Hace
tiempo que la derecha más rancia y segregacionista le ha robado el lenguaje a
la izquierda. Eso quiere decir que ha sabido hacer un uso de los significantes
amo que movilizan hoy el malestar de las poblaciones dormidas por estos mismos
significantes ideales. Así su programa, rancio y segregacionista, puede llegar
a ser realmente diabólico cuando dice, en nombre precisamente de las libertades
que aniquila: “¡Despertad para seguir durmiendo!”
Y la
izquierda parece desorientada en todas partes, entre el sueño que se sabe
imposible y el despertar que le haría falta para no seguir adormecida en su
pesadilla. El conjunto es un campo abonado para el retorno de los “dioses
oscuros” que piden todavía un más y más sacrificios. Jacques Lacan los supo
intuir en su momento bajo el velo de un discurso que anunciaba cada vez más
segregación. De hecho, ya estamos ahí.
Esto
ocurre en todas partes, y ocurre ahora de un modo insospechado —¡cómo es
posible!— en la Francia de las libertades y del pensamiento, abanderado en
Europa, que subvertía el orden impuesto, en la Francia de la Revolución y de la
Ilustración, en la Francia que vio renacer el discurso del psicoanálisis en los
años sesenta como el discurso liberador de la palabra y del deseo. Y ahora son
esta palabra y este deseo, lo más preciado del ser, los que corren el peligro
de claudicar ante el discurso del odio y de la segregación.
Esta es
una de las razones de por qué en Francia, como en otras partes, hace falta
votar contra este discurso.
12 de
marzo de 2017
Miquel Bassols, Presidente de la AMP
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Digamos NO, por Enric Berenguer
Desde su origen, el
psicoanálisis ha sido inseparable de un compromiso con las luces y un rechazo
de todas las formas de oscurantismo. Freud denunció los mecanismos poderosos de
los totalitarismos, destacando el papel unitivo del odio articulado en torno al
líder, antes de que Europa se sumiera en una de sus peores pesadillas. Con
razón el Instituto Psicoanalítico de Berlín fue un claro objetivo de la
jerarquía nazi, que lo depuró y lo convirtió a partir de 1936 en el Instituto
Göring, donde los trabajos de Freud se guardaban bajo llave en un “armario
de los venenos"(Giftschrank).
En cuanto a Lacan, no dejó
de denunciar el horizonte de un retorno de lo peor, oculto demasiado a menudo
tras las ilusiones del progreso, señalando las variadas formas que puede
adoptar lo que llamó "sacrificio a dioses oscuros”. Del mismo modo,
insistió en hablar de la segregación y el racismo en una época en que Europa
quería creer de sí misma tan solo lo mejor y seguía soñando.
Hoy Europa vuelve a sus
extravíos, sin norte entre un falso universalismo que es únicamente el del
mercado y una serie de reacciones nacionalistas totalitarias que prometen,
frente a la anomía generalizada, "soluciones" que ya han demostrado
en la historia que sólo son capaces de ir de lo malo a lo peor.
Frente a esto no podemos
permanecer callados. La ELP recoge el llamamiento de Jacques-Alain Miller y de
nuestra hermana École de la Cause freudienne, e invita a sus miembros y
allegados a alzar su voz. Europa nos concierne y mucho más directamente nos
concierne Francia, de lo mejor de cuya historia se alimenta el psicoanálisis
como lo hacen otros grandes logros de la civilización.
El fascismo no fue cosa sólo de la Alemania nazi. También
lo fue de Francia, como de Italia, España y una larga serie de países, y ahora
vuelve por sus fueros en toda Europa, adoptando formas engañosas pero cada vez
más francas, incluso desvergonzadas. Que el odio se destile en Twitter y
consiga "likes" en Facebook, no lo hace menos mortífero.
Tenemos dos frentes de
lucha. Del mismo modo que iremos al Encuentro Pipol 8, en Bruselas, a
combatir la Europa del empuje a la norma, nuestra voz es importante
hoy para combatir los totalitarismos que todavía tratan de disimular su
verdadero proyecto. En realidad, una y otra lucha están articuladas, porque
estos dos rostros de Europa, por distintos que parezcan, son dos caras de lo
mismo.
Digamos no. No. Como lo dijo
en su día Raimón en catalán: "Diguem no!” Corría el año 1963.
Ahora, en 2017, hay que
volver a decir No.
Enric Berenguer, Presidente de la ELP
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Llamamiento a los psicoanalistas
Contra Marine Le Pen
Contra Marine Le Pen
El llamado « Frente Nacional » reduce la nacionalidad a los ancestros. Hace de ella una herencia arcaica, no una elección de cada día. Es el avatar actual de la secular corriente contrarrevolucionaria que nació otrora de la hostilidad contra las Luces, gloria de Francia. Esta corriente de ideas ya estuvo en el poder: fue la Ocupación nazi, la aventura de la Colaboración. Quien siente la tentación de una segunda experiencia, olvida o ignora la naturaleza abyecta de la primera.
Las elecciones presidenciales tendrán lugar el 23 de
abril y el 7 de mayo. Las elecciones legislativas serán el 11 y 18 de junio.
Desde hace varios meses, todos las encuestas de opinión sitúan a Marine Le Pen
encabezando la primera vuelta electoral. Nadie puede descartar que ella gane en
la segunda. Cada día escuchamos voces a las que esta posibilidad espanta,
angustia, indigna, repugna.
De hecho, la ideología lepenista amenaza las
libertades públicas. Exacerba las tendencias que llevan a la exclusión, al
odio, al enfrentamiento. En un contexto mundial que ve extenderse la
explotación nacionalista de las insatisfacciones populares, la elección de la
Sra. Le Pen fracturaría nuestra sociedad, con consecuencias desastrosas.
Incluso la posibilidad misma de nuestro ejercicio
profesional resulta cuestionada. No hay psicoanálisis digno de este nombre sin
el estado de derecho, sin libertad de opinión y de prensa, sin la respiración y
la dinámica de una sociedad abierta. Es por eso que salimos de nuestra reserva
en materia política para convocar a nuestros conciudadanos a votar con nosotros
contra los partidarios del odio.
París, 13 marzo de 2017
La recolección de las firmas para la Convocatoria se
realizará a partir de esta noche (después de la 1 de la mañana- hora francesa),
en la plataforma change.org
POUR SIGNER LA PÉTITION CLIQUER ICI
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Against Marine Le Pen
The so-called “National” Front reduces nationality to
ancestors. It makes of it an archaic heritage rather than a choice. It is the
current avatar of an age-old counter-revolutionary movement that was once born
in hostile reaction to the Enlightenment, the glory of France. This current of
ideas has already been in power: it was the Collaboration during the Nazi
Occupation. Seeking to experience this a second time is to forget or to ignore
the despicable nature of the first.
The elections for the President of the Republic will
take place in two rounds, on 23 April and 7 May. Legislative elections will
take place on 11 and 18 June. For the last several months, the polls have been
putting Marine Le Pen in the lead in the first round of elections. Nothing can
exclude the possibility of her winning the second round. Every day we hear the
voices of those calling out against this with fear, anxiety, indignation, and
revolt.
In fact, Lepenist ideology is a threat to public
liberty. It is exacerbating the general tendency towards exclusion, hatred and
confrontation. Mme. Le Pen would fracture our society, and the consequences
would be disastrous, in a context where the sense of discontent felt by the
working class is being exploited by nationalist ideology on a European and
worldwide level.
The very possibility of exercising our profession is
put into question. There is no psychoanalysis worthy of its name without human
rights, without freedom of expression and a free press, without the vital
dynamics and breathing space of an open society. This is why we are emerging
from our political reserve call upon our fellow citizens to vote with us
against the partisans of hate.
Paris, 13 March 2017
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