Perla
Drechsler: El encuentro con tu libro, Freud
y los berlineses. Del congreso de Budapest al Instituto de Berlín, 1918-1933,
fue un inmenso placer. Tu libro no es el trabajo de una historiadora del
psicoanálisis sino el de una psicoanalista que interpreta este período del
movimiento analítico desde el punto de vista de la orientación lacaniana.
Pionera en nuestro campo en haber estudiado y
explorado el Instituto Berlín, clásicamente trabajado por los miembros de la
IPA. ¿Laura, a qué se debe este largo silencio, este período era un tema tabú?
Laura
Sokolowsky: Efectivamente, no soy
una historiadora del psicoanálisis ni pretendo presentarme bajo esta nómina. Si
el psicoanálisis para todos me
interesó es debido a mi participación en el primer CPCT, creado por iniciativa
de la ECF en París. Durante nuestras reuniones mensuales, se evocaban a veces
nuestras diferencias con respecto al Instituto de Psicoanálisis del ala de la
IPA francesa. Quería saber más. Era para mí una terra incógnita. Ya que esto me interesaba ¿por qué no iba a
explorar el original instaurado por Freud y sus alumnos en Berlín? Me intrigaba
y no me explicaba qué había podido llevar a Freud a lanzar la idea de un
psicoanálisis gratuito ¿Un ideal humanista? ¿La rarefacción de pacientes? ¿Sus
elaboraciones sobre la pulsión de
muerte y el trauma? ¿La voluntad de insertar el psicoanálisis en la cultura
haciéndolo más accesible? ¿Todo esto al mismo tiempo? Había que seguir a Freud,
leerlo paso a paso, con una lupa, sin contentarse con las evidencias.
¡Es curioso en efecto que él haya evocado en 1918 el
recurso a la sugestión y a la terapia de masas! ¿Cómo explicarlo, sino por la
necesidad de afrontar colectivamente el real de la guerra? Había que tomar en
cuenta los significantes amos de la época, extraerlos, ponerlos en serie, y
para eso, leer, documentarse, proponer hipótesis de ciertas causas, y ver si
ellas se sostenían. Me decepcionaba lo que se había publicado sobre el tema.
Había psicoanalistas que comparaban el
funcionamiento del Instituto Berlín con el de la Escuela Freudiana de París. Me
parecía chiflado. Una socióloga americana hacía el retrato de una feliz banda
de analistas berlineses gobernados por el ideal de cuidados gratuitos, etc.
Estos trabajos no tomaban en consideración las dimensiones políticas,
epistémicas y clínicas del psicoanálisis. Creo que para cernir algo de la historia del psicoanálisis, conviene ser
analista, o al menos tener en cuenta su discurso, a falta de ello, los
malentendidos pululan. El discurso universitario no puede cernirlo. Siempre se
puede hacer el examen detenido de miles de documentos, pero de nada sirve si
hay una resistencia al psicoanálisis. Confieso, sin falsa vergüenza, tener
admiración por el inventor del psicoanálisis, mi encuentro con la enseñanza de
Lacan se hizo bajo el signo de su retorno a Freud.
Para responder en particular a tu pregunta, lo que
permanece como un tabú es el período complejo,
después de 1933, en el que se
lleva a cabo la absorción progresiva del Instituto Berlín por psicoterapeutas
carentes de escrúpulos que van a aprovechar la situación. El asesinato del
psicoanálisis durante el período nazi tiene sin duda cosas para enseñarnos.
Estudié la exclusión de los psicoanalistas judíos, el modo ambiguo en el que la IPA de la época los incitaba a
abandonar Alemania, hecho que permitió salvarles la vida a una gran mayoría de
ellos. Lacan no dejó de señalarlo.
Perla
Drechsler: En 1920 el psiquiatra ruso Max Eitingon, que había estudiado en
la clínica de Burgholzi junto a Bleuler y había sido analizado por Freud,
decide invertir toda su fortuna familiar al servicio del psicoanálisis para todos creando el Instituto Berlín.
Tu libro nos enseña que los estándares y pautas
fueron estructurados en la época del Instituto Berlín. Tu hipótesis es la
siguiente: estos estándares tan fundamentales para la IPA, fueron elaborados en
el momento en el que la salud de Freud estaba en peligro. Frente al temor de la
desaparición del inventor del psicoanálisis sus discípulos construyen una
reglamentación rígida. El vínculo entre la muerte y la regla es una lectura
apasionante ¿Podrías decirnos más al respecto?
Laura
Sokolowsky: Los estándares
psicoanalíticos fueron inventados en el Instituto Berlín y se propagaron luego
a los otros institutos de la IPA. El made
in Berlín era una garantía de ortodoxia, de ser el “verdadero” psicoanálisis. Interesarse en la
invención de esos estándares permite cernir lo arbitrario en juego. Lacan había
sido excluido de la IPA a causa del no respeto de los estándares, en particular
de la duración fija de las sesiones. En mi libro demuestro que la duración fija
fue el producto de una decisión tomada en Berlín por motivos de pura comodidad
y para alinearse más o menos sobre la costumbre que Freud tenía de escuchar
durante una hora por día a cada uno de sus pacientes. La personalidad compleja
de Max Eitingon no era ajena a la puesta en marcha de un tipo de organización
basada en la regla. Estaba convencido de que se resolvían los conflictos de los
grupos analíticos homogeneizando la práctica y los modos de formación. Una
única reglamentación en Europa y en EEUU pondría a todos al mismo nivel,
pensaba él.
Esto desemboca muy rápidamente sobre cuestiones
políticas. Otra pregunta es la de saber si los estándares relativos al cursus de formación analítica habían
recibido el aval de Freud. Se sabe que Freud desaprobaba la tendencia a formar
sólo candidatos médicos. La medicalización del psicoanálisis equivalía para él
a la desaparición del mismo. Freud era
muy inventivo en su práctica, daba consejos a los demás que él mismo no
respetaba siempre. Es cierto que un movimiento de pánico acogió a la comunidad
analítica tras el anuncio de la enfermedad cancerosa de Freud en 1923 ¿Los
psicoanalistas temieron perder al gran hombre? La instauración de los
estándares coincide temporalmente con esta gran inquietud. Bernfeld consideraba
ese vuelco mayor como una formación reactiva colectiva a un deseo de muerte.
Pienso que no está del todo equivocado, en la medida en que los rituales no
están desprovistos del culto al padre.
Perla
Drechsler: En 1933 la toma de poder de Adolph Hitler, las leyes raciales,
segregativas y antisemitas, precipitan la dimisión de Max Eitingon de su
Instituto. Max Eitingon emigra a Palestina bajo mandato británico. Göring, un
analista ario, primo del Mariscal del mismo nombre, va a dirigir el Instituto.
Recién en 1938 -tras la detención de su hija Anna por
la Gestapo- Freud se decide partir de Viena. Freud sostenía que había que
resistir sí o sí, a toda costa. No era partidario del cierre del Instituto
Berlín. Su voluntad de preservar el Instituto Berlín lo lleva a estar dispuesto
a sacrificar su nombre, a ceder sobre el Nombre del Padre, para que el
psicoanálisis en lengua alemana pueda sobrevivir.
Sin embargo, sacrificar el Nombre del Padre ¿no es
acaso la operación científica por excelencia? La ciencia sólo requiere pequeñas
letras para funcionar y puede prescindir de los nombres para su desarrollo y existencia. Dicho de otro
modo ¿el psicoanálisis puede prescindir del Nombre del Padre?
Laura
Sokolowsky: La época de Freud no es la nuestra. Lacan
pronosticó a partir de los años '30 del siglo pasado el declive del imago
paterno. El psicoanálisis más allá del Edipo, el de la época del Otro que no
existe, extrae las consecuencias de esto. No comparto la idea que consiste en
decir que la idolatría gobierna el campo analítico: es el punto de vista de un filósofo francés que escribió un libro
sobre el crepúsculo freudiano. Mi libro permite responderle punto por punto,
por ejemplo, cuando él acusa a Freud de haber tenido simpatía por los
movimientos fascistas; en otro libro bajo la dirección de Marlene Belilos, Freud y la guerra, demuestro que la famosa dedicatoria de Freud a Mussolini
que el filosofo francés tanto explota, era un intento de Freud de proteger a un
colega judío que se encontraba en una mala situación. No es disculpar una
falta, es cernir que un analista no responde siempre según la norma a ciertas
solicitaciones de lo social porque conoce la autonomía de la cadena
significante. Su lectura del mundo tiene evidentemente en cuenta la existencia
del inconsciente, de la pulsión, del goce. El discurso del amo desconoce esta
dimensión.
Perla
Drechsler: El Instituto Berlín
condensa en si mismo todos los debates y cuestiones que agitaron a Freud en
relación al porvenir del movimiento analítico, cómo formar a las nuevas
generaciones, cómo elegir a los candidatos. Freud defendía incluso en contra de
sus colegas el análisis profano.
En el 2003 en Francia, un proyecto de ley proponía
una reglamentación del título de psicoterapeuta. Sin lugar a dudas, sin la
movilización lanzada por Jacques-Alain Miller esta ley hubiera sido aprobada.
La lucha y combate por el psicoanálisis continúa.
Luego de la publicación de tu libro, tuviste la
ocasión de presentarlo en diversas ciudades de Francia. En relación a los
debates que tu libro suscitó en el público ¿cuáles fueron las lindas sorpresas
de su recepción?
Laura
Sokolowsky: Luego de la publicación del libro, fui
invitada a diferentes lugares y en particular a diversas regiones francesas por
las ACF. Hablar de Freud y los berlineses
rodeada de palmeras en la Universidad de Saint Denis, en la isla de la
Reunión, en un anfiteatro lleno de auditores fue, debo reconocerlo, una bella
sorpresa. Los encuentros con practicantes que trabajan en los centros de tipo
CPCT fueron particularmente interesantes y ricos en intercambios. Me sorprende
el interés que perdura con el tiempo. Siempre recibo testimonios de lectores
que descubren y aprecian el libro sobre todo de Latinoamérica. Mi sorpresa está
teñida entonces de la alegría de ser leída.
Perla
Drechsler: Entiendo que la
traducción de tu libro en castellano está en marcha, y ¿en alemán?
Laura
Sokolowsky: La traducción a la
lengua inglesa y a la alemana sería deseable. Sin embargo, el interés de los
colegas y lectores hispanoparlantes va en el sentido de una traducción al
castellano como prioridad. Agradezco mucho a LATIGO en otorgar mayor impacto a
ese este proyecto.
Perla
Drechsler: Muchísimas gracias a vos,
en concedernos esta entrevista exclusiva para Lacanian Transatlántica de
Investigación (LATIGO).
* From: http://www.latigolacaniano.com/español.html