señalado de manera muy diversa, permitiendo a los participantes de la
mesa, nuevas explicaciones.

Seguramente habrá ocasión de hacer una divulgación más amplia de un
debate que fue pleno de interés, de esclarecimientos y enseñanzas para
los más de 200 asistentes que llenaban la sala principal donde se
desarrollaron de las Jornadas.

Anônimo disse...

En las IV Jornadas de la NEL, nos percatamos de haber pasado a otro tiempo lógico como comunidad de trabajo. Participamos del efecto de Escuela Una, en una producción que, a partir de una misma orientación, se sostiene en la diversidad de campos en los que ella se aplica en el trazo particular de sus Sedes, Delegaciones y Grupos Asociados. La Comisión organizadora de las IV Jornadas, supo acoger al sujeto de la Escuela: el cuidado del detalle y la generosa hospitalidad, nos permitió sorprendernos con la nueva belleza de Guayaquil, sintiéndonos como en casa. El entusiasta trabajo previo con los boletines que pusieron a circular los textos y los comentarios resultantes de la preparación en las Sedes, sostuvo y causó la producción. La acertada selección de los trabajos en las mesas y los comentarios puntuales de los coordinadores, que situaron la estructura lógica de cada producto y abrieron el debate con los asistentes, permitió que pudiéramos servirnos del dispositivo de las Jornadas para la formación, en tanto se logró tomar en cuenta las preocupaciones clínicas, los problemas, las elucubraciones de saber y los agujeros, que cada uno puso a prueba con otros, en la escansión de su propio tiempo.



Constatamos que se ha operado un avance que no habría sido posible sin el trabajo sostenido del Comité Ejecutivo de la NEL, en las diferentes conformaciones que ha tenido, desde la creación de la Escuela. Las referencias federativas muestran una novedad en nuestro mapa: Cali y Guatemala tienen ahora el lugar conquistado de Sedes de Escuela, gracias a su apuesta sostenida por la causa analítica; México se hace a un nuevo lugar como Grupo Asociado.



La transmisión de Esthela Solano-Suárez, Leonardo Gorostiza, Ricardo Nepomiachi y Jesús Santiago introdujeron perspectivas nuevas, abrieron líneas a seguir en la formación y a la vez, articularon los ejes recorridos por nosotros en dirección a situar Los nombres de la angustia en el malvivir actual. El anudamiento borromeo entre la NEL, el INES y los diferentes Centros de atención a pacientes, constituyen los registros de la nueva lógica a construir en cada momento y en la manera que convenga en cada lugar. Sin duda, Graciela Brodsky, Alicia Arenas y María Hortensia Cárdenas en los diferentes momentos de la Presidencia de la NEL y los miembros que han conformado en cada ciclo el Comité Ejecutivo, han sabido preparar el terreno para que advenga y tome consistencia, el efecto de Escuela y que su lógica no-toda se consolide entre nosotros.



Las palabras de apertura a las Jornadas que Eric Laurent dirigió -gracias a la novedad de la videoconferencia- a una sala plenaria de más de 200 asistentes, nos orientaron a nivel político, epistémico y clínico. Nuestra comunidad unaria, reenviada a la soledada subjetiva de cada uno, se conmovió de poder contar con la presencia del Delegado General, a pesar de la distancia, ellos son los singulares efectos del saber servirse de la técnica en una comunidad analítica. Una sociedad de asistencia mutua con su carácter uniano, el Otro de las technociencias, se habría ocupado de hacer coincidir la velocidad de la voz con la de la imagen, para rendir tributo una vez más y por siempre, a ese dios oscurso que es la eficacia de la técnica; nosotros disfrutamos de una gestualidad despaciada, acompañada por lo que ni las neurociencias, ni el cognitivismo, llegarán a tener: un discurso sobre el ser humano, una orientación y -como afirmó Eric Laurent- el poder "dar una voz para que se pueda escuchar al discurso de la locura que rodea la civilización de la edad de la ciencia".



María Cristina Giraldo

Miembro de la NEL-Medellín

Anônimo disse...

Esthela Solano-Suárez evocó de Lacan una cita en la que propone que el modo de avanzar de la humanidad se da a través de cambios en las posturas éticas. Parto de esta cita para formular la pregunta que me hice todo el tiempo durante las Jornadas de la NEL: ¿Qué postura ética para el analista en la época en la que el sujeto se declara con derecho al goce, pero también está sobrepasado por lo real? ¿Cuando el sujeto no se orienta con la función fálica, cuando ya no se orienta por el objeto “a”, sino por el objeto de consumo?. Es una época de angustias porque, lo que se revela detrás de cada una de ellas, es algo que el Padre antes velaba: la inconsistencia del Otro. La angustia es una forma de defensa del sujeto a través de nominar el encuentro con lo real a través de este afecto, cuando no es válido el significante fálico, cuando no es eficaz el sentido tradicional del inconsciente. La angustia hace parte constitutiva de la solución del ser hablante, a una pregunta cuya respuesta es inexistente como significante.

Volvamos a la pregunta: ¿Qué postura ética para el analista a la angustia de la época? Lo que queda claro a quienes asistimos al evento de la Escuela en Guayaquil, es que no es una respuesta en términos de técnica, sino de reinvención impar; precisamente allí donde algo se desarticula en el sujeto, donde aparece la angustia y donde podemos capturar algo del trazo que deja la irrupción del goce singular de ese sujeto.

Capturado ese trazo es que podemos evaluar su articulación con lalangue, el goce que en forma de dichos, de malentendidos, se transmite de generación a generación, como la encargada de hacer borde ante la inconsistencia del Otro, con sus trazas en el cuerpo, con los afectos (entre ellos la angustia), las inhibiciones y los síntomas.

Se trata para el analista de una postura ética en la aventura de la práctica, manteniendo como referentes, el encuentro del propio analista con esa misma inconsistencia del Otro, en el trípode: análisis personal, clínica (con el control) y Escuela.

José Fernando Velásquez
NEL-Medellín

Anônimo disse...

Al inicio de su Seminario 1, dice Lacan: "Si no vienen aquí a fin de cuestionar toda su actividad, no veo por qué están ustedes aquí." Y creo que ése fue el efecto de estas IV Jornadas de la NEL en mí. Cuestionar, desde un concepto, desde el automatón de un lapsus y desde los saludables lazos sociales que proporcionó el encuentro con una grata ciudad y con los psicoanalistas que conocía y con los que no conocía, mi posición como psicoanalista y como psicoanalista que, también, pertenece a una Escuela. Vaya, pues, mi gratitud a quienes lo hicieron posible y, muy especialmente, a la NEL-Guayaquil.

Ana Victoria Saldarriaga A.
NEL-Medellín

Anônimo disse...

La Escuela se encarna más vívida y plenamente en eventos como las recientes Jornadas de la NEL en Guayaquil. Y así, cada analista participante, cada interesado en el psicoanálisis presente en ellos, logra entender mejor que el trabajo conjunto, en comunidades de trabajo vigorosas y en acción, son indispensables para la formación del analista. Fue mi caso. Es claro así, que contrariamente a lo que sucede en muchas profesiones y saberes, los eventos de la orientación lacaniana, están lejos de ser meros eventos gremiales, sociales, burocráticos.

Desarrollar un saber expuesto, siendo una condición necesaria para el analista, dado el empuje auto destructivo que existe en el discurso analítico, se hace más exigente en eventos así. Mucho más cuando éstos, como fue el caso en Guayaquil, son bien concebidos y ejecutados por sus participantes bajo transferencias claras hacia el psicoanálisis y hacia la orientación que nos define, convirtiendo ese desarrollo, por tanto, también en una barrera contra un tal empuje. Escuchar a los colegas, participar en los debates, nutrirse aun del error, es afortunado cuando se produce bajo circunstancias como las de las IV Jornadas de la NEL.

Por lo demás es igualmente la ocasión para que el control se realice en condiciones que no son las habituales, en ciertos casos excepcionales, lo cual afina y depura nuestra clínica. También es ocasión para otros intercambios afortunados, teóricos, amistosos y otros, para hacer cierta de esta manera la afirmación de Lacan, según la cual la Escuela puede ser un lugar contra el malestar en la cultura.

Juan Fernando Pérez
NEL-Medellín

MG disse...

“La Escuela Borromea”: Mesa redonda en el cierre de las IV Jornadas de la Nel en Guayaquil.
Mónica Febres-Cordero de Espinel

Este breve comentario hace un recorte necesario para mostrar un eje que se perfiló tanto en la exposición de Leonardo Gorostiza como en la de Esthela Solano, durante la mesa redonda al finalizar las Jornadas. Este eje destaca a lo real como fundante y como causa de la invención y de las soluciones renovadas en la Escuela Borromea.

Leonardo Gorostiza definió a dicha Escuela como aquella que incluye los tres registros: clínico, epistémico y político, los cuales aseguran su consistencia . Ésto, en referencia a la afirmación de Eric Laurent de que todo problema de Escuela es función de este anudamiento.

Destacó además la importancia de lo real en juego en la formación del analista y de la perspectiva del síntoma, del cual nunca se sale. Explicó como para el psicoanálisis en la civilización no existe “La” solución, sino el tratamiento continuo de lo problemas, lo cual implica perfeccionar de modo continuo los dispositivos dispersos y articularlos. De ahí la importancia de definir un real cada vez, en cada lugar. Esto apunta a una “Política de lo Unario”, basada en la diferencia y en la invención de esos dispositivos diversos y múltiples.

Estela Solano, por su lado, afirmó que para Lacan la Escuela se funda sobre el agujero, sobre el real en juego en la formación del analista. Señaló la importancia, en la lógica borromea, de los tres redondeles disjuntos y, sin embargo, equivalentes. Propuso que todo grupo social- pareja, familia, o la Escuela- está marcado por la propiedad borromea, en tanto se anuda a partir de lo real como imposible. En esa medida, el anudamiento borromeo es un tratamiento de lo real.

Si lo real es lo fundante en todo agrupamiento, no existe “Una” solución exitosa, pues lo real no tiene solución, y la falla – o el fracaso- está presente en el funcionamiento de todo grupo. Esta perspectiva releva la importancia del síntoma como lo que falla, signo de lo real, por tanto. Y, es justamente en esta emergencia de lo real –y en su tratamiento- en donde radica el futuro del psicoanálisis.

A.A.delaR. disse...

La inscripción posible del psicoanálisis en las políticas sociales es compleja. Sin embargo, cabe considerar que atendiendo a significantes usados en las redacciones que ya circulan en la cultura, cabe la introducción de una orientación. Esto es apreciado, siempre que se use la estrategia adecuada, que dista de ser combativa o impositiva.
El ejercicio interesante es también establecer su límite, porque sabemos lo problemático del analista en relación con los Mandatos.
Ahora, ¿qué tipo de índices elevaría el sujeto del inconsciente? ¿Aquellos de rendimiento (que se buscan cada vez más altos), o acaso los de déficit (que se quieren cada vez más bajos)… o ninguno? Porque la utilidad pública del psicoanálisis tendría necesariamente que enfrentarse con cifras, quiéralo o no. Al salirse de lo puro, el analista merecería considerar la conversación con esos términos, “desde el revés”, no su destrucción.
Para ello, para incidir es ese campo, en la ciudad, hay que estar en las calles, en los centros, en las plazas; un poco más de entendimiento sobre la localidad y la globalidad; un intercambio y un servirse de ciencias sociales y otras disciplinas, etc.
Y, si el amor de transferencia es por la puerta de la angustia, valdría también cierta construcción del afecto allí en lo social y en lo político, dentro y fuera.

¡Ah! Cabe resaltar: se habla de “presencia” de Laurent a través de la video-conferencia. Eso, para pensar lo que permite y no el medio virtual, su validez y limitación.

Astrid Álvarez de la Roche
Nel Bogotá

Anônimo disse...

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Bye.