1 de março de 2012

G.I. NUCEP Clínica de la Adolescencia

GRUPO DE INVESTIGACIÓN

Clínica de la Adolescencia

Coordinación: Rosa Liguori

7 de marzo 2012

Despertar de primavera, subtitulado por F. Wedekind como “Drama en tres actos”, también fue conocida bajo otros títulos que los traductores llamaron Tragedia infantil, o Tragedia de la adolescencia extraviada, aunque estos nombres no persistieron.

Tanto Freud como Lacan se ocuparon de esta obra de teatro de F. Wedekind. Freud lo hizo en la reunión del 13 de febrero de 1907, publicadas en “Las reuniones de los miércoles”, (Tomo I Numberg, H. y Federn, E.; 1979); Lacan, en una nota –respetando el título del autor- publicada en Intervenciones y textos 2 (Lacan, J.; 1993).

Todos los personajes son adolescentes confrontados y alienados a los mandatos maternos, paternos, sociales y escolares. Esta obra, que es una tragedia, muestra un malentendido constante, donde la sexualidad y la muerte participan de la experiencia.

Pero, ¿qué es lo que se juega en estos trágicos destinos?

Son las “cosas últimas” de la vida, que Freud habla en Psicopatología de la vida cotidiana referidas a la sexualidad y a la muerte.

Se trata de un segundo despertar –al modo del sueño-: el despertar de lo real de la pulsión de muerte, que junto al despertar del encuentro sexual marcan el horizonte de las problemáticas adolescentes.

Trabajaremos la obra de teatro del F. Wedekind Despertar de primavera, haciendo hincapié en las modalidades de los tres personajes principales de esta tragedia.

Rosa Liguori

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