12 de dezembro de 2013

Boletín Latigazo Nº2




Boletín Latigazo Nº2
Diciembre del 2013

Editorial

Raquel Cors Ulloa
Psicoanalista. Miembro de la NEL y de LATIGO

 
Esta Usted cordialmente invitado a leer este segundo número del aperiódico Latigazo, en el que encontrará la segunda parte de la presentación del Seminario 6 de Lacan que Jacques-Alain Miller estableció y está publicado en francés. Una presentación que es una enseñanza, en ella Miller subraya a través de las lecciones de Hamlet que “el fantasma está indicado como el lugar donde la pregunta del sujeto sobre su deseo encuentra una respuesta, es decir como el nec plus ultra del deseo”. El deseo y su interpretación “establece” que el deseo implica una relación al objeto por el rodeo del fantasma, y que es posible interpretar.

Las coordenadas de estas páginas están articuladas al deseo. Encontrará el lector una cálida entrevista concedida por Mitra Kadivar -a quien llamamos familiarmente por su nombre- y ella responde en detalle a Latigazo sobre su situación actual en Irán, su sentimiento por la campaña internacional que  repeló su absurda retención. Mitra dice hacerse siempre esta pregunta: “¿si el mundo no hubiera visto nacer a un Jacques-Alain Miller, o si yo no lo hubiese conocido, o inclusive sencillamente si no hubiera podido liberarme de la comisaría para mandarle mi primer mail, qué habría devenido?”.

Gérard Miller, profesor del departamento de Psicoanálisis de la Universidad Paris 8, nos hace llegar una importante comunicación que LATIGO difunde inmediatamente!

Damasia Amadeo, miembro de LATIGO nos transmite un latigazo en dos tiempos sobre la Historia de su país, un testimonio sobre los efectos del terrorismo de Estado que despierta a una lectura, y que ella llama “recuperación de una memoria particular”.

Para cerrar este segundo número, las impresiones de Ricardo Torrejón y Guido Coll, jóvenes miembros de LATIGO que nos escriben para compartir su sentimiento de la reciente reunión que sostuvimos algunos miembros de Lacanian Transatlántica de investigación en Buenos Aires durante la Semana Lacaniana.

Y, para los próximos números... vienen Eric Laurent, Miquel Bassols, Entrevistas y Textos,  siempre “en” el espíritu de LATIGO !

Adelante por favor, a este agalma de lectura y escritura.


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  • Presentación del Seminario 6  - Jacques-Alain Miller      CONTINUACION...

    Presentación del Seminario 6 por Jacques-Alain Miller

    ... continuación•

    Hamlet, siete lecciones, que no voy a retomar. Es claro que en esa ocasión Lacan extiende el concepto de objeto a más allá del otro imaginario, admite que toda una cadena, todo un guion, puede inscribirse en el fantasma y reconoce al mismo tiempo el objeto como siendo el elemento estructural de las perversiones, lo que abre a la distinción clínica entre el fantasma en la neurosis y en la perversión, en la página 373. El criterio que Lacan resalta, es el tiempo. El fantasma de la perversión está fuera del tiempo, digamos simplificando, y el fantasma de la neurosis es, al contrario, sostenido por la relación del sujeto al tiempo, cargándose el objeto en ese caso de la significación de la hora de la verdad. Es lo que aparece en el fenómeno bien conocido de la procrastinación de Hamlet. En Hamlet y a través de las lecciones sobre Hamlet, el fantasma está indicado como el término de la pregunta del sujeto, como el lugar donde la pregunta del sujeto sobre su deseo encuentra una respuesta, es decir como el nec plus ultra del deseo. Y es allí que Lacan determina el lugar en donde para él se jugará el fin del análisis cuando habrá definido el pase. Hay una cierta paradoja en que, en nuestra clínica, el término de fantasma se haya encontrado en cierto modo borrado cuando al mismo tiempo nos apasionamos por identificar y cernir el fin del análisis, como si, por una escisión, reserváramos la pregunta por el fantasma para el fin del análisis y lo obliteráramos del lado de la clínica. Es el lugar en donde se jugará para Lacan el fin del análisis cuando definirá el pase como la solución al impasse esencial del sujeto en su relación al significante. En Hamlet, ustedes verán también que el fantasma juega un rol esencial. Hay dos personajes que vienen a jugar el rol esencial del objeto a, el personaje esperado, Ofelia, objeto sublime del deseo, que se encuentra después por una oscilación, como objeto degradado, pero también Laërte, su hermano. Lacan acentúa, puntúa el momento en el que este hermano, habiendo saltado a la tumba excavada para su hermana, es alcanzado por Hamlet y que se enfrenta aquí como a su doble a este personaje. Dicho de otro modo, hay que releer las siete lecciones sobre Hamlet que están enmarcadas por estos dos surgimientos esenciales del fantasma.

    La última parte, que cuenta con ocho capítulos, nos permite discernir lo que aquí ha llevado a cabo Lacan. Él explica en efecto en el capítulo 20, que es el primero de ésta última parte, el del fantasma fundamental, que éste es un límite de la interpretación tal como él mismo lo había propuesto como conclusión en su artículo La dirección de la cura, a saber -lo cito- “Todo ejercicio de interpretación tiene un carácter de reenvío de anhelo en anhelo (voeu en voeu)”. [3] Tenemos una sucesión de deseo y es lo que ha quedado de los análisis, por ejemplo, del sueño de la Bella Carnicera, etc... este es precisamente el efecto de reenvío indefinido del deseo. Lo que se retoma en el Seminario 6, es lo que se retoma de la pregunta de saber cómo interpretar el deseo si el deseo es esencialmente metonímico. Ahora, aquello que es formulado en el escrito de La dirección de la cura que es aquel sobre el cual Lacan ha conectado su Seminario, es de hecho que el deseo no tenía, hablando con propiedad, un objeto. El deseo, tal como figura en La dirección de la cura que constituye incluso la quinta y última parte de este artículo, este deseo, en el fondo es definido, y en ese caso se trata de una cita, es definido como metonimia de la falta en ser. [4] Antes del Seminario 6, el deseo estaba precisamente formulado como absolutamente insustancial pero en tanto que repercusión de una falta. Es por esto que Lacan había fijado esta imagen de San Juan de Leonardo, a menudo comentada, el dedo elevado siempre hacia otra parte. Esto nos detenía sobre una definición de la interpretación, que interpretar es hacer signo hacia otra parte y que entonces la alusión es el modo enunciativo privilegiado de la interpretación. Esto es precisamente lo que El Seminario El deseo y su interpretación repele y contesta, estableciendo al contrario que el deseo implica una relación al objeto por el rodeo del fantasma y que es posible en este Seminario, interpretar el fantasma. Es incluso que el fantasma es él mismo interpretación del deseo a condición de partir de la diacronía del deseo, de la sucesión, recogiendo al mismo tiempo la sincronía y es éste el valor de la fórmula $◊D. Lacan propone estos dos registros, la diacronía y la sincronía. Se ve claramente que privilegió el aspecto metonímico del deseo pero lo completa con la sincronía que es articulada en la relación del sujeto barrado y el objeto a. Y entonces, si los envío a la página 446, encontrarán allí la lógica del fantasma tal como es desplegada y articulada en este Seminario.

    Primeramente, el sujeto encuentra en el Otro un vacío articulado. Este vacío, es aquel que está definido por la negación, no hay Otro del Otro, que desmiente una categoría que había sido creada en el Seminario 5, y deja al sujeto sin índice de nominación. Segundo, el sujeto obtiene entonces del registro imaginario –es el uso, la instrumentación del imaginario- una parte de sí mismo comprometida en la relación imaginaria, en la relación especular al pequeño otro. Tercero, este objeto tiene una función de suplencia en relación a la carencia esencial del significante. Es entonces que Lacan se interesa en aquello que es propiamente la estructura del sujeto y la encuentra en el intervalo de la cadena significante, en el corte, y el corte será en el fondo, la última palabra de este seminario.

    Pero lo que es y que debe crear una sorpresa a quien ha atrapado la coherencia de la construcción de Lacan hasta entonces, es que en el capítulo 22, cuando Lacan cuestiona nuevamente lo que tiene que ver con el hombre objeto que corresponde al sujeto-corte, convoca al objeto pre-genital que ha permanecido todo el seminario completamente ausente del registro fantasmático. El objeto pre-genital, en todo el Seminario, ha sido abandonado a la pulsión y considerado esencialmente como un significante. Se encuentra aquí implicado en el fantasma en tanto que objeto de corte y hay allí un golpe de timón  sensacional que Lacan da a la orientación del Seminario como si nada. Se descubre que este objeto a no está solamente enraizado en lo imaginario sino que es también el seno del destete en tanto que objeto de corte, es también el excremento que es expulsado y cortado del cuerpo y Lacan añade allí la voz, y especialmente la voz interrumpida y todos los objetos de estructura fálica que están implicados en la estructura de corte a través de la mutilación y de la estigmatización. Y entonces de manera sorprendente, con un efecto de corte esta vez, al final, en el capítulo 22, vemos volver a venir lo real puesto que los objetos pre-genitales que son aquí los objetos del fantasma, Lacan se pregunta qué pueden ser aquí estos objetos pre-genitales, que son los objetos del fantasma, sino objetos reales. Y he ahí, de repente una nueva orientación tomada, y él señala que son objetos reales que están en estrecha relación con la pulsión vital del sujeto. No volverá sobre ello pero es ya aquí que se introduce la función del goce que prepara la función a través de la cual Lacan dará cuenta de la construcción de este Seminario dos años más tarde, cuando dirá que el Yo (Je) inconsciente está a nivel del goce. A partir de aquí Lacan estudia, con una precisión clínica que no tiene equivalente en otro lugar, el fantasma perverso en el pasaje al acto del exhibicionista y del voyeurista y lo compara con lo que es el fantasma en la neurosis. La última palabra del Seminario, es que el corte sería, dice Lacan, sin duda el modo más eficaz de la interpretación, a condición de que ésta no sea mecánica. Es también el corte que hace unión entre lo simbólico y lo real, como al inicio del Seminario era al fantasma al que le correspondía hacer el lazo entre lo simbólico y lo imaginario. Para Lacan esto es reanudar el inicio de su enseñanza, con el Seminario consagrado al Más allá del principio del placer y a la estructura de la cadena significante, donde ya aparecía que lo simbólico encuentra su fundamento en el corte. Simultáneamente, el final del Seminario del deseo da paso al de la Ética del psicoanálisis que tendrá como punto de partida el instante de lo real. Este será también un Seminario que dará por sentado el lazo entre fantasma y pulsión, condición para que pueda emerger como tal la instancia del goce. Terminaré leyendo un pasaje del último capítulo del Seminario del deseo que está extrañamente en consonancia con aquello que se produce delante de nuestros ojos este año, a saber la reorganización de los conformismos, inclusive su estallido. Es por esto que no me pareció excesivo al presentar este Seminario, escribir que éste, hace ya medio siglo, hablaba de nosotros hoy en día. He aquí el extracto que voy a leer para concluir esta presentación del Seminario 6 en este marco en el que pensé hablar a los lectores de Lacan. Página 569: “Estas normas sociales, si hay una experiencia que debe enseñarnos cuán problemáticas son, cuánto deben ser interrogadas, cuánto su determinación se sitúa en otro lugar que en su función de adaptación, es sin duda la del análisis. En esta experiencia del sujeto lógico que es la nuestra, una dimensión se revela ante nosotros, que está siempre latente, pero también siempre presente, bajo toda relación intersubjetiva. Esta dimensión, aquella del deseo, se encuentra en una relación de interacción, de intercambio, con todo aquello que, de ahí, se cristaliza en la estructura social. Si sabemos tenerlo en cuenta, debemos llegar más o menos a la siguiente concepción. Aquello que designo con la palabra cultura -palabra a la cual le tengo poco aprecio, incluso ninguno- es una cierta historia del sujeto en su relación al logos. Ciertamente, esta instancia, la relación al logos, ha podido quedar encubierta a lo largo del tiempo, y, en la época en la que vivimos, es difícil no ver qué hiancia representa, a qué distancia se sitúa de una cierta inercia social. Es por esta razón que el freudismo existe en nuestra época. Algo de lo que llamamos cultura pasa en la sociedad. La relación entre los dos, podemos definirla provisoriamente como una relación de entropía, más aún cuando aquello que pasa de la cultura a la sociedad incluye siempre alguna función de desagregación. Lo que se presenta en la sociedad como la cultura –y que entonces entró, a títulos diversos, en un cierto número de condiciones estables, también latentes, que determinan los circuitos de intercambio al interior del rebaño- instaura ahí un movimiento, una dialéctica, que deja abierta la misma hiancia que aquella dentro de la cual situamos la función del deseo. Es en este sentido que podemos formular que aquello que se produce como perversión refleja, a nivel del sujeto lógico, la protesta contra lo que el sujeto padece a nivel de la identificación, en tanto que ésta es la relación que instaura y ordena las normas de la estabilización social de diferentes funciones [...] Podríamos decir en definitiva que algo se instaura como un circuito giratorio entre, por una parte, el conformismo, o las formas socialmente conformes, de la actividad llamada cultural- aquí la expresión resulta excelente para definir todo lo que de la cultura se amoneda y se aliena en la sociedad- y, por otra parte, toda estructura semejante a la de la perversión, en tanto que representa a nivel del sujeto lógico la protesta que, con respecto a la conformización, se eleva en la dimensión del deseo, en tanto que el deseo es relación del sujeto a su ser”. [5]

    Y es allí que Lacan promete hablar más tarde de la sublimación y será de la ética del psicoanálisis. Y Lacan termina diciendo, página 571: “La sublimación se ubica como tal a nivel del sujeto lógico, ahí donde se instaura y se desarrolla todo lo que es, hablando con propiedad, trabajo creador en el orden del logos. De allí, vienen más o menos a insertarse en la sociedad, vienen más o menos a encontrar su lugar a nivel social, las actividades culturales, con todas las incidencias y todos los riesgos que éstas implican, hasta incluso la reorganización  de los conformismos anteriormente instaurados, inclusive su estallido”.

    Estamos hoy al 26 de mayo, y París está, lo verán a la salida, viviendo en efecto la restructuración de los conformismos anteriores, su explosión y es precisamente lo que Lacan nos anunciaba ya hace medio siglo. Gracias.


    Traducido del francés por : Gabriela Pazmiño y Luis Iriarte
    Establecimiento del texto : Dalila Arpin y Raquel Cors Ulloa

     NOTAS

    *  Continuación de la Presentación del Seminario 6 de J.-A Miller. La  primera  parte se encuentra en el Boletín Latigazo Nº1  www.latigolacaniano.com
    3. N de los T : Esta cita corresponde a la página 426 del Seminario 6 en  francés. La presente traducción fue efectuada por el comité de  redacción de LATIGO.
    4. N de los T : Esta cita corresponde, en español, a la página 609 de sus  Escritos: J. Lacan, La dirección de la cura y los principios de su poder,  Escritos 2, Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2010.
    5.  N de los T : La presente traducción fue efectuada por el comité de  redacción de LATIGO.




  • Entrevista a Mitra Kadivar - por Raquel COrs Ulloa y Dalila Aprin
    Entrevista a Mitra Kadivar








    ¿Dalila Arpin: ¿Qué efectos de enseñanza extrajo usted de su reciente arresto en el hospital psiquiátrico?

    Mitra Kadivar.: Querida Dalila, esta experiencia no está aún terminada para mí como para que pueda tomar la distancia necesaria y obtener los efectos de cualquier enseñanza. Hasta que no vea en la justicia a los que me enviaron al hospital psiquiátrico, sigo estando quemada viva. Ninguna enseñanza. La ironía de la situación es que debo dirigirme al mismo sistema judicial que favoreció toda esta cuestión.

    D.A.: ¿Para los lectores de Latigazo, que no pudieron escucharla en Bruselas, podría resumir lo esencial de su ponencia "Une superbe autosuffisance?"

    M.K.: En lo que concierne al resumen de mi ponencia, les pido que se remitan al artículo de Philippe Bouillot en PIPOL NEWS n°63. Me parece que está particularmente bien. Por otro lado, resumo mi presencia en Bruselas en una palabra: la alegría… multiplicada por mil. La alegría de encontrarme entre 1.300 nuevos amigos, aquellos que me han apoyado cuando estaba en un berenjenal; la alegría de reencontrarme con viejos amigos; la alegría de ver tejerse una amistad, mail a mail, con Gil Caroz, la alegría de haber conocido a Jorge Forbes, por mencionar sólo algunos.

    D.A.: ¿En función de las dificultades que ha conocido el psicoanálisis y de las que usted ha dado cuenta en su ponencia en Bruselas, es posible para los psicoanalistas ejercer en Irán? ¿En su caso particular cómo ejerce usted en Teherán?

    M.K.: Es posible ejercer el psicoanálisis en Irán pero no es fácil, esa es la diferencia. En Irán también, como en otros lugares del mundo, los médicos y los trabajadores de la salud se han vuelto comerciantes, lo que suscita mucha desconfianza hacia ellos. En el caso del psicoanálisis el problema se redobla por la proliferación de psicoanalistas salvajes (es Freud quien utilizó este adjetivo). Existen cada vez más casos de psicosis desencadenadas por una intervención de este tipo de “psicoanalistas”. No me sorprendería que un día las autoridades decidieran prohibir el ejercicio del psicoanálisis. En realidad, sería lógico que el psicoanálisis terminara siendo monopolizado por psicoanalistas salvajes, ya que son precisamente ellos los que no se han analizado y que como consecuencia, creen que el psicoanálisis es un oficio deseable.

    Raquel Cors: Para su liberación se logró una coalición, no sólo de firmas de psicoanalistas, amigos del psicoanálisis, políticos e intelectuales de talla internacional, sino una campaña en tono de combate que en su nombre propio encarnó la defensa del psicoanálisis. Esta campaña nos tocó particularmente a cada uno. ¿Pero usted -que es la protagonista de este singular movimiento- cómo vivió ese acontecimiento?

    M.K.: Durante toda la campaña y hasta ahora estoy maravillada por el crédito y el respeto que inspiran los nombres de Jacques-Alain Miller, Bernard-Henri Levy y las personalidades que apoyaron esta campaña. Estoy maravillada del peso del significante “psicoanálisis” que reposa sobre el nombre de nuestros maestros, Freud y Lacan. Y estoy orgullosa de haber elegido ser la servidora de este significante. Incluso, me daba vergüenza agradecer a los que firmaron, como si fuera muy irrespetuoso pretender ignorar donde se hallaba el centro de interés.

    R.C.: ¿En una entrevista que le realizaron a Jacques-Alain Miller en lepoint.fr  le preguntaron qué sabía de Mitra Kadivar y Miller respondió que era “una mujer fuerte”, qué le parece este calificativo?

    M.K.: Me siento honrada.

    D.A.: ¿Conoce usted el trabajo de Marjane Satrapi, la escritora iraní de historietas, que usa el humor para dar a conocer los avatares de la población en su país desde su exilio en Francia?

    M.K.: La conozco sólo de nombre. No he tenido la posibilidad de ver su trabajo del que he escuchado muchos elogios.

    D.A.: ¿Como ve usted el futuro del psicoanálisis en su país?

    M.K.: Durante estos veinte años he ejercido el psicoanálisis en Irán, siempre esperé un refuerzo del extranjero, sobre todo de Francia. Estaba convencida de que había psicoanalistas que se formaban en psicoanálisis y tenía la esperanza de que un día terminarían volviendo a su país. En vano. Durante estos veinte años hubo sólo dos analistas iraníes formados por lacanianos que vinieron a Irán, pero rápidamente volvieron a Francia. No puedo responder a todas las demandas de análisis que se dirigen a mí y la gente que formé no tiene prisa por atender pacientes, principalmente por problemas logísticos. Tal como están las cosas hoy en día, una persona que busca un analista tiene más del 90% de posibilidades de caer en manos de un analista salvaje. Después de mi reciente aventura, perdí todas las esperanzas de recibir refuerzos. ¿Quién querría correr el mismo riesgo? Les dejo adivinar el porvenir del psicoanálisis en Irán.

    R.C.: ¿Qué opina sobre la intervención de internet en relación al psicoanálisis, por ejemplo para la rapidez de recolección de firmas, o para la difusión misma del psicoanálisis?

    M.K.: Efectivamente, es insoslayable.

    R.C.: Por último, me gustaría saber su opinión sobre una publicación de Jacques – Alain Miller en Laregledujeu.org que salió en el marco del “SOS Mitra, llamado a los psicoanalistas y a los amigos del psicoanálisis y las libertades” Paso a leer un fragmento de dicha publicación: “Los lacanianos somos como los talmudistas: dos rabinos, tres opiniones. Nos conocemos bien, nos discrepamos bien, quizás continuaremos discrepando algún otro día”. Están los psicólogos. Están los psiquiatras. A todos, los que tienen grados, los que no los tienen, las Sociedades, las Escuelas, las revistas, les pido que digan con nosotros a nuestros colegas iraníes el precio que le damos al respeto por la persona humana. Esta persona no es abstracta. Existe ya, aquí y ahora: Mitra Kadivar”.

    M.K.: Siempre me hago esta pregunta: ¿si el mundo no hubiera visto nacer a un Jacques-Alain Miller, o si yo no lo hubiese conocido, o inclusive sencillamente si no hubiera podido liberarme de la comisaría para mandarle mi primer mail, qué habría devenido? El furor sanandi de los psiquiatras me habría transformado en un vegetal y nadie jamás habría vuelto a escuchar de mi. Es la angustia de base de mis pesadillas repetitivas, inclusive, siete meses después.

    Cuando este joven psiquiatra escribe a Jacques-Alain Miller toda una suerte de horrores sobre mí y agrega que le gustaría seguir sus cursos, esto significa, en el lenguaje codificado de los Persas “su protegida está terminada, va a tener que prever alguien que la reemplace”. Había calculado mal la reacción de su interlocutor subestimando su inteligencia.

    Traducción del francés : Laura Petrosino
    Revisión : Gabriela Grinbaum

  • Un latigazo sobre los efectos del terrorismo de Estado  - Damasia Amadeo de Freda
    Un latigazo
    sobre los efectos del terrorismo de Estado

    Damasia Amadeo de Freda
    Psicoanalista. Miembro de la EOL y de LATIGO
    Buenos Aires - Argentina

    El miércoles 16 y el jueves 17 de octubre, el programa LECTURA-MUNDI de la Universidad Nacional de San Martín realizó en la Biblioteca Nacional el ciclo Narrativas de lo real. En dicho contexto, fui invitada a participar de una mesa para debatir junto con una escritora, un filósofo, un historiador, una socióloga y una neurobióloga  sobre lo que cada uno podía aportar desde su disciplina sobre el tema de la memoria.

    ¿Cuál fue la particularidad de este evento y por qué  me inspiró ofrecerlo al boletín Latigazo?

    Su particularidad fue que el diálogo al que fuimos invitados se enmarcó en un contexto muy preciso: las novelas publicadas por escritores argentinos cuyo común denominador es el de ser hijos de desaparecidos durante la última dictadura militar en Argentina. Estos autores, invitados especiales al evento, abordan de distintas formas  en sus novelas un fragmento de la Historia del país particularmente traumático y del cual ellos fueron víctimas directas.

    En este contexto debíamos leer al menos algunas de estas novelas para, desde ahí, poder decir algo sobre lo que pensábamos respecto del tema específico de la memoria.

    Embarcada y entusiasmada por la propuesta, me aboqué a leer las novelas. Constaté en algunas que los autores trataban el trauma de su propia vida de manera desplazada o ficcionalizada, en algunos casos con cierta cuota de humor y hasta con condimentos de ciencia ficción, recursos de los que seguramente se valieron para tratar el tema con cierta distancia. Entonces, la primera constatación que hice es que en estas novelas también la realidad tiene estructura de ficción. Hasta aquí, nada que me sorprendiera demasiado.
    Esto hasta que di con la novela –si es que la puedo calificar así- de una de las escritoras invitadas al evento: ¿Quién te crees que sos? de Ángela Urondo. Y ahí todo basculó, mi relativo interés en lo que venía leyendo y mis más o menos posibles correctas ideas psicoanalíticas respecto del tema de la memoria y lo que de ésta podía aportar gracias a mi formación.

    Lo que presenté en esa ponencia y que resumo a continuación me pareció que bien podía ser referido en este boletín. ¿Por qué? Porque, en primer lugar,  leer ¿Quién te crees que sos? fue un verdadero Latigazo, un primer latigazo que golpeó y dañó mis ideas sobre un fragmento de la Historia de mi país que si bien puedo decir que no desconocía en absoluto ahora debo agregar que también desconocía profundamente.

    Desconocía profundamente el alcance al que el ser humano puede llegar y al que llegó en ese periodo negro de nuestra historia reciente. Contemporánea mi niñez de la de estos escritores, en la mía a lo sumo algunas veces pude vislumbrar el miedo de mis padres y en ocasiones un estado en ellos cercano al terror. Por mi parte, una incógnita: ¿por qué lo militar, la policía, podía inspirarles a mis padres lo contrario de la sensación de seguridad? Yo tenía entre ocho y diez años cuando me hacía esta pregunta.

    Muy distinto es lo que Ágela Urondo cuenta en su libro sobre su muy temprana niñez.

    Este libro es el testimonio de lo que puede ser la voluntad de querer saber, la voluntad de querer restituir la propia historia, la voluntad de rectificar el nombre propio, que en su caso es el apellido, lo cual implica restituir también en ese acto el nombre de su padre . Este libro es también el testimonio de la voluntad de hacer justicia hasta sus últimas consecuencias y de mandar al diablo toda conmiseración con el Otro y sus balbuceos de justificación.

    Arrancada de sus padres al año de vida en una emboscada perpetrada por las fuerzas parapoliciales, asesinado en el lugar del hecho el padre, separada en el acto la hija de la madre -aunque llevadas ambas al mismo centro de detención-, la última corrió el destino de la tortura y hasta el día de hoy se encuentra desaparecida y la primera fue trasladada a la Casa Cuna, luego de permanecer un corto tiempo en el  centro de detención, para finalmente ser “adoptada” por familiares cercanos quienes se ocuparon de ocultarle y tergiversar su verdadero origen y el verdadero destino que corrieron sus padres.

    El libro relata que luego de pasar sus primeros veinte años como en una especie de limbo, de pronto Ángela un buen día se despertó…se despertó y arremetió en la búsqueda de lo que no tenía y estaba decidida a recuperar. A falta de contar con el más mínimo recuerdo propio de sus orígenes, llevando en su lugar consigo solamente los índices que sus pesadillas reiteradas desde siempre le libraban sobre algo que se presentaba oscuro y confuso pero indudablemente certero, recurriendo a los datos que las distintas formas del nuevo Otro de la democracia le aportó sobre la base de lo perdido, gracias a los archivos, los documentos, las cartas, los recortes periodísticos, los testimonios, los testigos, los sobrevivientes, el retorno al lugar de los hechos, el juicio, su sentencia y la condena, por fin el rompecabezas de su historia se armó. Que al rompecabezas de su historia le falte siempre una pieza para estar completo es algo de lo que ella da cuenta de manera constante a lo largo de todo el libro.

    Esto por lo que hace al latigazo obtenido en la lectura de la recuperación de una memoria particular cuyo testimonio encuentro invalorable.

    El evento Narrativas de lo real me permitió flexionar sobre otro aspecto y entender mejor por qué no todos los humanos buscan lo mismo. Unos buscan saber, otros prefieren ignorar; unos quieren recordar, otros desearían olvidar; unos bregan por venganza, otros por justicia; unos insisten en reivindicar, otros en perdonar; unos se agrupan para denunciar, otros para militar y hacer política; algunos  hacen obras de arte, otros no logran reponerse del mal que les tocó vivir.

    El segundo latigazo que me propinó el libro de Urondo destruyó lo que creía que podía aportar hasta el momento respecto de la memoria en general. Es decir, a partir de esta lectura ya no me cerraba más la idea que sí me había cerrado en las otras lecturas respecto de que “la realidad tiene estructura de ficción”, con lo cual ya no podía trasladar un poco unilateralmente lo que obtengo a partir de la práctica psicoanalítica a un plano “social”. Aunque por supuesto no desconocía las precisiones que Freud dio sobre las consecuencias en la subjetividad que dejan los traumas de guerra, acá no se trata de lo mismo. Aquellos traumas de aquella guerra aun tenían sus virtudes, se producían en un marco de “legalidad”. Cuando el trauma está por fuera de lo legal, cuando la guerra es sucia, cuando el terrorismo baja desde el Estado, produce lo que conocemos como guerra civil. Entonces, a partir de este simple hecho, ya no podría asegurar que se trate de los efectos de un trauma de guerra en lo que respecta a la última dictadura militar en Argentina.

    Por supuesto que también me orientaba una idea general para tratar y diferenciar el tema: el psicoanálisis trata con una forma de la memoria, la inconsciente; trata con ella a partir de pequeños detalles, los más desechables para el discurso corriente. El psicoanálisis recupera, restituye, reconstruye o  simplemente construye, inventa, crea la propia historia a partir de esa forma de la memoria, y no obstante esto  no desconoce su punto de real, es decir, el límite con el que toda ficción se topa. El real del trauma, su imposibilidad de asimilación completa por la palabra, su posibilidad o su imposibilidad de demostración, su búsqueda de formalización, forma parte de las ideas fundamentales del psicoanálisis y del tratamiento que éste propone.

    Podía diferenciar entonces esta memoria, la individual, de la memoria colectiva. De esta última podía saber que una de sus funciones es la de recordar para no repetir. Aunque sabemos que el psicoanálisis demuestra que la obtención del recuerdo no impide del todo detener la repetición, sabemos también que aligera, y en mucho, su alocado frenesí. Pero esto por la memoria individual, no podría asegurar lo mismo respecto de la memoria colectiva.

    No sé, desconozco si la memoria colectiva impide la repetición del mal. El mal forma parte de lo humano, y eso el psicoanálisis lo sabe bien.

    Quizá obras como la de Ángela Urondo sirvan para dar un latigazo cada tanto, un latigazo cuyo chasquido resuene por un tiempo y nos recuerde de lo que solamente el ser humano es capaz de hacer, para lo mejor como para lo peor. El libro como manifestación artística y lo que su contenido da a conocer son un claro ejemplo de esto que digo.


  • Latigazos de una reunión - Ricardo Torrejón - Guido Coll
    Latigazos de una reunión


    Ricardo Torrejón
    Miembro de LATIGO
    Tarija - Bolivia

    La reciente reunión de LATIGO en Buenos Aires representó para mí una gran alegría. Primero, por tener la oportunidad de conocer a los compañeros y colegas que forman parte del grupo, muchos jóvenes y otros con más experiencia. Por otro lado permitió poder escuchar las motivaciones y los deseos que configuran y le van dando forma a LATIGO.

    Fue un encuentro breve, como un “latigazo”, pero con efectos; en ese sentido fue un encuentro lacaniano porque además reunió soledades unidas por una causa, reunió a psicoanalistas comprometidos con su época, decididos a manifestarse sobre los peligros y las dificultades que enfrenten nuestras sociedades; dificultades ya conocidas o por aparecer.

    Este encuentro marcó para mí el arranque de un trabajo comprometido no sólo con el psicoanálisis, sino desde el psicoanálisis para con nuestras ciudades, con nuestra sociedad y la época.

    Poder ser parte y trabajar a partir de LATIGO me permite transmitir y compartir mi experiencia desde la lejanía de mi ciudad. Pero más importante aún, permite que por esta causa común ya no haya un lugar tan lejano para trabajar por el psicoanálisis.

    ***

    Guido Coll
    Miembro de LATIGO
    Córdoba - Argentina

    “Con esto nos enfrentamos cuando somos alertados como lo fuimos recientemente, con la máquina original que pone en escena al sujeto de la civilización en el momento actual, lo que condiciona además la experiencia analítica” (Miller, 2002:9)

    La semana lacaniana en Buenos Aires aportó,  además de un fructífero trabajo clínico, epistémico y político, la posibilidad de un encuentro entre los miembros de LATIGO.

    Bajo la coordinación de una de sus delegadas, Raquel Cors Ulloa, se puso en práctica, algo distintivo de una política, la lacaniana: Se propuso una elucidación de lo que a cada uno causó en esta convocatoria. Cual fue la resón• [réson] de cada miembro. Todos reunidos, cada uno causado.

    Primer gesto  lacaniano: La desmasificación. Luego de la conversación, los intercambios, las preguntas, las sugerencias. Allí se presentó la inscripción de LATIGO en el Institut Lacan, instituto reconocido por la AMP como entidad consultiva especial, esto abre sus puertas a los “amigos del psicoanálisis”.

    Cuando se planteó cual sería el campo específico de acción de LATIGO, me parece pertinente retomar la propuesta de Miller que el sustantivo “política” tiene al menos tres sentidos: La política en general, la política en el psicoanálisis y la política en la cura. Respecto del primero dirá lo siguiente “El primer sentido de la política en general, no puede ser dejado de lado más tiempo, en la medida en que esta evolución del psicoanálisis es sincrónica con el medio ambiente” (Miller, 1999:12). En ese punto se ubicará Látigo, allí, donde el psicoanálisis sea convocado a responder, a tomar presencia, en temas que incumban al psicoanálisis, bajo la orientación de Jacques Alain-Miller. En ese intersticio, siempre difícil, el látigo deberá golpear ¿El modo? Invenciones, segundo gesto lacaniano.

    Tercer gesto, esta vez milleriano: la Internacionalidad.
    La residencia en diferentes lugares geográficos de los miembros de LATIGO: Francia, Bélgica, Irlanda, Holanda, Israel, España, Alemania, México, Chile, Argentina, Colombia, Cuba, Paraguay, Estados Unidos, Canadá, Bolivia, y otros. El látigo continúa andando, por ahora, a través de su publicación: Latigazo. En Abril del 2014, París acogerá nuevamente a este singular, original e internacional LATIGO.

    REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
    Miller, J.A.:  (1999) Política lacaniana. Buenos Aires, Argentina: Colección Diva.  (2002) El inconsciente es político, Clase del 22/05/2002 del seminario: EL  desencanto del psicoanálisis. Establecimiento y traducción Graciela  Brodsky. En revista Lacaniana s/d, publicación de  la Escuela  de  la Orientación Lacaniana.



  • Comunicado de Gérard Miller
    Comunicado de Gérard Miller


    El Ministerio de enseñanza superior y de investigación quien emprendió una amplia consulta en lo concerniente de manera especial a los titulados del diploma nacional de master, en un documento de trabajo publicado bajo su cuidado el 6 de noviembre, no hace figurar más la mención Psicoanálisis, que sí estuvo presente en un documento anterior con fecha 25 de julio.

    Siendo responsable del master de Psicoanálisis de París 8, tomé contacto inmediatamente con la presidente de nuestra universidad, la Sra. Tartakowsky, luego con el director de la oficina de la Sra Ministra, el Sr. Fontanille. En la hora siguiente, este me aseguró por escrito que “la desaparición de la mención Psicoanálisis era efecto de un error material” y que este error “sería reparado en la próxima difusión de la lista”, lo que concierne igualmente a nuestros colegas de Montpellier 3.

    Dado que actualmente  circula una petición sobre otro problema con el que tiene que enfrentarse la universidad francesa, “la amenaza de desaparición de la enseñanza del psicoanálisis en el marco de la formación de los psicólogos”, deseo hacer pública, con el acuerdo del Sr Fontanille, la información que me comunicó sobre el master de psicoanálisis que el Ministerio desea por lo tanto preservar, respetando el psicoanálisis como disciplina autónoma.

    Saint-Denis,  27 de noviembre 2013

    Gérard Miller

    Traducción: S. Baudini




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